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Paula De las Heras
Viernes, 4 de diciembre 2015, 16:19
El carácter rocoso del secretario general del PSOE es en estos momentos una virtud. Pedro Sánchez se ha comportado hoy como si el CIS conocido ayer no existiera, como si la brecha que lo separa del PP fuera mínima y como si no pudiera sentir ... el aire de Albert Rivera en el cogote. En un desayuno informativo en Barcelona, se ha mostrado convencido de que su partido puede ganar aún las elecciones. Sabe, o eso afirma para agitar la conciencia de la enorme bolsa de dudosos, que solo si saca "un voto más" que Mariano Rajoy podrá formar Gobierno. "Lo importante va a ser -ha dicho- quién va a ser la primera fuerza política en España. Eso es lo más decisivo".
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No es que él no vaya a intentar ser investido presidente si su formación es la segunda más respaldada por los ciudadanos, pero está obligado a combatir la sensación de que en estos momentos no puede mirarse de tú a tú con el jefe del Ejecutivo y de que su batalla es por el segundo o el tercer puesto. "Hay un 70% de españoles que quiere cambio. El PSOE se ha renovado y cuenta con una trayectoria en la modernización de España y la puesta en marcha del Estado de Bienestar; es quien puede liderarlo - ha argüido- y luego el resto de formaciones lo que puede hacer es apuntalar ese cambio".
Así, ante los asistentes del acto organizado por 'El Periódico de Catalunya', ha admitido que no despreciará el apoyo de ningún partido si con ellos puede sumar para desbancar al Rajoy. La paradoja es que lleva días pidiendo a los votantes de Podemos un voto "útil" para ganar a "las derechas", pero no niega que, llegado el caso, intentará pactar con Ciudadanos, a quien estos días ha llegado a calificar de Nuevas Generaciones del PP.
"Hay continuidad si gana Rajoy con un voto más al PSOE pero si gana el PSOE con un voto más al PP habrá cambio político y por tanto, podremos hablar con el resto de fuerzas políticas sobre un programa común -ha remarcado-, se llamen Ciudadanos, Podemos, IU o como se llamen... Lo importante y trascendental es ganar a Rajoy".
Difícil escenario
El líder de los socialistas tiene un escenario difícil. Este viernes se encuentra en Barcelona, uno de sus antiguos feudos, para tratar de frenar el trasvase de votos a Ciudadanos detectado ya en las autonómicas de septiembre, cuando Inés Arrimadas se consagró como dirigente de la segunda fuerza parlamentaria y primera entre las no independentistas. C's ganó incluso en el antiguamente llamado 'cinturón rojo', el área metropolitana de Barcelona.
Algunos sondeos indican que el PSC puede mantenerse por delante en las legislativas, pero el CiS, en cambio, lo sitúa por como cuarta fuerza por detrás de la candidatura en la que se engloba Podemos y de CiudadAnos y Convergencia, que empatarían. Sería grave, porque Cataluña siempre ha sido, junto a Andalucia, el pilar sobre el que los socialistas han elevado sus victorias y hace tiempo que parece enfermo de aluminosis.
En busca de cercanía, Sánchez se ha dado un paseo por mercado de Nou Barris, donde ha protagonizado algunos momentos simpáticos con vecinos y comerciantes, y esta tarde ofrecerá un mitin en L'hospitalet.
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