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Paula De las Heras
Jueves, 22 de mayo 2014, 18:34
No hay campaña electoral sin rifirrafe entre los dos partidos mayoritarios sobre la celebración o no de un debate televisivo. La que comenzó ayer no es una excepción, más bien al contrario. La cuestión es casi el tema más candente del momento político. Finalmente, todo ... apunta a que habrá cara a cara. La cabeza de cartel socialista, Elena Valenciano, convocó ayer, al comienzo de la tarde, a los medios de comunicación para anunciar su disposición a confrontar argumentos con el número uno de la candidatura popular, Miguel Árias Cañete, «sin condiciones» y de acuerdo a «cualquier formato» que proponga la Academia de la Televisión, el organismo encargado, según el acuerdo previo de los dos partidos mayoritarios, de organizar el evento con los medios de TVE, el canal que lo retransmitirá.
«Nosotros vamos a impedir que el PP siga jugando al escondite. No van a poder poner ninguna excusa», alegó la también vicesecretaria general del PSOE. Su órdago debería poner fin a tres días de discusión contra el reloj porque, conforme a lo pactado inicialmente por el vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, y su homólogo socialista, Óscar López, el cara a cara debería tener lugar el próximo martes, es decir, en solo tres días. La propia Academia de la Televisión emitió un comunicado el pasado 29 de abril para trasladar su disposición a encargarse de toda la logística pero con una advertencia, que la complejidad sería «muy alta» dada «la presión de los plazos a cumplir».
El caso es que cuando todo parecía más o menos acordado algo se empezó a torcer. De hecho, los socialistas se mostraban hace unos días sorprendidos por lo bien que iba la negociación en comparación con citas electorales anteriores. Sobre todo, teniendo en cuenta, subrayan, que en España nunca ha habido un debate electoral con el Partido Popular en el Ejecutivo nacional. Floriano y López llegaron incluso a celebrar el martes pasado un sorteo del todo amistoso, lanzando una moneda al aire y sin más notarios que ellos, para decidir quién hablaría en primer lugar y quien se despediría. Un día después empezó el lío.
El principal partido de la oposición había dado por hecho que se repetiría el esquema de 2009: un primer bloque sobre economía y empleo; otro sobre políticas sociales; un tercero sobre libertades y derechos y, finalmente, otro sobre el futuro de la UE. Pero los populares reclamaron un bloque sobre políticas sectoriales. El propio Arias Cañete aclaró que se refería a cuestiones como la política agraria, medio ambiente e infraestructuras. Asuntos muy relacionados, incluso de forma directa, con el ministerio que ha dirigido hasta hace pocos días.
Un paso adelante
La propuesta de los populares pasaba por unir en un solo bloque los apartados de política social y derechos y libertades, en los que los socialistas se sienten más cómodos. El PSOE, de entrada, trató de aferrarse a los precedentes. López ofreció después a Floriano ampliar el tiempo destinado a economía y empleo sin que eso fuera en detrimento del resto. Un día después, ante la ausencia de respuesta, decidió enviar una carta al director de Informativos de RTVE, Julio Somoano, y al presidente de la Academia, Manuel Campo Vidal, para dejar constancia de su buena disposición a acudir e intentar forzar así que el partido de Gobierno diera un paso adelante.
A partir de ese momento, todo se convirtió en una batalla para ganar el debate del debate. Floriano emitió un comunicado en el que anunció que su candidato se presentaría el martes en TVE, pero sin renunciar a su temario. Momentos después, Elena Valenciano respondió que su único objetivo es que el debate se celebre y que ella también acudirá a la cadena, pero para discutir de cuantos temas le sean propuestos sin objeciones. La cabeza de lista socialista añadió que el modelo que proponga la Academia para ella estará bien.
Pelota va pelota viene, ambos partidos han conseguido, en todo caso, que algunos ciudadanos se enteren de que la próxima semana habrá un cara a cara sobre las europeas. En 2009, con más tensión electoral por el declive de José Luis Rodríguez Zapatero y un PP que se veía fuerte, Juan Fernando López Aguilar y Jaime Mayor Oreja participaron en sendos debates en Telecinco y Antena 3. Fue lo menos visto en las cadenas generalistas, pero aún así lograron captar la atención de 2,6 millones de espectadores. Esa es la fuerza de la televisión que tanto interesa a los partidos.
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