Paula De las Heras
Jueves, 22 de mayo 2014, 18:29
El PSOE ha encontrado un filón en el intento de Miguel Arias Cañete de justificar una intervención poco satisfactoria para su partido durante el debate del pasado jueves. Su comentario de que «el debate entre un hombre y una mujer es muy complicado porque si ... haces un abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista que está acorralando a una mujer indefensa» ha servido para avivar una campaña que tenía a los socialistas algo preocupados por la falta de tono y las dificultades para llegar al ciudadano común, hasta la celebración del cara a cara. Y ni uno solo de los dirigentes que este sábado celebraron mítines por toda España perdió la oportunidad de sacarle punta.
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El desliz machista del candidato popular es un regalo inesperado porque permite al primer partido de la oposición colocar al PP en el lugar que más le conviene, dentro del imaginario colectivo. El PP había fiado su resultado electoral en las elecciones a la consolidación de una sola idea: que la recuperación económica está en marcha y que el triunfo de cualquier otra opción solo servirá para ponerla en riesgo. El PSOE, que arrastra aún el peso de una gestión inane a la hora de embridar la crisis, era plenamente consciente de que su baza estaba en convencer de que este Gobierno no atiende a los más mínimos valores ni derechos sociales a aquellos de los suyos que abandonaron las siglas entre 2009 y 2011, en algunos casos para votar a la formación de Mariano Rajoy. Y entre esos valores está el de la igualdad y el de la no discriminación.
Alfredo Pérez Rubalcaba lanzó su piedra desde Madrid. No lo hizo solo contra Arias Cañete. Ni siquiera solo contra Mariano Rajoy si no contra una de las mujeres que por sí solas pueden contradecir el discurso que equipara al PP con la misoginia, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. «Ya está bien de filtrar estoy a disgusto con lo que Cañete ha dicho recriminó en alusión a informaciones periodísticas que apuntan a que la bravuconada del exministro de Agricultura no le hizo ni maldita la gracia. Si tanto poder tienes, si tanto quieres a las mujeres, dile a Rajoy que quite a Cañete de la candidatura porque es una vergüenza para las mujeres de este país y para los hombres que respetamos a la mujeres.» Elena Valenciano fue quizá la más cauta y se limitó a asegurar que su modelo de Europa es muy distinto del de Cañete y Rajoy por varias razones. «Es una Europa dijo, durante un mitin que coincidió en Valencia con la fiesta de la rosa del PSPV en la que las mujeres somos iguales, tenemos los mismos derechos, la misma inteligencia y la misma dignidad que los hombres».
Autoestima
El caso es que todo este asunto, desde la victoria en el debate (asumida en las propias filas del PP), ha supuesto un chute de autoestima para el PSOE. Fuentes de la ejecutiva aseguran que por fin el partido está «enchufado» y que esperan que eso contribuya a una movilización necesaria para recortar la ventaja del PP y bajar las cifras de abstención pronosticada en las encuestas.
De momento, presumen de que mientras Sáenz de Santamaría «pinchó» en San Sebastián su cabeza de cartel reunió a unas 3.000 personas en la capital valenciana.
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