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Silvia Osorio
Miércoles, 6 de noviembre 2024, 08:51
Cuando Joe Biden anunció el fin de su mandato debido a su estado de salud y convocó elecciones en Estados Unidos, republicanos y demócratas no dudaron en poner en marcha toda su artillería pesada para conseguir el mando de la Casa Blanca. Y para ello ... es necesario contar con mucho dinero. Ningún partido ha escatimado en gastos. Los comicios de este martes se han convertido en los más caros de la historia, con contribuciones totales que alcanzarán los 15.900 millones de dólares.
El gasto, que incluye las contiendas al Congreso, ha superado los 15.100 millones de dólares de 2020 y más del doble de los 6.500 millones de dólares de 2016, según la organización sin fines de lucro OpenSecrets. En la reñida carrera por la presidencia, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris emergió como la líder en recaudación de fondos. Su campaña obtuvo directamente más de mil millones de dólares, con un 40% proveniente de pequeños donantes, además de otros 586 millones de dólares de los comités de acción política.
Donald Trump no se ha quedado atrás. El aspirante republicano recaudó 382 millones de dólares directamente, de los cuales 28% provino de pequeños donantes, mientras que los comités afiliados contribuyeron con 694 millones de dólares. El mayor donante en su caso fue Timothy Mellon, el solitario heredero bancario de 82 años que le aportó 197 millones de dólares y a las causas republicanas.
Otros grandes apoyos republicanos fueron Richard y Elizabeth Uihlein, de la industria del embalaje, la magnate de los casinos Miriam Adelson, el director ejecutivo de Tesla y SpaceX Elon Musk, y el inversor de fondos de cobertura Kenneth Griffin, cada uno de los cuales aportó más de 100 millones de dólares a Trump y a las causas republicanas.
En el bando demócrata, Michael Bloomberg se erigió como el principal donante, con unos 93 millones de dólares (43 millones inicialmente, más 50 millones adicionales, según los informes). George Soros proporcionó 56 millones de dólares a través de su comité de acción política. En total, se gastaron 10.500 millones de dólares en anuncios de campaña, desde la presidencia hasta los representantes locales, según los datos compilados por la empresa de seguimiento de anuncios AdImpact.
Asimismo, las campañas presidenciales de Harris y Trump supusieron un gasto de 2.600 millones de dólares en anuncios desde marzo hasta el 1 de noviembre. Los demócratas invirtieron 1.600 millones de dólares y los republicanos 993 millones de dólares.
Pensilvania lideró el gasto de los estados clave para la contienda presidencial con 264 millones de dólares, seguido de Míchigan con 151 millones y Georgia con 137 millones. En total, Pensilvania desembolsó 1.200 millones de dólares en todas las contiendas, incluidas las municipales. Las plataformas digitales recibieron 419 millones de dólares en publicidad presidencial, lo que representa solo el 17% del gasto total.
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