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Se mire por donde se mire, es imposible 'salvar' nada de los resultados electorales de Esquerra Republicana. No hay lectura positiva para sus intereses por ningún sitio. El análisis sosegado de la letra pequeña del escrutinio de los republicanos de este 12 de mayo resulta si cabe más pesimista que las grandes cifras de la noche electoral en Cataluña, en la que se dejaron en el camino 180.000 votos y 13 escaños con respecto a los comicios de 2021 en los que empataron a 33 con el PSC al frente de la contienda en las urnas.
A la vista de los mapas y las estadísticas de este 12-M, ERC se ha convertido en el gran caladero de votos para los otros dos grandes partidos que se disputaban la primacía en estas autonómicas: el PSC, sobre todo en las grandes ciudades y conurbaciones costeras, particularmente en la provincia de Barcelona; y Junts, en zonas rurales del interior de todas las demarcaciones.
Y es que Esquerra, que en las catalanas de hace tres años fue la formación más votada en 264 de los 947 municipios de la comunidad (teniendo en cuenta que empató en 13 ocasiones con Junts y en tres con el PSC), solo ha ganado ahora en 47 localidades (en cuatro igualada a los de Carles Puigdemont). Es decir, menos del 5% de los pueblos y ciudades de toda la autonomía.
En porcentaje de voto sobre el total, ha pasado de un 21,3% a un 13,7%. La debacle es generalizada y sin matices: ERC, que solo se ha impuesto en cinco municipios en los que no había vencido en la anterior consulta electoral –algo realmente anecdótico-, ha sumado dos nuevos empates –ambos con Junts– y ha perdido en 226 localidades en las que sí venció hace tres años (en dos ha empatado en porcentaje de votos con Junts y en otro con los socialistas).
Así las cosas, los republicanos no solo han quedado relegados este domingo a tercera fuerza en el cómputo global, sino también en cada una de las cuatro demarcaciones catalanas.
ERC ha desaparecido como primera fuerza en 66 municipios de Barcelona, donde ha visto evaporarse siete de los 13 escaños que ha perdido en toda la comunidad ; y le ha ocurrido lo propio en 14 de Girona, donde solo han superado al independentismo de ultraderecha de Aliança Catalana por unos 10.000 votos. Hoy encabeza un pueblo de cada una de estas provincias. En Lleida se queda con 12 municipios (tenía 65) y en Tarragona con 29 (tenía 101).
El contraste es notorio con respecto a 2021. Hace tres años, en los comicios que llevaron a Père Aragonès a presidir Generalitat gracias a la alianza con Junts pese a que el PSC fue el más votado, Esquerra se aupó a la segunda posición en Lleida, Barcelona y Girona y fue la ganadora en Tarragona, su gran feudo histórico en democracia, donde se impuso con cinco parlamentarios.
La fuga de votos ha engordado a sus dos competidores. En dos tercios de los municipios en los que ERC fue la fuerza más votada en 2021 han vencido los de Puigdemont (un 74,5%) y el otro tercio ha sido para el PSC (25%).
Se incluyen en ese cálculo los 16 municipios en los que empató en 2021 con Junts o con el PSC y donde la balanza se ha inclinado esta vez al lado contrario de Esquerra: 14 para los junteros y dos para los socialistas.
¿Y cuál es la radiografía de esos municipios? Del análisis sociodemográfico se puede deducir que la pérdida de liderazgo de los republicanos ha sido mayor en aquellas localidades que tienen una edad media inferior, sobre todo en los que la hegemonía es ahora del PSC, que son más pequeños y con una renta neta media por persona también menor.
ERC ha mantenido el voto en municipios con una edad media que supera los 48 años (tres puntos por encima del promedio regional) y ha dejado de ser la fuerza más votada en enclaves con una población casi cinco años más joven: el vuelco socialista se sitúa en torno a los 43,9 años.
En cuanto a los municipios en los que en 2021 ganó ERC y ahora lo ha hecho Junts, la edad media (45,74 años) se coloca en el promedio regional.
ERC ha perdido dos grandes feudos en cuanto a volumen poblacional se refiere: Lleida, capital de provincia, y Reus. O lo que es lo mismo, la séptima y la décima ciudades más populosas de Cataluña.
Con ello, la sangría en cuanto a porcentaje de voto es más acusada para los republicanos conforme más pequeños son los municipios. Y aunque mantiene Amposta (43.014 habitantes, en Tarragona), se deja más de 12 puntos respecto a 2021.
ERC se mantiene como primera fuerza en localidades con una renta neta media por persona de 13.217 euros, más de 1.000 euros por debajo del promedio regional (14.424 euros).
Y también por debajo de los feudos en los que las urnas le ha arrebatado el liderato en estas autonómicas.
En resumen, los mapas y estadísticas que ha arrojado este 12-M en lo que concierne a Esquerra son bastante similares a los que ha registrado en las otras dos citas electorales de este último año, en las que la organización que preside Oriol Junqueras se ha visto muy castigada a pesar de ostentar el poder en la Generalitat por primera vez desde el retorno del exilio de Josep Tarradellas en la Transición. Tomando como referencia las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023, ERC perdió cinco concejales por Barcelona pasando de ganar las municipales en la capital catalana a ser cuarta fuerza. Un anticipo de lo que le ocurrió en las generales del 23 de julio. Los republicanos, que venían de ser el partido con mayor apoyo en los comicios de 2019, cayeron 400.000 votos y casi la mitad de sus diputados en el Congreso, damnificados por el arrastre en Cataluña de la candidatura de Pedro Sánchez.
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