La Generalitat se plantea no difundir los resultados electorales la noche del 14-F

Las alternativas son dos: aplazar el recuento de los votos o hacerlo y no difundirlo. En ambos casos sería la primera vez que se produciría semejante anomalía en unas elecciones.

A pesar del optimismo del Govern sobre el desarrollo de las elecciones del próximo domingo a pesar de la pandemia, hay riesgos serios de que la jornada no sea normal. La avalancha de alegaciones presentadas ante las juntas electorales por los ciudadanos elegidos por sorteo para formar parte de las mesas electorales y las perspectivas de que muchos miembros no se presenten a las ocho de la mañana en los colegios electorales hacen prever que un número apreciable no podrán constituirse y miles de ciudadanos se quedarán sin votar.

La ley establece que en caso de que una mesa no se forme el día de la votación por ausencia de sus componentes, la votación debe llevarse a cabo 48 horas después. Si es un puñado de urnas, es improbable que las votaciones diferidas afecten al resultado global. Pero si se trata de un número de mesas elevado, es factible que alteren el escrutinio.

El director de Procesos Electorales de la Generalitat, Ismael Peña-López, señaló ayer que si el domingo por la noche se hace público el recuento, los electores del martes podrían optar por «un voto mucho más táctico, con mucha más información que la que tenían sus conciudadanos el domingo».

Peña-López apuntó en Rac-1 que habrá «tiempo suficiente» para tomar una decisión si el porcentaje de personas que se queda sin votar es «muy sensible». En ese caso, el Govern hablaría «con las candidaturas y las juntas electorales» para buscar una solución.

Desde el departamento de Procesos Electorales ya habían anunciado que debido a las medidas de seguridad adoptadas por la pandemia el escrutinio sería mas lento y los resultados se conocerían más tarde de lo habitual.

Lo que no entraba en sus cálculos era aplazar o embargar el recuento de los votos. Pero el elevado número de personas que han pedido ser eximidas de formar parte de las mesas, uno de cada cuatro de los elegidos, y el riesgo de que muchos de los citados no se presenten han hecho que se plantee este nuevo escenario.

Las juntas electorales han resuelto a favor de los ciudadanos el 20% de las peticiones de ser dispensados de acudir a la mesa. La solución de echar mano de los suplentes de otros colegios electorales parece insuficiente y presenta problemas logísticos.