El candidato de ERC, Pere Aragonès, durante la rueda de prensa tras las elecciones. Efe

Elecciones en Cataluña

ERC sufre un batacazo mayúsculo que cuestiona toda su estrategia

Los republicanos se dejan trece escaños y pasan de liderar la Generalitat a tener que decidir si hacen presidente a Illa o apuestan por el bloqueo

Domingo, 12 de mayo 2024

Batacazo mayúsculo de ERC. La candidatura del actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se convirtió ayer en la principal damnificada de una jornada aciaga para los republicanos. Los catalanes han castigado con dureza la gestión del Govern y la estrategia desarrollada por Esquerra ... durante los últimos años. De 33 escaños a 20, de un 21% de apoyo al 13%, de 605.000 votos a poco más de 420.000. Hay que remontarse hasta 2012 para ver unos resultados tan malos en una lista que hace solo tres años consiguió convertirse en el principal referente del soberanismo catalán. Un desplome que amenaza con romper las costuras internas, que puede cuestionar su apoyo a Pedro Sánchez en la Moncloa y que influirá de forma clara a la hora de decidir si se atreve a hacer presidente a Salvador Illa a pesar de la presión que ejercerá Junts.

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Lo sucedido este 12-M supone todo un varapalo para los republicanos, una formación que había alcanzado hace tres años el sueño de presidir la Generalitat y que ha estado dirigida por una especie de triunvirato –el propio Aragonès, Oriol Junqueras y Marta Rovira– que no ha sabido ni retener a los soberanistas ni ampliar su base con su apuesta pragmática. Aragonès reconoció tras cerrar las urnas que son «muy malos resultados», que la apuesta por la negociación «no ha sido valorada» y que ERC pasará a la oposición. Eso descarta, en principio un tripartito de izquierdas con el PSC y los comunes, pero no que los republicanos puedan apoyar la investidura de Illa.

Una gestión cuestionada desde diferentes ámbitos, la debilidad de un Gobierno que ha vivido en una situación de absoluta fragilidad parlamentaria y la alargada sombra de Puigdemont como símbolo del independentismo han terminado por erosionar a un Aragonès que no ha podido competir ni de lejos con el carisma que ha demostrado seguir teniendo el expresidente fugado de la Justicia.

La apuesta de los republicanos por seguir en solitario en el Govern tras la salida de Junts en el otoño de 2022 se ha antojado equivocada. Con una minoría exigua en el Parlament, ERC ha tenido que afrontar sin apoyos crisis importantes como la huelga de funcionarios de prisiones, los problemas en el transporte o la sequía que está afectando a Cataluña en los últimos tiempos.

La debacle de este domingo evidencia la caída a plomo de ERC durante los últimos años. En 2017, en las elecciones celebradas con el 155 en vigor y condicionas al máximo por el 'procés', obtuvo 935.000 votos; en las de hace tres años, 605.000. A esto hay que sumar que no está sabiendo rentabilizar su apoyo a Sánchez. El primer aviso llegó en las generales del pasado mes de julio, cuando pasaron de ganar los comicios de 2019 a dejarse 400.000 votos, seis escaños y verse superados por el PSC e incluso los comunes. Dentro de Esquerra, además, conviven diferentes familias que en los últimos años habían optado por cerrar filas, pero que, posiblemente, reabran las hostilidades a partir de este 12-M.

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