Ilustración: Manuel Romero
Conrado Escobar | Perfil

El superviviente, a punto de llegar a la orilla

El próximo alcalde logroñés suma más de 30 años de vida política, un caso raro de longevidad en primera línea

Lunes, 29 de mayo 2023

El nadador de fondo está a punto de llegar a la orilla. La zambullida ha sido larga, procelosa. Más de una vez se ha encontrado en aguas turbulentas pero, lejos de amilanarse, ha aprendido a pasar las olas y a aprovechar el impulso que le ... imprimen. No le ha obsesionado el tiempo y, gracias a esa paciencia, ahora, por fin, la meta está más cerca. El 17 de junio, Conrado Escobar será alcalde de Logroño. Además, con la tranquilidad que debe dar contar con el respaldo de una mayoría absoluta.

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Hasta no hace tanto, hasta diciembre, incluso se dudaba de que fuera a ser el candidato logroñés y había quien manejaba otros nombres. Daba la impresión de que solo la prisa de Génova por zanjar una crisis regional demasiado larga y para la que se quedó sin plazos terminó por colocarlo ahí, aunque venía de cuatro años de oposición poco ruidosa en el salón de plenos, pero de gota malaya en la calle a cuenta de lo que él llama ahora pinturas y bolardos. Siguió a lo suyo sin que se le alterara el pulso articulando un discurso, camino a las urnas, lleno de 'pactos con los logroñeses', 'acuerdos', 'convivencia', 'entre todos'... Y aquí estamos.

Aprendió a ser concejal en la oposición, cuando llegó a una Corporación que presidía Manuel Sáinz, con Bermejo y Revuelta

Aprendió a ser concejal en la oposición cuando, con 27 años, en el ya lejano 1991, llegó a una Corporación que presidía el socialista Manuel Sáinz Ochoa de la mano de José Luis Bermejo, Pedro Soto, Julio Revuelta... y con el aura de promesa de Nuevas Generaciones. Y volvió al edificio de Moneo en 2003, con Julio Revuelta como alcalde, en una Corporación en la que también estaba Cuca Gamarra, para desempeñar tareas de gobierno y, en concreto, las referidas al Casco Antiguo. En las últimas semanas Escobar recuerda más de una vez esa etapa cuando se habla de la sede de Bosonit en la calle Mayor porque tiene como referencia las soluciones que alcanzó entonces en otros casos.

Entre una fase y otra, ha ocupado otros muchos cargos, desde parlamentario en Cortes, a diputado regional o consejero en dos etapas, de 2007 a 2011 con Pedro Sanz como presidente y desde 2015 a 2019 al lado de José Ignacio Ceniceros.

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Si su rival de estas elecciones, Pablo Hermoso de Mendoza, le ha echado en cara cada dos por tres su más que amplia experiencia en política, él la ha defendido con ahínco. No es fácil sumar tres décadas largas de superviviencia en primera línea en un ámbito no exento de torbellinos en los que conviene saber elegir bando sin terminar de llevarse mal del todo con el otro. Por si acaso.

Tras los sucesos de Riojafórum, con el PP regional desmembrado y, al poco, con Gamarra camino de Madrid gracias a Pablo Casado, a Escobar le tocó recoger los pedazos de un PP logroñés posicionado en buena parte con la perdedora de aquel congreso y con cuadros depurados, alguno de los cuales recuperó de entrada y, algún otro, con el tiempo. No consiguió retener la vara de mando aquel 2019. La ola iba entonces con Hermoso. Pero esperó y ha ganado. Ya está en la meta. En esta meta. Quien sabe la próxima.

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