Siete aspirantes hablando de su libro

Excepto Podemos-IU, que se apuntaba méritos, los demás candidatos criticaban la acción del socialista, Pablo Hermoso de Mendoza, como alcalde. Cada uno a intensidad variable y sin entrar en mucho detalle. Pero no fue él la única diana de los 'golpes' figurados porque el actual líder de la oposición, Conrado Escobar, también se llevó lo suyo. Ni uno ni otro se enzarzaron en debates, ignoraron los ataques y se dedicaron a 'vender su libro'.

Y si Hermoso intentó, ya casi al final, afear alguna de las acciones de Escobar –que si había acudido al Defensor del Pueblo, que si...– el candidato del PP no estuvo por la labor más que para citar su tema nacional de estos días, Bildu, e incluso animó a los otros a hacer frente común para reclamar un Talgo que una Logroño con Madrid. La mejora del transporte urbano o de las bicis municipales contó con la aprobación de casi todos. Volvió a salir, como tantas otras campañas, la línea circular de autobús de la mano de Cs. El apoyo a la economía, a sus sectores y a sus emprendedores también recabó apoyo. Y si desde Podemos-IU se hablaba de energía verde, Vox se refería al «fanatismo climático».

Fue un debate de guante blanco y aquellos que buscaron interacción se quedaron sin respuesta. Pese a que el candidato socialista, Pablo Hermoso de Mendoza, y el popular Conrado Escobar intervenían uno detrás del otro porque se estableció el orden en función del número de votos de los anteriores comicios, cada cual habló de su libro. Sin más. Primero le tocó a Escobar hacer una presentación en la que habló de su proyecto, de su equipo y de las visitas que va realizando a calles, barrios y plazas «logroñeando para plantear propuestas realistas» que lleven a «mejorar la calidad de vida» de todos. Y, después, Hermoso de Mendoza habló de construir «la mejor ciudad del mundo para vivir», del «proceso intenso de evolución llevado a cabo calle a calle» y del «trabajo perseverante» para concluir que seguirá en su línea. Tampoco el bloque propuesto por TVR sobre economía sirvió para enfrentar a los aspirantes de los partidos mayoritarios. Logroño va bien y va a ir mejor, con San Antón como 'milla de oro', para Hermoso y rebajas fiscales y un comercio que recupere su esplendor, para Escobar.

Si acaso, fue en el bloque de los futuros pactos poselectorales, una vez que Escobar mencionó que el PSOE pacta, «en lo nacional, con fuerzas como Bildu», cuando tildó el gobierno que han mantenido en Logroño PSOE, UP y PR+ como «pactos intermitentes y de desgobierno».

Hermoso de Mendoza, por su parte, presumió de su capacidad de pactar para lograr «una mayoría de progreso» con la que se ha hecho «política útil» e incluso de haber acordado con otros concejales «de centro» para avanzar. La respuesta a Escobar, la que no llegó del candidato socialista, vino del regionalista Antoñanzas, quien dijo que si votó en contra del presupuesto es porque «era un mal presupuesto», mientras que también replicó a Hermoso hablando de complicaciones «por querer gobernar con los tránsfugas», los ediles exCs. Eduardo Peña, candidato de la formación 'naranja', también criticó que se hubiera apoyado en estos dos concejales, algo «no ético», a su juicio.

Y si finalmente, en el bloque dedicado a la movilidad, que propició además hablar del modelo de ciudad, Hermoso buscó a Escobar, pero este último no estuvo por la labor.

Planteó primero el socialista cómo está mejor República Argentina, si en 2019 o en 2023. Lo mismo con Fundición, con Guardia Civil... para defender que «Europa no financia las dobles filas» y que habrá que pensar «qué ciudad queremos para nuestros hijos». Escobar, entonces, planteó si estamos mejor o peor que hace cuatro años en varias materias más: en plazas de aparcamiento, atropellos, tiempos de desplazamientos, en transporte urbano, en jardines, en limpieza... «No se ha mejorado el día a día de los logroñeses», concluyó.

Con los últimos segundos que les quedaban, Hermoso recordó que, si bien el Plan de Movilidad Urbana Sostenible es de 2013, el PP no lo quiso aplicar por no enfadar a nadie, y que los populares incluso han ido al defensor del Pueblo. Por fin, se refirió a eso de 'sorber y soplar', que es algo que, en los plenos, siempre achaca al popular. Por fin, el candidato del PP señaló que «las cosas se tienen que hacer mejor desde el consenso, desde la convivencia».

Las candidatas a la Alcaldía por Podemos-IU y por Vox, Amaia Castro y María Jiménez, fueron las invitadas más combativas. No entraron al choque entre ellas, pero sí lo hicieron con los otros aspirantes. Si Jiménez arrancó reprochando «la destrucción paulatina de todo el comercio y la desesperación de la gente por las calles por donde ha pasado Hermoso», también consideró que en estos últimos cuatro años el voto a Escobar «útil ha sido muy poco». «No vamos a ser el coche escoba de ningún partido», indicó también.

Amaia Castro, tras señalar como socio preferente al PSOE, interrogó directamente al candidato del PP sobre sus preferencias a la hora de llegar a acuerdos pero no hubo forma de que hallara respuesta. «No se moja, como siempre. ¿Con quién está usted dispuesto a pactar?», le dijo, para espetarle después, sobre un pacto por el tren que el popular propuso, que «después de veinticuatro años en el gobierno, hablar de infraestructuras... un poco de seriedad».

En materia de movilidad, la candidata de Podemos-IU también se refirió al candidato del PP para achacarle estar, en este asunto, «más perdido que un pulpo en un garaje». ¿Quiere aclarar si va a llenar todo de coches o de carriles bici por las aceras como hace 30 años? Así sabremos a qué siglo nos quiere llevar usted», dijo.

En este punto, el de movilidad, María Jiménez consideró la seguridad dentro del modelo de ciudad y, después de hablar de lo que entendió como el aumento de las cifras, fue a criticar a Hermoso que «ya no es que solo ha destrozado la ciudad con un modelo que no necesitamos ni queremos. Ha destrozado el comercio local y la hostelería».

Aún tuvo unos segundos más Castro para replicar a Escobar, que había censurado la limpieza de la ciudad, si ha visitado Madrid. O cómo va a hacer 25 kilómetros de corredor verde si baja los impuestos. E incluso para Alberto Bretón, que había pedido en otro momento zonas de esparcimiento canino y le dijo que se están abriendo estos días. «Entérense de lo que pasa en esta ciudad y luego hablamos», apostilló, en alusión a varios de los candidatos.

Después, no se calló Alberto Bretón, candidato de Por La Rioja, que le contestó que las zonas de esparcimiento se han hecho a última hora y que un perro se mató en un vallado, motivo por el cual estas vallas han de ser flexibles.

Por fin, la candidata de Vox se comparó con un vecino más de la capital para indicar que comparte su hartazgo y también pidió que «no se use Logroño como laboratorio privado de políticas dañinas».

Antes de pedir el voto a su coalición por considerar que el suyo es el «voto valiente», la candidata, que durante los últimos cuatro años ha sido portavoz municipal de Unidas Podemos, tuvo un lapsus y, al referirse a su formación, que ahora se llama Podemos-IU, mencionó la anterior denominación.

Una de las novedades en el foro logroñés es Alberto Bretón, candidato de Por La Rioja y político con unas cuantas horas de vuelo, pero hasta ahora en la cosa regional, aunque desde un partido nacional. Su enfrentamiento con su hasta no hace nada compañero de partido, Conrado Escobar, era uno de los alicientes del debate, aunque apenas se produjo. Solo mencionó, en un momento dado, cuando se debatía sobre el modelo de ciudad que «esto que ha hecho que alcalde ha dejado descontentos, pero ha estado cómodo porque no ha habido una oposición real y efectiva que haya servido para que las cosas pudieran cambiar». La oposición, por cierto, la ha liderado Escobar, por cierto. Hasta ahí. Tampoco el hasta ahora portavoz del grupo municipal popular lo citó en ningún caso.

Sin embargo, no faltaron coincidencias en sus propuestas. De entrada, y dado que el primero en intervenir fue Bretón, la palabra convivencia, que es la que viene usando Escobar día sí, día también a lo largo de la campaña, se la quedó él. «La ciudad de la convivencia», dijo. Y añadió: «De la cercanía, de la escucha a los vecinos, a los hosteleros, a los comerciantes...», así que, será casualidad, pero Escobar ya no usó el término hasta casi el final del debate, cuando apuntó a que «las cosas se tienen que hacer mejor desde el consenso, desde la convivencia» y así ya se la arrebató para él. Compartieron además desde el orgullo de ser logroñeses a las políticas fiscales, a la movilidad compatible con el coche «como ha sido siempre», incluso la interacción entre comercio, cultura y turismo que, si ayer Escobar no mencionó, sí anunció hace unos días, en un evento en el Círculo Logroñés.

Y si Escobar ignoró a Bretón, no lo hizo el regionalista Rubén Antoñanzas, aunque lo tuvo en cuenta solo en la parte final del debate de TVR, cuando en la parte denominada 'minuto de oro', cuando hizo un repaso de las opciones que encontrarán los logroñeses ante las urnas y, además de los partidos nacionales, «que solo se acuerdan de Logroño cuando llegan las elecciones y eso nos condiciona todo», hallarán «también a otros que quieren copiar las propuestas del Partido Riojano envueltos en falsa bandera regionalista, cuando el único que lleva 40 años sin cambiar de discurso es el Partido Riojano, 40 años con el objetivo de defender los intereses de La Rioja y de Logroño».

El edil del PR+ inició su intervención en el debate reclamando esa independencia suya: «Somos el único que piensa en lo cercano, nadie nos impone y menos los silencios que tienen algunos» que luego explicó diciendo que los nacionales no se pueden pronunciar sobre asuntos que afectarían a vascos, aragoneses...

Por fin, Eduardo Peña, de Cs, habló de «la casa de todos y no del palacio de los caprichos» en referencia al Ayuntamiento o de pactar sin tener en cuenta ideologías. «No vamos a cerrar la puerta a nadie», indicó a la vez que prometió «no cometer los errores del pasado» a cuenta de lo sucedido en el grupo municipal naranja este último mandato, en el que ha habido dos ediles que se han ido, mientras los dos restantes están colaborando con el PP.