El ecuador de la campaña y quién sabe si su suerte final pasan este fin de semana por Valencia. La comunidad que concentra todas las batallas –el pulso del bipartidismo PSOE-PP, los complejos equilibrios de las izquierdas para poder reeditar el Pacto del Botánico ... mientras compiten entre ellas por un escrutinio que se presume muy caro, los esfuerzos de Podemos por sobrevivir y ser decisivo, el anhelo de Vox de condicionar el Gobierno regional...– recibió ayer al presidente Sánchez y hoy hará lo propio con Alberto Núñez Feijóo. Ambos han recurrido al simbolismo valenciano, conscientes de lo que se juegan, para intentar catapultarse en la última semana hacia el 28-M con todo abierto no solo en esta autonomía, sino en la mayoría de las que también acudirán a las urnas el próximo domingo. Feijóo aspira este mediodía a una exhibición de músculo electoral en la madre de todos los grandes llenos del PP –la plaza de toros valenciana–, donde el líder del PP aspira a quintuplicar la asistencia congregada por Sánchez en su mitin en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
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Con Andalucía liderada con mayoría absoluta por Juanma Moreno y con una Comunidad de Madrid que se da por amarrada por Isabel Díaz Ayuso, reconquistar el viejo fortín valenciano –en manos del socialista Ximo Puig en coalición con Compromís y el apoyo externo de Podemos desde hace ocho años– permitiría al PP gestionar los grandes núcleos socioeconómicos del centro y el sur del país y enviaría un mensaje de poderío ante las generales de final de año. A siete días de la trascendental cita con las urnas, la dirección de Génova no da por ganada ni por perdida ninguna de las autonomías en disputa, pero sí presume de que las únicas en las que el resultado se ha decantado ya a tenor de las expectativas previas y el pronóstico de las encuestas –Madrid, Murcia y Ceuta– están encabezadas por el PP.
Los populares, que dicen atesorar «opciones» vivas en Aragón, La Rioja e incluso Extremadura y aventuran que Emiliano García-Page podría llevarse «un susto» en Castilla-La Mancha, no admiten en este ecuador de campaña ni la ventaja con que parecen partir los socialistas en Asturias de la mano de Adrián Barbón. Airean sondeos que situaría a su candidato, el fichaje europeo Diego Canga, a una distancia de uno o dos escaños del presidente socialista que aspira a la reelección. Feijóo, que ha efectuado reajustes sobre la marcha en una campaña marcada por las candidaturas de EH Bildu, tiene previsto regresar a Valencia de aquí al cierre de campaña.
Los socialistas siguen manteniendo que están en condiciones de preservar los nueve gobiernos autonómicos que ahora encabezan: Asturias, La Rioja, Navarra, Aragón, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Baleares, Extremadura y Canarias. Pero coinciden con el PP en que nada está escrito. Y no todos los territorios tienen la misma relevancia. Una derrota en la Comunidad Valenciana les privaría de un motor clave para las generales.
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El PSOE cimentó tradicionalmente sus triunfos electorales sobreAndalucía y Cataluña, las comunidades con mayor población de España. En Cataluña el PSCha recobrado el vigor perdido hace una década y aspira incluso a recuperar el próximo domingo 28 de mayo la alcaldía de Barcelona, pero con el motor andaluz a medio gas y Madrid como feudo absoluto del PP, demostrar fortaleza en la Comunidad Valenciana es fundamental.
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