Secciones
Servicios
Destacamos
El Instituto de Estudios Riojanos acaba de alumbrar la edición facsímil de La Rioja Industrial, una obra tan voluminosa (tres tomos) como recomendable, porque pone al alcance del gran público una publicación clave para entender la región de hace un siglo. Primorosamente editadas, sus páginas ... contienen el retrato de La Rioja en los albores del siglo XX a través de algunas de las mejores cabezas de la época, que procuraban que el rigor científico no apartara de sus quehaceres una profunda vocación divulgativa. Aquellos maestros en el arte de contar un territorio, desplumándolo a la vista de sus lectores, nos conducen ahora a un estado entre la gratitud y la perplejidad. El lector de hoy les remite su reconocimiento retrospectivo: gracias a sus lecturas, entiende mejor cuanto le rodea porque ellos lo explicaron antes. Y además confiesa su asombro: buena parte de los grandes temas que desde entonces dominan el debate público ya asomaban entre los números de La Rioja Industrial. El primero se editó en 1920. Dentro de un año cumplirá un siglo. Todo un canto a la melancolía.
¿Qué ha cambiado en La Rioja desde entonces? Todo. Y también puede alegarse que, en esencia, nada. En aquella revista ya se observaba cómo se forjaba una identidad propia de origen reivindicativo a partir de dos ejes que vertebraban el discurso global de los pensadores riojanos de aquel momento: el lamento por las lagunas en materia de comunicaciones y el temor a que la despoblación que empezaba a golpear la vida rural, con especial incidencia en la sierra camerana y el Alto Najerilla, despojara a La Rioja de su personalidad genuina. Lección de historia, con moraleja: no, no hemos cambiado tanto.
Porque esas dos variables son las mismas que deberían rescatarse de la legislatura recién moribunda. En el Parlamento, desde luego han monopolizado el discurso político y también se refleja su estela en todo contencioso que La Rioja mantenga con el Gobierno nacional. En las reclamaciones de sus señorías hacia Moncloa, colonizaban la mayoría de quejas, como si todas ellas fueran suscriptoras de La Rioja Industrial y coincidieran con el sombrío análisis que firmaba su catálogo de articulistas. De hecho, puede concluirse que la calificación que merece el Gobierno nacional, de Mariano Rajoy a Pedro Sánchez, depende en La Rioja de su sensibilidad hacia ambos frentes. De su colaboración para mejorar la carencia en infraestructuras y de su apoyo (vía, por ejemplo financiación autonómica) para contribuir al combate del invierno demográfico. De fondo, la eterna protesta: ese artículo 46 que jamás se activa. El efecto frontera. El defecto frontera.
Eduard Punset | Ex ministro
Lo curioso es que estas cuestiones estratégicas, que cohesionan el ADN regional y tienden incluso a unir a la clase política, han permanecido más o menos invisibles en campaña. Les perjudica esa tendencia que uniformiza a los candidatos: hablar un poco de todo (a razón de un tema por día), suele ser sinónimo de no hablar de nada. No hay una prioridad en el discurso de las candidaturas, que recurren al método del cajón de sastre para elaborar su programa y luego pedir el voto. De manera que no debería extrañar tanto la terrible vigencia de La Rioja Industrial, cien años después de su nacimiento. Ni debería asombrarnos que dentro de otros cien también nuestros descendientes nos pregunten qué fue de la lucha contra la despoblación o qué se hizo para el progreso de las comunicaciones. Más terrible sería que ningún lector del mañana encontrara respuestas en esta campaña.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.