Europa reivindica protagonismo en la jornada electoral del domingo. Frente a lo más cercano, la convocatoria para elegir el nuevo Parlamento comunitario parece perder trascedencia. Paradójico en una momento histórico clave para la construcción continental. Marco Aguiriano Nalda (Bruselas, 1963), hijo de una caracolera de ... Tricio y del histórico del PSOE y de la UGT José Antonio Aguiriano, se llegó a La Rioja a poner el acento en Europa.
- ¿Siente que las europeas son las hermanas pobres de la convocatoria del día 26?
- Siendo sincero y objetivo, un poco sí. Cuando el ciudadano vota a sus alcaldes y parlamentarios autonómicos es difícil tomar más protagonismo y preocupante no hacerlo.
- ¿Dice preocupante?
- Sí. Y absolutamente trascendentales. Estamos en una situación grave por la política de unilateralismo creciente del presidente Trump; por las pretensiones de Putin de recrear lo que fue la Rusia zarista o el imperio soviético; y por la afirmación geopolítica de China, que ya no es sólo ese gigante económico sino que es un gigante político. En ese triángulo, Europa tiene que reafirmarse y finalizar su construcción de manera que no nos convirtamos, como ha dicho alguna vez el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en un magnífico parque temático.
- Y también preocupante, supongo, por el auge de los euroescépticos...
- Sí. Y también porque están creciendo movimientos xenófobos, racistas, de extrema derecha... Por eso es fundamental que se sepa que son unas elecciones vitales.
- ¿Y lo sabe el ciudadano de a pie?
- He comentado con el propio Timmermans su preocupación por la falta de impacto, de divulgación de la información después de tres debates. Y es preocupante porque el 60% de la legislación que luego se ratifica en los parlamentos nacionales nace en el Parlamento Europeo en colegislación con la Comisión.
- La realidad es el desconocimiento que hay sobre lo que es la UE.
- Sí. Y olvidamos que los jóvenes, hoy, pueden viajar por 20 euros con Ryanair por una liberalización del tráfico aéreo europeo que se ha hecho en el europarlamento; y que se puedan cruzar fronteras sin pasaporte; y olvidamos el euro y las becas Erasmus o el fin del roaming telefónico... Un sinfín de cosas que ahora se dan por normales. Pero, ¡cuidado!, que igual que se hacen se pueden deshacer. Todo eso puede estar en peligro si no ganamos los que queremos consolidar y proteger todo esto.
- Con esos argumentos, ¿de alguien debe ser la culpa de que la idea de la UE no cale?
- Nada es completamente blanco ni completamente negro. Es culpa un poco de los políticos, un poco de las instituciones y también lo es de los medios de comunicación. Y luego también, lo dice Josep Borrell, porque en este país, durante mucho tiempo, se ha creído que Europa «la hacían bien» en Bruselas los políticos, los eurodiputados, los diplomáticos y los funcionarios. Se daba por bueno lo que llegaba de Europa. Hasta que ha habido una gran crisis económica y esa madre que construía carreteras, puentes, AVES, la madre de los fondos agrícolas... se convertía en la gran bruja pérfida que imponía austeridad. Entonces, sí, la inmediatez informativa combinada con la frustración que generaba Bruselas hizo que se disparase el interés.
- ¿No es paradójico que en estas elecciones se vayan a elegir grupos euroescépticos o partidos que quieren romper la unidad de alguno de los Estados miembros, por no hablar de tener en el europarlamento al 'enemigo' británico sentado a la mesa?
- Sí. Por eso, si históricamente las instituciones se han construido en torno a un consenso amplio entre las grandes familias políticas -la socialdemocrata, la democratacristiana y el liberalismo-, ahora se va a necesitar a esos tres y, probablemente, a los verdes europeos; e, incluso, y lo dicen incluso los partidos de derechas, a la parte que ellos llaman «más razonable de la izquierda más izquierda», para poder oponerse a esas fuerzas antieuropeas o independentistas de algunos países. Ahora, como nunca, en Europa vamos a tener que pactar.
- Timmermans advertía en el último debate que el tradicional acuerdo entre socialistas y populares europeos podía ser historia...
- Por primera vez desde el 94 es posible que la socialdemocracia europea gane estas elecciones. Pedro Sánchez y Antonio Costa han sugerido ya que sumando liberales y socialdemócratas vamos a ser bastantes más que los populares.
«El SMI europeo no es ningún sueño si es un SMI ponderado»
- Claro que sí. Nosotros lo planteamos. Se pondera. Si el PIB de La Rioja es el 98% del PIB medio de la UE, el salario mínimo interprofesional aquí sería el 98% del SMI medio de la UE. No es ningún sueño si se pondera.
- La solución está en más Europa ahí donde hay un valor añadido, economías de escala, sinergias y se demuestra que Europa es más eficaz que el nivel nacional, regional o local, y a lo mejor es precisa menos Europa en otros casos.
- Pues igual que en la fiscalidad, aquí también habrá que pasar a la mayoría cualificada para que no estemos bloqueados en la toma de decisiones, o de sanciones, para las crisis mundiales que nos rodean.
- Todo lo que tenga que ver con igualdad es una prioridad para nosotros, igualdad a todos los niveles para la ciudadanía europea.
- Este nuevo escenario, ¿puede complicar la reforma de la UE a la que todos los líderes apuntan?
- Si el 'brexit' ha demostrado algo es la capacidad del resto de miembros de la UE para reflexionar. Y se ve en todos los sondeos que el apoyo a la construcción europea sube. Todo el mundo ha visto lo difícil que es salir y el frío que hace fuera de la UE. Y refuerza la idea de la Unión y de que son intocables las libertades fundamentales, que son intocables nuestras conquistas sociales, medioambientales, sanitarias, etc. Lo conquistado no se toca y eso se ha defendido ahora más que nunca. Y para ello han votado juntos liberales, populares, socialdemócratas, verdes y una parte de la izquierda unitaria europea, algo que es bastante inaudito.
- En una reforma amplia, ¿podría alcanzarse ese consenso?
- Sería fundamental. Primero, para acabar de poner en funcionamiento el pilar social europeo; en segundo lugar, para consolidar y finalizar la unión económica y monetaria: hace falta un presupuesto, un fondo monetario europeo, garantías de depósitos, facilidades crediticias, incluso un seguro de desempleo europeo, como propone el Gobierno socialista español. Y una fiscalidad que se decida no por unanimidad sino por mayoría cualificada y que fiscalice a los GAFAS (Google, Amazon, Facebook y Appel) que realizan ingentes beneficios en nuestros territorios y pagan muy pocos impuestos, si los pagan. Hay que resucitar también el impuesto sobre transacciones financieras y otro tipo de recursos propios para la UE.
- Ha anotado propuestas que para los populares y liberales serían líneas rojas.
- La construcción europea ha demostrado que lo que hoy son líneas rojas puede ser una prioridad en un par de años. Las cosas se hacen a un ritmo que no es siempre el que desearíamos los socialistas pero finalmente se van haciendo.
- No hemos hablado de la política común de inmigración.
- Efectivamente, hace falta una política de inmigración común, decidida, que defienda los derechos humanos en el caso de los asilados reales, pero también una política que organice una inmigración regulada y legal en el caso de toda esta gente que viene en busca de una mejor vida económica y social. Y ahí hay que combinar bien la necesidad demográfica que tenemos con la realidad de que no podemos acoger, por mucho que queramos, toda la pobreza del mundo. Para eso están los planes de cooperación al desarrollo europeos, para ayudar en origen a crear condiciones económicas y sociales que permitan que esos países crezcan y no tengan que exportar población. Y España es un modelo que cada vez más quieren copiar en Europa por esta cooperación en origen.
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