Encuesta GAD3 en La Rioja 2023 | Elecciones del 28M

El PP ganaría las elecciones del 28M en La Rioja, pero necesitaría apoyos para gobernar

Si los augurios del sondeo –realizado sobre una muestra de 805 entrevistas– se cumplen el 28M, cualquier otra alternativa resultaría inviable. La reedición del actual pacto de Gobierno sería imposible, ya que el PSOE caería, en su mejor resultado, hasta los 13 diputados, y el apoyo de Podemos-IU (2) no le concedería la renta suficiente para mantener a Concha Andreu en el despacho principal del Palacete. Ni siquiera añadiendo el solitario escaño del PR+E podría el PSOE alcanzar la mayoría, aunque todo cambiaría si los regionalistas atrapasen dos asientos. La frialdad de las operaciones matemáticas suele ocultarlo, pero resulta muy difícil que un partido consiga solo un escaño en el convento de La Merced. En cuarenta años de elecciones autonómicas, ese caso no se ha dado jamás. La barrera del 5% es con frecuencia inexpugnable, pero una vez que se supera, aunque sea por poco, lo más habitual es que el botín sea doble.

El sondeo viene, además, a certificar la muerte anunciada de Ciudadanos. Solo una gesta homérica permitiría a su candidato, Ángel Íñiguez, entrar en el Parlamento de La Rioja. El desplome de la fuerza naranja, aunque previsto desde hace tiempo, es colosal, estruendoso; un deshacerse en migajas comparable a las históricas implosiones de la UCD, del CDS o, más recientemente, de UPyD. Hace cuatro años, los seguidores de Inés Arrimadas consiguieron una cifra muy importante de votos (18.738) y lograron cuatro escaños. De aquella lejana lozanía no queda ya ni el pellejo: la encuesta de GAD3 le reduce casi al tamaño del PACMA y apenas le concede un 1% de los sufragios emitidos.

La migración de los votantes de Ciudadanos es, probablemente, el gran asunto de estas elecciones y también lo será de las generales. En el caso de La Rioja, el PP es el que mejor ha sabido pescar en ese caladero. El mapa de transferencias de sufragios refleja que el 58% de los antiguos votantes naranjas han escogido el azul como nuevo color favorito. Siguen así en su éxodo –que para muchos será en realidad una vuelta a casa– a alguna de sus dirigentes, como Belinda León, que en tres semanas pasó de portavoz parlamentaria de Ciudadanos a candidata número 9 del Partido Popular. Aunque muy minoritaria desde que Albert Rivera dinamitó la formación centrista, en Cs hubo también una facción socialdemócrata y eso explica que uno de cada diez antiguos votantes naranjas del 2019 haya decidido en esta ocasión respaldar al PSOE.

Más allá de la pelea entre los dos gallos del corral –PP y PSOE–, que parece decantarse del lado popular, el verdadero intríngulis de estas elecciones reside en el comportamiento de los partidos pequeños, esenciales para formar mayorías. En los cuarteles de Podemos-IU, Vox, PR+E, Por la Rioja y Ciudadanos no sueñan con gobernar, pero sí con ser decisivos. No es una tarea sencilla porque para eso hay que superar el 5% de los sufragios, lo que suele suponer captar más de 8.000 votos. Según la encuesta de GAD3, esa cifra mágica la alcanzaría con cierta holgura Vox, que rozaría el 8%. Irrumpiría así la extrema derecha en el Parlamento de La Rioja tras su fracaso en las elecciones autonómicas y municipales de 2019, en donde, pese a sus expectativas, solo consiguió un acta de concejal en Calahorra.

En la otra esquina del cuadrilatero, Podemos-IU busca cómo sobreponerse a una legislatura tormentosa sin perder el apoyo de su electorado. El partido morado, muy dado a las conspiraciones y a la guillotina, tiene pocas virtudes que exhibir en La Rioja, con su prestigio muy dañado por la inefable gestión de su candidata en 2019, Raquel Romero. Aunque finalmente fue expulsada del partido, Podemos la designó y no puede esconder su responsabilidad. El peso de la coalición, al revés que hace cuatro años, recae en Izquierda Unida, cuya seriedad ha contrastado con la frivolidad mostrada por sus socios. Henar Moreno, que con frecuencia ha marcado el camino del Gobierno desde su escaño, asume la cabeza de lista. La encuesta no les da mal resultado, aunque esos dos escaños –los mismos que en 2019– puede que ahora sean insuficientes.

Entre las incógnitas del 28M figura el comportamiento de Por La Rioja, partido integrado por descontentos del PP y del PR+. Su líder y figura más conocida, el exdelegado Alberto Bretón, decidió competir en el Ayuntamiento de Logroño y dejó la papeleta autonómica en manos de una desconocida abogada, Sonsoles Soriano, antigua militante del Partido Popular. La encuesta de GAD3 les deja muy lejos del Parlamento, con un 2,5% de los sufragios. Resulta sorprendente analizar de dónde vienen sus apoyos, al menos según el recuerdo de voto manifestado por los entrevistados. Apenas nos encontramos con gente del PP. Abundan más los regionalistas e incluso los de Unidas Podemos, aunque el escaso volumen de encuestados que han optado por el partido de Bretón aconseja tomar este dato con precaución.

La campaña acaba de comenzar y todavía hay tiempo para que algunas tendencias se reafirmen y otras cambien de dirección. Con esta fotografía –los resultados fueron recopilados del 26 de abril al 6 de mayo–, el Partido Popular tiene en su mano regresar al Gobierno de La Rioja, de donde salió hace cuatro años, pero no podrá hacerlo solo. Esta partida de mus se juega a la chica.