Elecciones 28M
Los políticos entran en época de celo

Arranca la campaña. Con la sensación incómoda de no saber cómo pegar carteles en el año 2023, ayer se inició la carrera hacia el 28M

Pío García

Logroño

Viernes, 12 de mayo 2023, 02:00

En los albores de la democracia se instituyó la ceremonia litúrgica de la pegada de carteles. Era aquel un momento electrizante porque cabía la posibilidad de que los candidatos, poco hábiles en el manejo de la escoba, acabaran la jornada con el traje perdido de ... cola y un rictus confuso pero esperanzado. Sus caras quedaban difícilmente pegadas en las paredes, llenas de arrugas, cavidades y promontorios. Al día siguiente, como por encanto, a sus rostros sonrientes ya les habían brotado bigotes, gafas, colmillos de Drácula e impúdicos órganos anatómicos. Había algo muy tierno en esas primeras campañas electorales y cierta incertidumbre porque nadie sabía calibrar muy bien la fuerza de los partidos que se alzaron sobre las cenizas del franquismo.

Ahora, sin embargo, todo se ha vuelto aséptico y profesional. Con alguna excepción (Podemos-IU), la pegada de carteles en plena calle, ante la mirada sorprendida de bingueros y noctámbulos, ha sido sustituida por actos fríos, discursos preparados y refinados sistemas de luz y sonido. La medianoche ha perdido emoción y ya nadie se pone los pantalones perdidos de pegamento. Las declaraciones no tienen frescura y llegan al emisor perfectamente envasadas, casi liofilizadas, como esas verduras que se venden en los supermercados cortadas, lavadas y envueltas en plásticos. Todos salen a por todas. Los grandes quieren ganar y se muestran convencidos, con una euforia de plastilina. Los pequeños sueñan con ser «decisivos».

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Los ocho contendientes abrieron ayer formalmente una campaña en la que llevan ya semanas instalados. Desde hoy, decenas de candidatos recorrerán calles, auditorios y salas de usos múltiples. Visitarán ciudades, pueblos y aldeas. Sonreirán, se sacarán fotos, besarán niños, estrecharán manos, contarán chistes y puede que incluso bailen pasodobles. Acaba de comenzar una ceremonia del cortejo sin parangón en el reino animal.