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La presidenta en funciones de La Rioja, Concha Andreu, sigue meditando su futuro. Tras el duro revés electoral que recibió el 28M, la secretaria general del PSOE confiesa que no ha tomado aún una decisión: «Asumo en primera persona la derrota electoral, pero todavía ... no sé si cogeré el acta en el Parlamento, me iré a Cortes a ninguna parte», zanja. Andreu compartió ayer con el núcleo del partido sus dudas y recibió, según ha indicado, un apoyo incondicional de la Ejecutiva socialista, a cuya disposición puso su cargo. «No es el momento de apresurarse», sentencia.
Lo que sí ha querido dejar claro es que iba a seguir como secretaria general de la formación. «Seguiré siéndolo para recuperar la alegría», apunta. Andreu avanza que en las próximas horas mantendrá una conversarción con el presidente Sánchez y que su decisión llegará forzosamente en breve plazo. Las candidaturas socialistas al Congreso y al Senado se aprobarán en un comité regional extraordinario fijado para el día 7 de junio.
Andreu tiene ante sí la decisión de cómo cerrar una aventura que inició hace cuatro años, cuando hizo historia al convertirse en la primera mujer presidenta de La Rioja y en el ariete que acabó con 24 años de hegemonía popular en la comunidad autónoma. El pasado 28 mayo, los ciudadanos riojanos decidieron que el PP debía regresar al Palacete, tras entregar a su candidato, Gonzalo Capellán, una mayoría absoluta (17 diputados) que los populares no saboreaban desde el año 2011. El PSOE, mientras tanto, perdía tres escaños hasta quedarse con doce asientos en el convento de la Merced. Los contundentes resultados negativos fueron analizados ayer en la Comisión Ejecutiva Regional.
En su comparecencia, la presidenta en funciones achacó la derrota a «una ola nacional que nos arrastra» y a los habituales «problemas de comunicación»: «Me da la sensación de que no hemos sabido transmitir bien lo que hemos hecho, y yo la primera», reconoce. En cualquier caso, no se arrepiente de haber hecho profesión de fe sanchista, al contrario que otros barones socialistas, como García Page: «Eso irá en diferentes formas de ser. Yo, cuando estoy en un equipo, soy leal a un equipo, y más teniendo en cuenta las medidas que ha tomado Pedro Sánchez en beneficio de La Rioja».
Andreu decidió hacerse con las riendas no solo del gobierno, sino también del partido, tras un tormentoso verano de 2020 que se saldó con la destitución como consejero de Francisco Ocón, todavía secretario general. Finalmente, el Congreso Regional del PSOE, celebrado el 2 de noviembre de 2021, la entronizó como líder absoluta y sin contestación.
Con el Gobierno y el partido en sus manos, Andreu se propuso desplegar sus políticas ya sin oposición interna y con la pandemia dominada. Le favorecieron los fondos europeos, que le permitieron diseñar varios programas emblemáticos (Valle de la Lengua, Ciudad del Envase y del Embalaje). Los buenos indicadores económicos, sin embargo, no ha sido argumento suficiente para una ciudadanía que decidió que su mandato debía ser un paréntesis entre Ejecutivos del Partido Popular. El entusiasmo con el que Andreu ha defendido siempre al presidente Sánchez le ha podido pasar factura, así como el carrusel de ceses y destituciones en la primera parte de su mandato o la confianza a ultranza en la controvertida consejera de Podemos, Raquel Romero, incluso después de ser expulsada del partido morado. «Cuando no tienes mayoría absoluta y quieres aprobar leyes y presupuestos, la estabilidad es importantísima para la ciudadanía», abunda.
La posible marcha de Andreu a Madrid, aunque siga siendo secretaria general, dejaría al PSOE riojano en una situación extraña. Tanto la Ejecutiva como el Grupo Parlamentario han sido confeccionados a su medida, pero la evolución interna resulta ahora impredecible. La victoria es el único pegamento capaz de mantener cohesionado a un partido, como bien sabe el PP. «El PSOE está muy unido; estamos trabajando por este proyecto porque es bueno», replica. En caso de irse a Madrid, la decisión de Andreu contrastaría con la que ayer mismo asumió el alcalde en funciones de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, que ha optado por recoger su acta de concejal y pasar a la oposición. «Lo que a mí me guste o no es lo de menos -puntualiza Andreu-; que el partido decida dónde me quiere».
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