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Andrea Levy y Pablo Iglesias son en cierto sentido almas gemelas. Ambos son jóvenes (ella está a punto de cumplir 35 años y él cumplirá 41 en octubre: ahora se puede ser joven durante toda la vida), de verbo brillante, imagen atractiva y ... envidiable melena, recogida la del líder de Podemos, suelta la que luce la dirigente del PP. También les hermana una curiosidad de la que tal vez no son conscientes: ambos han viajado hasta La Rioja pero nunca de campaña. Prefirieron visitar esta tierra para ocasiones de índole festiva: Levy acudió a la primera edición del Muwi (y acabó como acabó, pasto de los rumores) e Iglesias, de incógnito a la boda de Alberto Garzón en Cenicero. Sólo una foto publicada por este periódico permitió acreditar que, como el dinosaurio famoso, cuando los invitados a los esponsales se despertaron se supone que resacosos, Iglesias ya no estaba allí.
Ambos han remediado esa carencia en su historial. O están a punto de hacerlo. Pablo protagonizará el insólito mitin de Podemos previsto este martes. Insólito por el escenario elegido: Nalda. Así como Moncalvillo, valga la analogía, presume de lucir la estrella Michelín alojada en el enclave menos poblado de todos los reunidos en la guìa roja, Nalda podrá alardear el día de mañana de ser tal vez la población más pequeña en albergar un acto de estas características. La plaza de la Tela, cumbre de su caserío, se dispone a convocar a la (cabe sospechar) nutrida caravana morada, así como a los adeptos que Iglesias reúne en La Rioja. Que son de dos clases: los seguidores acérrimos y los que se llevan mal con éstos pero aún adoran al líder máximo.
Ahí reside otra coincidencia. Levy, que este sábado ha podido ejercer por fin como mitinera en La Rioja, también dispone de más eco entre la facción del PP riojano liderada por su alcaldesa, que ejerció de anfitriona en aquella fallida velada bajo los acordes de La Habitación Roja, mientras recibe una frialdad mayor desde el sector tutelado por la dirección del partido. Lo cual tiene cierta lógica, vista la singular campaña que protagoniza el PP, donde cada candidato parece ir un poco a su aire. Tal vez porque en atención a su invitada todos han decidido repasar la discografía de La Habitación Roja, por si tocaba ponerse a bailar, y han tropezado con lo de siempre: con la duda cartesiana. Imposible elegir entre 'La vida es muy corta' o 'La última noche del año', porque ambos temas inducen al pesimismo, concepto que debe ser expulsado de toda campaña. Tendrán que confiar en que Pablo Iglesias decida por ellos. Pero no el Pablo Iglesias en que está pensando el improbable lector sino el productor musical del mismo nombre: el encargado del sonido de La Habitación Roja.
Andrea y Pablo. Pablo y Andrea. El martes se cierra el círculo en Nalda.
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