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Saltó la sorpresa en Viguera. Cuando todo apuntaba a que Aitor Santibáñez de nuevo iba a ser investido alcalde en el pleno municipal celebrado este sábado, dos candidatos se presentaron a la elección: él, por la agrupación Somos Viguera, y Álvaro Manzanos, por ... el PP. La votación se realizó en secreto: Santibáñez reunió los esperados tres votos de su partido, con la esperanza de gobernar en minoría, y Manzanos sumó cuatro, los del PP y los del PSOE. Insólito. De alguna manera se repite el ejemplo dado en Torrecilla en Cameros, donde una sola agrupación, Torrecilla Unida, formada por miembros del PSOE y del PP, concurrió a las elecciones y ya gobierna en la localidad.
El ya nuevo alcalde de Viguera, el popular Álvaro Manzanos, explicaba después del pleno de investidura que «el PSOE ha decidido apoyarnos debido a que nuestros programas son muy similares, es un acuerdo de buenas voluntades». Manzanos expuso en su discurso de investidura que «la idea es contar con todos, tiendo la mano para que todo el mundo que quiera colabore y trabaje por y para el pueblo, no hemos querido apartar a nadie, solo llevar a cabo el cambio que el pueblo solicitaba». La anterior legislatura fue convulsa en Viguera. El ya ex alcalde, Aitor Santibáñez, fue expulsado del PP tras ser condenado por pinchar las ruedas de un vehículo y continuó en el cargo como no adscrito a ningún grupo político. Además, fue acusado de supuestas amenazas a un vecino y detenido y posteriormente puesto en libertad por un presunto delito de malversación y falsedad documental.
«Lo mío está a la espera, mi abogado ha solicitado el sobreseimiento», advirtió a este medio semanas atrás Santibáñez, quien creó la nueva agrupación Somos Viguera para presentarse a las elecciones y fue la lista más votada, aunque no logró mayoría absoluta, sumó tres de los siete concejales de la Corporación, los otros cuatro se los repartieron a partes iguales PP y PSOE, cuya negociación se cerró a última hora del día anterior. Y resulta llamativo porque hace dos meses la reelegida concejal socialista Marta Ramírez acusaba a Manzanos de estar empadronado en «un inmueble fuera de ordenación por exceso de edificabilidad, con orden de derribo y sanción de 30.000 euros por infracción urbanística grave», de ser «cómplice de la pésima gestión del alcalde condenado» (en referencia a Santibáñez) y que «no puede ser ejemplo de nada bueno para Viguera». Recordando estas acusaciones, Manzanos advierte de que «eso ya son cosas de ellos, habrá que solucionarlo o aclararlo».
La propia Ramírez ha admitido que «es verdad que señalamos que había infracciones urbanísticas» y ha justificado el acuerdo con el PP porque «nuestro pueblo se encuentra en muy mala situación y era dejarlo sumido en procedimientos judiciales o avanzar, no teníamos otra opción que Álvaro y ahora mismo la prioridad es que haya un cambio». En cuanto a la posibilidad de entrar en el equipo de Gobierno de Viguera la socialista no revela nada, solo que «en los próximos días se verá». Como era de esperar, Santibáñez, el primer sorprendido y quien no esperaba el acuerdo, no estaba satisfecho con lo acaecido: «Las formas no han sido las correctas. Es una coalición de perdedores, hay que respetar la voluntad democrática para que gobierne la lista más votada». El ex alcalde se define como «antipactos», aunque avanzó que «ayudaré a Viguera en lo que pueda, si lo hacen bien, les aplaudiremos, pero si no, no».
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