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LUIS JAVIER RUIZ
Miércoles, 27 de mayo 2015, 19:06
Veinte años después, el Parlamento de La Rioja tendrá que retomar 'viejas' costumbres. Durante las dos últimas décadas, el color azul ha dominado en las bancadas del antiguo Convento de la Merced. Allí se han forjado leyes, se han aprobado presupuestos, se han redactado ... órdenes, se han aceptado competencias... Se ha diseñado, en definitiva, el presente de la región. Todo al dictado de la mayoría absoluta que el Partido Popular ha ido cosechando elección tras elección. Veinte años en los que no ha hecho falta acuerdo alguno, en los que los pactos han brillado por su ausencia y en los que el PP sólo ha necesitado la llamada a capítulo de sus diputados para hacer funcionar el 'rodillo'.
Pablo Simón cree que «el PP tiene un problema. Viene de un poder hegemónico y lo va a acusar mucho», analiza el politólogo riojano.
«Ahora no tiene un cheque en blanco», dice el profesor de la Universidad Carlos III, que frente a la inestabilidad propia de los gobiernos en minoría sitúa los beneficios que se desprenden para el ciudadano. «Habrá más fiscalización y transparencia ya que ahora tienen un contrapeso que antes no tenían. Igual que viene bien que en Andalucía no haya mayoría absoluta del PSOE, aquí viene bien que no la haya del PP».
En eso, por razones obvias, coinciden dos de los que han acompañado a Pedro Sanz durante los últimos 20 años. Eso sí, lo han hecho desde la bancada de la oposición. Son Miguel González de Legarra (PR+) y Pablo Rubio (PSOE). Ninguno estará en la próxima legislatura. El regionalista por decisión de los electores; el socialista ha preferido dar un paso atrás. Uno y otro auguran los cuatro años más interesantes de la política regional durante el último cuarto de siglo. «Vamos a tener más frescura, habrá acuerdos, se negociarán las leyes y el rumbo del Gobierno... y habrá debate. Hasta ahora no ha habido debate, hemos tenido discursos», asegura Legarra.
«La sensación de que el Parlamento es un paquidermo que no hay quien mueva o que es una institución sin mucha utilidad a la que los debates llegan muertos desaparece ahora... si quieren que desaparezca», abunda el regionalista que cree que será fundamental «un buen presidente» parlamentario «que dé juego a las minorías y use el reglamento como no se ha usado durante estos 20 años».
Travesía del desierto
Esas dos décadas, dice Pablo Rubio, han sido «la travesía del desierto». Él fue diputado en las legislaturas entre 1987 y 1995, las dos sin mayorías absolutas. «Durante 20 años, por la forma de gestión y por el talante del presidente de la Comunidad se ha impedido el debate y se ha concedido al Parlamento un papel residual». Es más, Rubio cree que «si se llega a cerrar durante 20 años, los ciudadanos no hubieran sido conscientes de esta situación. El Parlamento es el centro de la democracia, donde reside la voluntad de los ciudadanos», insiste Rubio, que cree que durante los próximos cuatro años «va a recuperar sus funciones. Debe ser el centro del debate».
Desde el PP, el punto de vista es diferente. Carlos Cuevas considera que el día a día «no cambiará mucho». «Sí, tendrá que haber más consenso, más acuerdos, quizá alguna reunión se alargará más por que habrá un portavoz más y serán más largas... No veo grandes cambios». ¿Es positiva una mayoría relativa y negativa una absoluta? «Son realidades distintas. Es positivo porque los ciudadanos han querido que sea así, de igual manera que en el 95 quisieron que hubiera una mayoría absoluta del PP».
Ese mismo ciudadano al que apela Cuevas es al que se refiere González de Legarra. «Será un Parlamento más cercano a la población... en función del compromiso de la mesa con los ciudadanos o con los partidos. Se puede convertir en un foro en donde el Gobierno dé cuentas, explique sus proyectos y pida la ayuda y el auxilio del Parlamento».
El adiós de González de Legarra y de Pablo Rubio hará que para todos los diputados regionales esta sea su primera experiencia en una mayoría relativa... salvo para el propio Pedro Sanz. «Hace falta que las fuerzas emergentes y el PSOE, que será un grupo bastante bisoño, conozcan y sepan cómo utilizar el reglamento y que sepan abstraerse de los recuerdos que tienen del Parlamento para inventar uno nuevo y recuperar el de los años 80 y 90 en donde realmente había debate. Si son capaces de ello, ganaremos todos», resume Legarra.
Los dos históricos de la oposición también dejan entrever que el Parlamento será «más divertido». «La democracia tiene que ser tranquilidad y sosiego para la sociedad», recuerda Cuevas, que explica que los debates, en ocasiones, alcanzan tal nivel técnico que están muy lejos de la definición de divertido. «Esta situación es un reto y, como dijo el presidente, tenemos que administrarla de la forma más adecuada», completa Cuevas.
¿Sabrán los protagonistas, llegado el momento, cerrar un pacto, un acuerdo después de dos décadas de mayoría absoluta? Unánimemente sí, en lo que podría ser un ejercicio práctico de lo que llega ahora. Cuevas lo da por hecho: «Habrá más acuerdos y más pactos. El objetivo es hacer cosas en beneficio de la sociedad»; «Estoy convencido. Tienen una responsabilidad institucional y tienen que garantizar la gobernabilidad de La Rioja. La institución es muy importante y detrás de esto no están los cargos sino políticas básicas como Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Infraestructuras. Tienen la obligación de pactar», abunda Rubio. «Por la cuenta que les trae», sentencia González de Legarra.
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