Zona Cesarini

La Rioja ingresó anoche en su propia 'Zona Cesarini'. La victoria con sabor a derrota propinada al PP de Pedro Sanz, y por extensión a la candidatura logroñesa de Cuca Gamarra, instala el mapa político regional en el tiempo de descuento, un territorio donde falta precisamente eso mismo: falta tiempo. El reloj corre en contra de Sanz igual que amenaza la carrera del ejemplo más socorrido que puede emplearse para describir lo sucedido ayer en La Rioja: el caso andaluz. Andalucía se encamina hacia un escenario donde la inexistencia de pacto, derivada de la ausencia de sintonía de la fuerza más votada con los partidos bisagra, amenaza con dirimirse en una nueva convocatoria electoral. Resulta prematuro pronosticar que La Rioja se precipite a un porvenir semejante, pero las sombrías caras de preocupación que distinguían a Sanz y los suyos mientras comparecían ante la prensa presagian días convulsos para la política regional.

Serán también días interesantes. Contra la negación de cualquier acuerdo, contra la imposibilidad de un acercamiento entre líderes aunque sólo fuera para compartir cinco minutos de charla, deben conspirar a partir de hoy los parlamentarios recién surgidos de las urnas. Porque habituarse a vivir en la 'Zona Cesarini' de la política tal vez no sea tan negativo: a fin de cuentas, Cesarini labró su fama sellando en ese tramo la victoria de su equipo, aunque está por ver si es posible en La Rioja una 'Zona Cesarini' donde ganen todos. Donde ganen los riojanos.