La hora del teléfono

Los principales protagonistas de la política riojana deberán acostumbrarse a una nueva era, en la que el bipartidismo sigue siendo dominante... pero ya no tanto. La llegada de los nuevos actores tiene sus matices. Podemos se ha convertido en la tercera fuerza electoral, pero sus posibilidades de actuación son pequeñas. Mientras, Ciudadanos, la cuarta, se ha reservado durante su cota existencia un margen de actuación más amplio. Y así, si todos los teléfonos sonarán, los de la coalición naranja estarán permanentemente ocupados. Diego Ubis (Parlamento) y Julián San Martín (Logroño) tendrán en sus manos las llaves de lo que se hace y se deshace.

¿Cómo han quedado las fuerzas políticas después del 24M? El análisis, con el frío de la mañana del lunes, desvela más de un quebranto y muchas, muchas novedades.

PP: el descalabro de la absoluta

El Partido Popular de La Rioja se ha descalabrado en el Parlamento de La Rioja. Sí, sigue siendo la fuerza más votada, pero después de perder casi 26.000 de los 85.000 votos que tuvo en el 2011. Ese tránsito del 51,9% de hace cuatro años al 38,4 % del 2015 hace difíciles de entender las sonrisas y los abrazos de la noche electoral del Círculo Logroñés.

Sanz y Gamarra jugaron en todo momento la carta de la mayoría absoluta, y de la "estabilidad" casi como único punto de su programa electoral. Las urnas les han dejado claramente lejos de esos objetivos, sobre todo en Logroño, y ahora deberán hacer algo que el PP riojano nunca ha hecho: gobernar dependiendo de otros.

No se trata sólo de hacer o no acuerdos de Gobierno. El PP deberá acostumbrarse, previsiblemente, a tener un presidente del Parlamento ajeno a sus intereses. Y lo mismo pasará con la Mesa de la Cámara, frecuentemente usada por los 'populares' como un rodillo para evitar malos tragos en La Merced. Y con el senador autonómico, que podría dejar de ser 'popular'

Y Pedro Sanz, en fin, deberá acostumbrarse a lo que nunca ha vivido: a tener que negociar leyes, presupuestos, comisiones de investigación y propuestas. ¿Será capaz?

PSOE: Buscando el suelo

Si las risas y los abrazos de la fiesta del PP eran difíciles de entender, los que también se vieron en el PSOE eran directamente incomprensibles. Los socialistas riojanos tocaban en 2011 un suelo que parecía difícil de horadar, con 11 diputados. Pero Concha Andreu ha conseguido empeorar la situación, con 10 escaños y un magro 26% de los votos. En el Ayuntamiento la cosa no ha ido mejor, sino lo contrario.

¿Por qué la alegría? Probablemente los socialistas se den por satisfechos con el mal ajeno y al posibilidad de un mayor juego político que abra alguna ventana en La Rioja. Y la recuperación de cabeceras históricas, como Arnedo, es un dulce consuelo.

Pero la realidad es que los socialistas siguen muy lejos de convertirse en alternativa de gobierno, ni siquiera pensando en una hipotética entente con Podemos. El PSOE parece haber frenado su caída... pero la caída sigue. Pese a las sonrisas.

Podemos: la tercera fuerza

Nadie puede ponerle un pero a los resultados de Podemos... excepto sus propias expectativas. Los 4 diputados de Cantabrana y asociados son un enorme resultado para una formación que hace apenas un mes no tenía ni lista, pero la vocación de fuerza mayoritaria de la izquierda de los de Pablo Iglesias queda aún lejos.

Pero descontando sus propias expectativas, y sumando las dificultades internas que ha tenido que vencer, el resultado de la formación morada en La Rioja es muy estimable. Un 11% de los votos les coloca como tercera fuerza. Si la izquierda más izquierda salva su fragmentación (escenificada en el 4,1% de votos "perdidos" por IU) los morados se acercarán peligrosamente al PSOE. Si no, su tercera escala sólo será un espejismo.

Ciudadanos: los de la llave

Lo dicho de Podemos vale para Ciudadanos: nunca un recién llegado ha sido tan exitoso. Ciudadanos queda por detrás de Podemos en porcentaje, pero le iguala en escaños y le supera claramente en capacidad de influencia política tanto en el Parlamento como en Logroño. Sus líderes se han cuidado durante la corta existencia de la formación de dejar claro que no se cierran a ningún acuerdo... aunque no firmarán un acuerdo de legislatura.

La de Ciudadanos es la única carta razonable que tiene Pedro Sanz para seguir siendo presidente. Pero los de la formación naranja son conscientes de que cualquier apoyo tiene un coste, y de que, sobre todo con las generales tan cerca, su apoyo no puede tener el aspecto de una carta blanca. Sanz no está acostumbrado a ceder ni un ápice, y Ciudadanos ha de escenificar al menos un apoyo crítico y con exigencias.

Diego Ubis es el hombre del teléfono, pues. Hasta el 18 de junio, que se constituye la cámara, su móvil no parará de sonar. El color del momento es sin duda, naranja.

Cambia: sí y no

Izquierda Unida (con el apoyo extrañamente incondicional de Equo) ha jugado una carta evidente en estas elecciones: maniobrar para echar a Podemos de sus dominios y conseguir algo de poder aprovechando la ola del 15M. La jugada le ha salido bien en Logroño (donde no había otra alternativa, ante la no presencia de Podemos) y mal en la Comunidad donde, a la hora de elegir, el votante he preferido la novedad a las viejas siglas disfrazadas.

La conclusión es la misma que en toda España: donde IU ha buscado la convergencia (o, como en Logroño, donde no había más opción), ha prevalecido. Donde se ha arriesgado a probar sus fuerzas en solitario o casi, ha fracasado. Y más aún, ha contribuido a debilitar las posibilidades de la izquierda con un porcentaje de votos (el 4,1%) que la ley electoral casi inevitablemente convierte en inútil.

PR+ y UPyD: los perdedores

La debacle de Unión, Progreso y Democracia era previsible. La coalición magenta se ha quedado sin espacio político y, muy previsiblemente, sin futuro. Su 1,3% en las elecciones al Parlamento habla alto y claro: el tiempo de UPyD parece haber acabado.

El Caso del PR+ es distinto, y doloroso. La formación regionalista volvía al Ayuntamiento de Logroño, pero mientras tanto era barrida del Parlamento precisamente cuando termina la hegemonía absoluta del PP. Los regionalistas se han beneficiado históricamente de un porcentaje de voto que les veía como la única "tercera vía" riojana. Pero ahora que ya existe no sólo una tercera sino además una cuarta, el futuro de los de Legarra es difícil. Los regionalistas se deberán agarrar a los retazos de su presencia municipal para no desaparecer defintivamente. Las lágrimas que ayer, asomaban en la sede regionalista no son para menos: el PR+ se asoma a un precipicio. Claro que si hay un partido en La Rioja acostumbrado a estos vaivenes es el PR.