La Alcaldía como asignatura

La estudiante en el IES Batalla de Clavijo aspira a convertirse en alcaldesa de Cenicero por IU en una candidatura que cierra Alberto Garzón

Teri Sáenz

Domingo, 10 de mayo 2015, 16:15

Ana Bruna Gomes de Castro tiene en la cabeza lo que tantos chavales de 18 años. Cuando concluya el bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza que ultima en el IES Batalla de Clavijo de Logroño, en junio se enfrentará a la PAU y, si ... todo va bien, en septiembre se matriculará en la UR para empezar Derecho. Sin embargo, a diferencia de muchos otros jóvenes como ella, la fecha que mira con más atención en su calendario es el 24 de mayo. No sólo serán las primeras elecciones en las que pueda ejercer su derecho a voto tras cumplir la mayoría de edad el pasado 14 de septiembre, sino que su nombre estará escrito en las papeletas de Izquierda Unida en Cenicero. Y no en cualquier puesto. Ella es la aspirante del partido donde milita desde agosto del 2014 a ocupar la Alcaldía de la localidad donde su familia regenta un negocio de hostelería.

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La cabeza de lista más precoz de cuantos concurren a las elecciones municipales en La Rioja lo es también de toda IU. Y posiblemente de España. «Me consta que la candidata de VOX en Cuenca tiene también una persona de 18, pero habría que mirar el DNI de cada una para saber quién nació más tarde», bromea para restar relevancia a ese detalle biográfico. «Lo importante de verdad es el compromiso social, las ganas de cambiar las cosas y para eso no basta con protestar en la calle, sino llegar a entrar en las instituciones», añade dejando constancia del nivel de militancia que le ha llevado a compaginar los libros de texto con la vorágine de una campaña electoral.

Lo que para otros de su misma edad resultaría noticiable, en su caso es un paso prácticamente natural. Integrante activa de la Asamblea de Estudiantes desde el 2012 y rostro omnipresente tanto en las manifestaciones a favor de la educación púbica como en las huelgas contra los recortes, Ana ha estado involucrada en múltiples movimientos reivindicativos a pesar de que en su entorno más próximo nunca había rastro de tanta efervescencia. Nacida en Itapaci (estado de Goias, Brasil), a los dos años recaló en La Rioja por motivos familiares y empezó a fraguar una conciencia social que ella juzga innata. «No hay más que leer las prensa o mirar alrededor para ver que las cosas no están bien», razona. «En La Rioja sufrimos una red caciquil llena de enchufismo y amiguismo que ahoga todo lo demás, y si no damos el paso para cambiarlo seguirá oprimiendo cualquier posibilidad de avance», dice para negar cualquier temor a afrontar un reto presuntamente impropio de su edad. «¿Vértigo? Ninguno», responde. «Lo único que me da miedo de verdad son cuatro más de Gobierno del PP y que un pueblo como Cenicero siga como está».

Ni siquiera la falta de experiencia en la gestión municipal le arredra. «Eso es algo que se va adquiriendo con el tiempo; lo fundamental es tener unos objetivos claros y querer que la gente viva mejor», sentencia. «Si no has estado reclamando en la calle, si no vives lo que ansías, ¿cómo vas poder defenderlo en el pleno de un Consistorio?».

La guitarra y el referente

Sólo un afán compite con la política en el universo personal de Ana Bruna: la música. Los doce años tocando la guitarra que le llevaron a cursar el Bachillerato de Artes Escénicas han quedado ahora aparcados por la actividad política que su familia, al final, ha llegado a asimilar. «Lo han pasado fatal», confiesa. «Sobre todo por el miedo a qué pasará con mi futuro laboral si me identifico tanto, a que me pueda ocurrir algo en alguna movilización... Sin embargo son conscientes de que tengo una ilusión enorme y me apoyan al 100%». El mismo respaldo que asegura percibir entre sus compañeros de aula que, sin embargo, en contadísimos casos asumen la política con tanta intensidad como ella. «Puedo llegar a comprender cierto pasotismo entre la gente de mi edad -concede- pero si quieres cambiar lo que te rodea tienes que implicarte; quejarte sentando en el sofá viendo un partido de fútbol no conduce a nada».

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En su inclusión como aspirante a la Alcaldía de Cenicero donde le secundan un histórico de la izquierda en la zona como Emilio Mozo y su hijo Ludovico ha influido la confianza ciega del partido, además de la decisión de Alberto Garzón de cerrar la lista del mismo pueblo donde el candidato nacional de IU a la Presidencia pasó la infancia y mantiene sus raíces. «Tengo pocos referentes pero Alberto es, sin duda, el primero de ellos», confiesa confiada en las opciones de lograr al menos el acta de concejal y lograr un objetivo mayor: «Poner el Ayuntamiento a disposición de la gente».

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