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Confirmado. El endurecimiento de las condiciones financieras ya se deja notar en la actividad de la zona euro, donde el PIB registró una contracción del 0,1% en el tercer trimestre del año respecto a los tres meses anteriores, cuando la expansión fue del 0, ... 1%. Los datos publicados este jueves por Eurostat confirman la estimación preliminar, como también la del estancamiento que presenta el conjunto de la Unión Europea en el periodo.
De los Veintisiete, un total de 13 países registraron tasas de crecimiento negativas en el tercer trimestre y de estos, siete (Dinamarca, Estonia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Austria y Suecia) se encontraban en recesión técnica. Pero el mayor lastre, por su peso en la economía regional, sigue siendo Alemania, donde el PIB retrocedió un 0,1%.
Entre las principales economías del euro, España volvió a mostrar el mayor ritmo de expansión al crecer un 0,3% en el tercer trimestre, frente al 0,4% del anterior. Por contra, Francia creció solo un 0,1% desde el 0,6%.
A pesar de la contracción general del PIB, el empleo en la zona euro sigue presentando una fuerte resistencia a los shocks económicos vividos en los últimos tiempos. En concreto, la ocupación aumentó en la zona euro un 0,2% en el tercer trimestre, cifra que es igual en el conjunto de la UE. Si la comparativa se hace con el tercer trimestre de 2022, el empleo aumentó en un 1,3% en la zona euro, mientras que en la UE creció un 1,2%.
España repite de nuevo como una de las economías más fuertes en este sentido, con una subida del 1,3% después de superar el estancamiento observado entre abril y junio. Según los datos de la oficina estadística comunitaria, se trata del segundo mayor aumento trimestral entre los Veintisiete, sólo por detrás del 1,4% de Malta.
La confirmación de estos datos macro serán tenidos muy en cuenta por el Banco Central Europeo (BCE) que celebra el próximo 14 de diciembre su última reunión del año. Aunque la resistencia del mercado laboral puede generar todavía ciertas tensiones inflacionistas, la debilidad del crecimiento y, sobre todo, la moderación de la inflación (que cerró noviembre en el 2,4% en la zona euro) permiten anticipar que no habrá cambios en los tipos de interés, actualmente situados en el 4,5%.
El mercado descuenta desde hace semanas este escenario, centrando ahora el debate en cuándo se producirán las primeras bajadas en las tasas de referencia. La mayoría de analistas da por hecho que será después de verano cuando se inicie ese proceso. Algunas casas como Deutsche Bank prevén que los recortes alcancen los 75 puntos básicos en esos meses hasta final de año, aunque todo dependerá de la evolución de los datos macro.
«Se espera que la actividad económica siga siendo moderada, si bien el aumento de la renta real disponible sería un factor estabilizador», indican los expertos de la entidad financiera.
Desde la gestora Lombard Odier añaden que, como la inflación cae rápidamente y el crecimiento sigue siendo débil, «la evidencia de un error de política es ahora clara». Explican que la última Encuesta sobre Préstamos Bancarios de octubre del BCE muestra que las normas crediticias siguen endureciéndose y que la demanda de nuevos préstamos es débil. Los indicadores prospectivos, como las encuestas del índice de gestores de compras (PMI), sugieren una mayor debilidad a corto plazo.Creemos que, a mediados de 2024, esta mala combinación de crecimiento e inflación presentará argumentos convincentes para una relajación gradual de la política monetaria.
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