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Crisis de suministro, guerra en Ucrania, una inflación desbocada con los precios energéticos disparados, el inicio de las subidas de tipos por parte del BCE... la zona euro logró esquivar en 2022 un complejo panorama económico que despertó los peores augurios en torno a una ... recesión inminente. Según la estimación preliminar de Eurostat, la oficina estadística de la UE, la región creció un 0,1% el último trimestre del año.
Es cierto que la cifra indica cierta desaceleración frente al ritmo experimentado en los trimestres anteriores (0,6% en el primero, 0,9% en el segundo y 0,3% en el tercero). Pero se logra evitar la temida contracción económica frente a las voces que apuntaban a un auténtico desplome con la llegada del invierno.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, celebro´a través de la red social Twitter el dato. «Buenas noticias: la zona del euro evitó una contracción en el último trimestre de 2022. Seguimos enfrentándonos a múltiples desafíos, pero las perspectivas para este año parecen un poco más prometedoras hoy que en otoño», indicó.
En el conjunto del ejercicio, la zona euro experimentó un sólido crecimiento del 3,5%. Irlanda (+3,5%) es el país que ha registrado la subida más importante en el trimestre, seguido de Letonia (+0,3%) y de España y Portugal (+0,2%).
Otras grandes potencias como Francia avanzaron un 0,1%, mientras que Italia se contrajo un 0,1%. Alemania, una de las economías más vigiladas por su mayor dependencia del gas ruso, sí experimentó una caída del PIB del 0,2% en el segundo trimestre.
Martin Moryson, Chief Economist para DWS, constata que el crecimiento de la región se debe sobre todo por el poderío demostrado de nuevo por Irlanda, «que se ve distorsionado por el gran número de empresas extranjeras establecidas allí por motivos fiscales». No obstante, y aunque considera que existen indicios de que la zona euro experimentará un periodo de debilidad durante el invierno, «cada vez es menos probable que se produzca una recesión técnica».
Pese al dato germano, los analistas son optimistas. En una reciente presentación de previsiones, Marko Mrsnik, director de ratings soberanos de S&PGlobal recordaba que una de las claves para la buena evolución en la zona euro es que las reservas de gas se encuentran actualmente al 90% de su capacidad.
«Esto es muy importante porque, a pesar del frío, al final del invierno deberían estar aún por encima del 50%, lo que facilitará los esfuerzos para rellenar y evitar un posible riesgo de desabastecimiento», indica el experto.
El propio Fondo Monetario Internacional (FMI), acaba de actualizar sus previsiones ecnoómicas, apuntando a que el PIB de la zona euro crecerá un 0,7% en 2023, frente al 0,5% estimado previamente. En el caso concreto de Alemania, su economía limitaría el crecimiento al 0,1% este año. Hace unos meses, anticipaba una contracción del 0,3%.
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