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Viajar a Estados Unidos: de destino turístico a sala de interrogatorio
Turismo

Viajar a Estados Unidos: de destino turístico a sala de interrogatorio

Las visitas de extranjeros se ha desplomado un 12% de media en los primeros meses del año y amenaza con dañar la economía del país

Miércoles, 16 de abril 2025, 06:51

Cada día, alrededor de un millón de personas cruzan la frontera de Estados Unidos. Algunos lo hacen por primera vez, otros de forma habitual por motivos laborales. Todos acceden a través de alguno de los 380 puestos de control que el país tiene en carreteras, puertos y aeropuertos. Una parte importante de ese flujo corresponde a ciudadanos estadounidenses que regresan a casa, pero un porcentaje creciente está formado por extranjeros que llegan con el pasaporte en una mano, el visado en la otra y se enfrentan al escrutinio de los agentes migratorios: «¿Cuánto tiempo va a estar?», «¿cuál es el propósito de su visita?», «¿conoce a alguien en Estados Unidos?».

Estas son algunas de las preguntas frecuentes que enfrentan los visitantes al ingresar al país. «Los oficiales del servicio tienen la autoridad de interrogar a los viajeros», señala la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Esa autoridad incluye el poder de admitir o rechazar a cualquier extranjero, aunque cuente con un visado válido. «Ningún visado garantiza la entrada a Estados Unidos», recuerdan las autoridades. No ha habido cambios legales en la normativa, pero sí en las directrices políticas, y eso se nota en los aeropuertos.

«Desde el punto de vista de las agencias de viajes, es pronto para sacar conclusiones», declaraba este martes Jordi Hereu, ministro de Industria y Turismo del Gobierno de España. La Semana Santa —que el año pasado cayó en marzo— puede haber influido en las cifras, pero no las explica por completo. Las entradas por tierra desde Canadá también se han reducido: un 8 % menos en comparación con los primeros meses de 2024. Algo está cambiando, y las redes sociales no tardan en documentarlo.

En las últimas semanas, a un número creciente de visitantes internacionales se les ha negado la entrada al país en los puntos de control fronterizos, lo que ha provocado deportaciones inmediatas o detenciones de varios días, e incluso semanas.

La caída de llegadas se extiende a todas las regiones del mundo, salvo Oriente Medio y Europa del Este. Las estadísticas muestran descensos del 12% en los visitantes procedentes de África, del 10% en Sudamérica y hasta del 24% en América Central. La Asociación de Viajes de Estados Unidos califica estas cifras como «tendencias preocupantes».

En las últimas semanas, a una gran cantidad de visitantes internacionales que intentaban ingresar a Estados Unidos se les ha negado la entrada en los puestos de control fronterizos, lo que ha dado lugar a deportaciones a sus países de origen o a días, incluso semanas, de detención.

El balance global refleja una caída del 12% en la llegada de visitantes internacionales, la más pronunciada desde marzo de 2021, justo cuando el turismo empezaba a recuperarse tras la pandemia. El sector comienza a atribuir este retroceso al mensaje que lanza Estados Unidos hacia el exterior. «Se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal, y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron», declaró Donald Trump en su primer discurso tras su regreso a la Casa Blanca.

12% de visitantes extranjeros menos

en comparación con marzo del año pasado, la mayor caída tras la pandemia de covid-19

Aunque estas declaraciones apuntaban principalmente a la frontera sur, su impacto se extiende a todos los puntos de entrada. Hace unas semanas, The New York Times revelaba el caso de una joven británica de 28 años que permaneció tres semanas en un centro de detención migratoria en el estado de Washington. Intentó cruzar desde Canadá, pero las autoridades cuestionaron la validez de su visado. «Lo más importante es demostrar que el motivo del viaje coincide con el visado presentado», insiste el Departamento de Seguridad Nacional.

Una situación similar vivió la alemana Celine Flad. Fue retenida durante 24 horas pese a mostrar reservas de hotel en Nueva York, Miami y un viaje posterior a Cancún. Le preguntaron repetidamente por qué quería entrar a Estados Unidos, le retiraron su teléfono móvil y revisaron sus fotografías. «La ley federal otorga a los funcionarios el derecho a registrar pertenencias, incluidos teléfonos y ordenadores. No es necesario ser sospechoso de ningún delito», establece la normativa estadounidense. Ni siquiera los países aliados escapan a estos controles exhaustivos.

Aunque muchos de estos países forman parte del programa de exención de visado, las complicaciones no han desaparecido. Las experiencias negativas han llevado a varios gobiernos europeos —como Alemania, Reino Unido, Dinamarca o Finlandia— a advertir a sus ciudadanos: «Cualquier error en la cumplimentación de los trámites aduaneros puede derivar en la detención del visitante». España, por el momento, no ha modificado su política de avisos, aunque las llegadas de españoles a Estados Unidos han caído un 25 % respecto a marzo de 2024.

«Se observa una bajada, pero de momento es demasiado pronto para sacar conclusiones», apuntó el ministro Hereu. «Esto no sucede en sentido inverso: ha aumentado el número de visitantes norteamericanos en España», añadió.

Más vigilancia en América

El endurecimiento del control migratorio no se limita a Europa. Donald Trump ha vuelto a poner el foco en América Latina: México, Venezuela, Brasil, Panamá… todos bajo su lupa. Solo Argentina, con Javier Milei como aliado, parece fuera del radar. Aun así, los controles son los mismos para todos.

El caso de México es especialmente significativo: la caída de visitantes coincide con el avance de la campaña de reelección de Trump, cuyo discurso migratorio vuelve a tensar las relaciones bilaterales. En Nicaragua, el descenso es sostenido desde mediados de 2024; en Argentina y Uruguay, las cifras fluctúan sin una tendencia clara. Cuba, en cambio, marcó un aumento de entradas durante gran parte del año, antes de un retroceso reciente.

Este panorama evidencia que el endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses ya tiene efectos concretos en los flujos regionales.

No obstante, como sucede a menudo en política exterior, toda regla tiene su excepción. Si de los aranceles recíprocos se salvaron unos pocos países, del descenso de visitantes también. En ambos casos, la incógnita es Rusia.

Con el regreso de Trump al Despacho Oval, las tensiones con Moscú se han relajado y las visitas de ciudadanos rusos a Estados Unidos han repuntado tras meses de caída.

Un golpe a la economía

La nueva política fronteriza está empezando a sentirse también en la economía. Las reservas de vuelos y hoteles están cayendo, y el temor a que la tendencia se agrave crece en el sector turístico.

La firma de análisis Tourism Economics, que había proyectado un aumento del 9 % en la llegada de turistas internacionales en comparación con 2024, revisó recientemente su previsión a una caída del 9,4%, tras el giro arancelario y migratorio de la Administración Trump.

El año pasado, los visitantes extranjeros gastaron más de 253.000 millones de dólares en bienes y servicios relacionados con turismo

El año pasado, los visitantes extranjeros gastaron más de 253.000 millones de dólares en bienes y servicios relacionados con turismo, lo que representó más del 19 % del gasto total en viajes dentro del país. Desde Goldman Sachs, el diagnóstico es más cauto: «El impacto en el PIB sería moderado, una caída del 0,1 %, aunque si la tendencia persiste, el efecto podría ser mayor».

En un mundo cada vez más interconectado, la política de puertas abiertas o cerradas no solo define fronteras físicas, sino también los límites invisibles de la diplomacia, la economía y la confianza internacional. Estados Unidos, durante décadas símbolo de bienvenida, enfrenta hoy un dilema: cómo proteger sus fronteras sin erosionar su imagen. El turismo, los negocios y los vínculos personales empiezan a resentirse. Y el resto del mundo toma nota.

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