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El continuo ascenso de los contagios en España debido a la expansión de la variante delta y el levantamiento de las restricciones está suponiendo que las reservas hoteleras hayan caído hasta el 47% frente a los niveles prepandemia en la primera semana de julio, desde ... el 55% que consiguieron a finales de junio. Los datos revelados este martes por la fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) indican que la expansión del PIB podría ser hasta de tres décimas más de lo previsto este año si el turismo no se estuviera viendo tan afectado por ello.
Es decir, los expertos anuncian una revisión al alza de sus previsiones de crecimiento del PIB de 2021 hasta el 6,3% por el aumento del consumo tras la pandemia, pero este avance podría haber llegado al 6,6% de no ser por la variante delta y su impacto en el turismo.
Según sus previsiones, el turismo alcanzará el 40% del volumen de ingresos y entrada de visitantes en el tercer trimestre respecto a 2019 y el 50% en el cuarto trimestre. El sector se irá recuperando «paulatinamente» hasta conseguir el 85% del volumen de 2019 en el tercer trimestre de 2022, según explicó en rueda de prensa Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas.
Por su parte, la ministra de Turismo, Reyes Maroto, pidió «prudencia» tras el Consejo de Ministros a la hora de evaluar el impacto de las recomendaciones de viaje a España en el sector. Recordó que aunque se ponga la lupa en la Incidencia Acumulada que está subiendo, la presión hospitalaria ahora es «muy baja» al tener al 60% de la población con una dosis de la vacuna. «España es un destino seguro, las medidas para la movilidad están funcionando muy bien», señaló. Por ello, manifestó que el Gobierno mantiene su previsión de alcanzar 40 millones de turistas en 2021, la mitad que en 2019 pero el doble que el año pasado.
Y a pesar de la mejora mejora en las previsiones de 2021 de Funcas, las recortan de cara a 2022, cuando los expertos vaticinan un crecimiento del PIB del 5,8%, cuatro décimas menos que en su informe de mayo. Se debe, han explicado, al «desafío» de las nuevas variantes del virus, la evolución de la inflación y la incertidumbre respecto a la crisis sanitaria.
Con ello, el crecimiento del PIB para el conjunto de estos dos años se queda aproximadamente igual que lo vaticinado en mayo, ya que mejoran las previsiones de 2021 por el efecto de la demanda embalsada pero empeoran las de 2022. Torres aseguró que la onda expansiva del consumo postconfinamiento puede mantener su efecto hasta el año que viene, pero a partir de entonces serán los fondos europeos y el propio funcionamiento de la economía los que mantengan la expansión.
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