La Unión Europea adopta el veto a los coches de gasolina y diésel a partir de 2035

La nueva normativa contempla la reducción en un 55% de la fabricación de coches de combustión de diésel, gasolina e híbridos para 2030 y un 50% la de furgonetas, antes de vetar completamente su venta cinco años después. El objetivo no es otro que impulsar la electrificación del parque automotor europeo, aunque la medida también abre la puerta al desarrollo de otros que funcionen con motores de combustión «alimentados exclusivamente con combustibles neutros en dióxido de carbono», un sector con bastante potencial en Alemania.

Ahora, la Comisión Europea deberá desarrollar el acto delegado con el que creará una categoría especial para los coches de e-combustibles, que llegará previsiblemente este otoño. El pacto entre Berlín y Bruselas para blindar este tipo de vehículos puso fin a semanas de fricción entre las capitales europeas. El Ejecutivo de Olaf Scholz vetó la normativa europea en el último minuto, después de dos años de negociaciones. La mayoría de Estados miembros se negó a una revisión del texto, pues eso demoraría su adopción durante varios años. Finalmente, el 'sí' de Alemania a esta iniciativa ha roto la «minoría de bloqueo» y ha dejado sola a Polonia. Durante la reunión Roma ha mostrado su enfado por que la Comisión Europea no haya incluido entre sus excepciones los biocombustibles.