Última oportunidad antes del 'hachazo' a los planes de pensiones individuales

Pero el próximo año la cifra se reducirá más todavía, hasta los 1.500 euros. Así que agotar el límite con aportaciones hasta el 31 de diciembre sigue siendo una buena opción para los contribuyentes. «Cuanta más alta sea la renta, más se beneficia de esto porque es una reducción en la base imponible», explica Luis del Amo, secretario general del REAF.

«Por ejemplo, teniendo en cuenta la escala estatal y que no nos podemos aplicar otras deducciones, con un tipo marginal del 19% y una aportación de 2.000 al año, la devolución será de 380 euros. Si, en cambio, nuestro tipo es de 47%, el nuevo máximo, con la misma aportación, la devolución será de 940 euros», explican desde Abante.

Los técnicos de Gestha coinciden en que esta ventaja es tradicionalmente utilizada por los declarantes que ingresan más de 60.000 euros, cuyo ahorro les supone casi la mitad de sus aportaciones al plan de pensiones. Según sus cálculos, para una renta, por ejemplo, de 80.000 euros, una inversión de 1.000 euros supondrá un ahorro de 450 euros, mientras que la cifra subirá a 900 euros si la aportación llega al límite de los 2.000 euros.

Añaden que, a igualdad de importes invertidos en planes de pensiones, la ventaja fiscal para las rentas más altas ha aumentado al incrementarse en 2021 los tipos marginal en 2 puntos para las rentas de más de 300.000 euros, «por lo que su ahorro fiscal supera en el 150% al de las rentas medias, y casi en el 250% al ahorro de las rentas más modestas».

Hay que tener en cuenta que, en realidad, cuando se invierte en planes de pensiones lo que hacemos es diferir el pago del impuesto al momento del rescate, cuando tributamos por la totalidad de lo que rescatemos como rentas del trabajo.

En concreto, las aportaciones que se hayan realizado antes del 31 de diciembre de 2006 se pueden rescatar con una reducción del 40% siempre que se cumplan estas fechas: los que se jubilaron entre 2011 y 2014 pueden aplicarse la deducción en el año en el que se cumple la contingencia y en los ocho ejercicios siguientes, mientras que los que se jubilaron a partir de 2015 tienen el año de jubilación en curso y los dos siguientes para poder aplicarse la deducción. Es decir, 2021 es el último año para los que se hayan jubilado en 2013 y en 2019.

«Es importante saber que cuando nos jubilamos no estamos obligados a rescatar el plan de pensiones de forma inmediata», insisten desde Abante. Indican que la realidad es que «si lo hacemos cuando ya estamos cobrando la pensión pública de jubilación seguramente paguemos menos impuestos porque, por lo general, nuestra base imponible es menor en ese momento ya que la pensión suele ser inferior a nuestro salario».

En cualquier caso, a los contribuyentes que en 2021 se hayan jubilado o sufrido algún tipo de discapacidad, Gestha les advierte de los peligros de rescatar el plan de pensiones en forma de capital, ya que actualmente no se mantiene la reducción del 40% en este tipo de rescate, salvo en las aportaciones anteriores al 31 de diciembre de 2006. Por eso, recomiendan analizar su tributación para comprobar qué conviene más. En caso de no haber reducción, la tributación siempre será inferior rescatando el plan en forma de renta.