El crecimiento de la economía española está muy centralizado en el sector exterior, tanto en el 'boom' del turismo extranjero como en la buena marcha de las exportaciones de bienes (y a la reducción de las importaciones). Mientras que el consumo, la palanca que movía ... la economía antes de la pandemia, está estancado. Es curioso que sigue muy por debajo de los niveles precovid incluso en los tramos de renta más altos, que a priori deberían ser quienes estuvieran gastando más tras la crisis. Sin embargo, los datos publicados esta semana por el Banco de España revelaron que el consumo privado en España sigue casi cuatro puntos por debajo de los niveles previos a la pandemia. Es decir, los españoles no están gastando tanto como antes de la crisis sanitaria, ni siquiera los que tienen más ingresos.
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Pero, ¿por qué? Esta es la gran pregunta que se hacen los propios economistas del Banco de España, ya que las subidas de precios en esta crisis inflacionaria pueden haber motivado un retroceso del consumo pero tiene que haber más factores que expliquen este comportamiento. El profesor de Economía, Finanzas y Contabilidad de Esade, Omar Rachedi, explica a este periódico que la caída del consumo está muy vinculado con la vivienda.
Por un lado, porque las familias de rentas medias-altas son las que más acceso a compra de vivienda a través de hipoteca realizan y, por tanto, habrán sido las más afectadas por la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) los últimos trimestres, «lo que les ha llevado a reducir su consumo de bienes no necesarios».
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José María Camarero
Además, la subida de precio de los alquileres -motivado en parte por el 'boom' del turismo a través de la vivienda turística- tiene un «efecto directo» en la capacidad de compra de las familias de este tramo de renta, así como entre los españoles de 35 a 55 años, que son el grupo de edad en el que la brecha entre su consumo precovid y el actual es mayor, según los datos del Banco de España. De hecho, el único grupo de edad que actualmente tiene un nivel de gasto mayor que en 2019 son los mayores de 65 años, debido a la revalorización conforme al IPC de sus pensiones y a «la multitud de políticas sociales que miran más a los mayores que a los jóvenes», indica Rachedi.
Y el peligro es, según fuentes consultadas, que la «pompa» del turismo esté tocando la cima -después de haber desestacionalizado y diversificado destinos y acoger a más de 90 millones de visitantes este año, según las previsiones del propio Gobierno-, por lo que el crecimiento económico no podrá basarse mucho más tiempo en el tirón de este sector.
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Y, por otro lado, que el consumo privado no despegue. Los economistas del Banco de España consideran que todo hace presagiar que sí lo hará porque la tasa de ahorro es alta y los tipos de interés han comenzado a bajar, cuyo objetivo es precisamente impulsar la demanda nacional de los países europeos. Pero nadie está seguro de nada. En el supervisor reconocen que la caída del gasto puede responder incluso a cambios de hábitos que se conviertan en estructurales.
Los españoles están reduciendo su gasto en automóviles, por ejemplo, y eso puede deberse tanto a la incertidumbre en cuanto a la normativa de los coches de combustión como a un cambio generacional en el uso del vehículo privado. Lo mismo ocurre con gastos como en vestuario y calzado, ya que muchas personas que tras la pandemia ahora teletrabajan total o parcialmente no ven necesario tener un presupuesto tan elevado para vestimenta.
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