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La desescalada de la guerra comercial entre las dos grandes potencias del globo está cerca de producirse. O, al menos, así lo ha dejado entrever ... el presidente de Estados Unidos, que ha anunciado este martes (madrugada del miércoles en España) que bajará «sustancialmente» los aranceles a China, aunque «no llegarán a cero». De esta forma, ha reconocido que la tasa del 145% que actualmente aplica Washington para todos los productos chinos es «muy alta» y que, tras considerarlo, los bajará hasta que «no queden ni cerca de ese número».
Sus declaraciones han tenido lugar apenas horas después de que el Secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, afirmara en un evento organizado por la entidad financiera JPMorgan que la guerra comercial entre Estados Unidos y China no es sostenible y que los gravámenes que se aplican entre ambos países suponen un embargo comercial de facto.
Actualmente, Pekín grava con un 125% todos los productos de EE UU, además de otras medidas. El Ejecutivo chino fue un poco más allá el lunes, cuando aseguró que tomaría medidas contra cualquier país que intentara buscar un acuerdo comercial favorable a costa de los intereses chinos.
El gigante asiático también ha declarado en reiteradas ocasiones que una guerra comercial «no beneficia a nadie». De hecho, este mismo miércoles el presidente chino Xi Jinping se ha vuelto a manifestar en esta línea en una reunión con su homólogo de Azerbaiyán, afirmando que los aranceles «socavan los derechos e intereses legítimos de todos los países, dañan el sistema multilateral de comercio e impactan en el orden económico mundial».
Asimismo, tras la crisis institucional que ha tenido lugar en Estados Unidos después de que Trump atacase con fuerza al presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, por no bajar los tipos, el republicano ha reculado y ha asegurado que «no tengo la intención de despedirlo». Aún así, ha admitido que «me gustaría verlo -a Powell- un poco más activo» para bajar las tasas porque «es el momento perfecto para hacerlo». Cabe recordar que el lunes, Trump lo insultó llamándolo de «gran perdedor». Unas declaraciones que infundieron temor entre los inversores en los activos estadounidenses e hizo que los principales índices bursátiles de EE UU se tiñeran de rojo.
Sin embargo, los dos últimos movimientos de Washington, con la posibilidad de la desescalada comercial con China un poco más cerca y la rebaja de tensión con el presidente de la Fed, han hecho que los mercados reboten con fuerza. Durante este miércoles, la confianza en los activos estadounidenses crecen entre 2,5 puntos y 3 puntos. El Nasdaq, índice de las tecnológicas, sube un 2,71%, el Dow Jones lo hace en un 2,66% y el S&P registra una subida del 2,51%.
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