Secciones
Servicios
Destacamos
La tasa de paro saltó hasta el 15,33%, la cifra más alta en dos años, en el segundo trimestre de 2020 después de que entre abril y junio el número de personas desempleadas se incrementara en 55.000, hasta los 3,368 millones, según ... la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este martes. En el primer semestre, el aumento en la cifra de parados es de 176.100. De acuerdo con la cartera de Asuntos Económicos, «las medidas de flexibilización de los expedientes de regulación de empleo (ERTE) están mostrándose eficaces para reducir el impacto en el empleo y que éste sea menor que el observado en crisis anteriores». Según la metodología tanto de Eurostat como de la Organización Internacional del Trabajo, las personas incluidas en ERTE se consideran ocupadas. Tal como recogen cifras oficiales, de los 3,4 millones de personas afectadas por estos expedientes, 2,2 millones ya han vuelto a la actividad normal, a un ritmo que en junio fue de 36.000 personas al día.
El incremento del paro es inferior al pronosticado por algunos organismos, como el Banco de España, que advertía de que la tasa desempleo podría haber alcanzado el 20% el trimestre pasado, lo que habría supuesto una cifra de parados por encima de los cuatro millones. Finalmente, el incremento de la tasa de desempleo ha sido de poco menos de un punto porcentual: el porcentaje de desempleados al término del primer trimestre del año se colocaba en el 14,41%.
En comparación con el mismo periodo del año pasado (14,02%), la tasa de paro se incrementó 1,3 puntos.
Pero las cifras de ocupación son peores, históricamente malas. El impacto de la Covid-19 y de las medidas de confinamiento para contener la extensión de la pandemia provocó que el número de personas ocupadas en el segundo trimestre del año se redujera en 1,074 millones, un récord histórico, lo que supone una caída del 5,4% trimestral (y 1,19 millones o un 6,05% interanual). Con ello, entre abril y junio, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa, había 18,607 millones de ocupados, la cifra más baja desde 2017. En el conjunto del año la reducción de ocupados asciende a los 1,360 millones de personas.
En el peor momento para el empleo de la crisis anterior, el primer trimestre de 2009, la destrucción de puestos de trabajo rondó los 800.000. La crisis de la Covid-19 ha batido el fatídico récord previo.
Y el impacto en número de horas trabajadas ha sido descomunal: en el segundo trimestre registró un descenso sin precedentes del 22,59%, debido a la limitación de la actividad económica.
Por sectores, la destrucción de un millón de puestos de trabajo afectó a todas las actividades económicas, continuando con la tendencia del trimestre anterior, cuando comenzaron a impactar la pandemia y el confinamiento al empleo (el estado de alarma se decretó a mediados del mes de marzo). Aunque el reparto fue desigual. De esta manera, el impacto más relevante lo sufrió el sector servicios, con 816.900 ocupados menos entre el primer trimestre y el segundo; seguido de la industria, que perdió 127.000 empleados; mientras que la construcción destruyó 108.700 puestos de trabajo; y la agricultura, 21.400.
La caída de la ocupación en el segundo trimestre se concentró en los trabajadores con contrato temporal. De esta manera, si la contratación indefinida se redujo en 361.400 personas, lo que supone una reducción del 2,91%, la temporal se hundió en 671.900, lo que implica un desplome del 16,22%.
En términos anuales, es decir, si comparamos el segundo trimestre de 2020 con el mismo periodo de 2019, la destrucción de puestos de trabajo alcanza los 1,161 millones, que se reparten a razón de 232.300 indefinidos y 929.100 temporales.
El descenso de la ocupación, además, afectó más a las mujeres que a los hombres. En el segundo trimestre se redujo un 6,06% el número de mujeres ocupadas, frente a un descenso del 4,95% de los hombres. También existe otra brecha laboral: la tasa de paro femenina se sitúa en el 16,72% y la masculina, en el 14,13%.
Además, por grupos de edad, la tasa de paro de los menores de 25 años ha saltado cerca de diez puntos en lo que llevamos de año, hasta situarse en el 39,61%. Mientras, el desempleo de los trabajadores de 25 y más años, en el mismo periodo, ha pasado del 12,61% hasta el 13,81%.
La gran diferencia entre el aumento del número de parados en el segundo trimestre (55.000) y la caída de la cifra de ocupados (más de un millón) obedece a lo que valoran desde el sindicato UGT: hay personas que se han quedado sin empleo, pero no constan como desempleados porque, como consecuencia de la situación de confinamiento, no han podido cumplir el requisito de búsqueda activa de empleo, o bien no están disponibles para incorporarse a un puesto de trabajo por razones de cuidado de personas dependientes. Por ello, quedan fuera del concepto de desempleo y se incluyen en el registro de inactividad. De esta manera, según cálculos de UGT, 1,062 millones de personas han pasado a la inactividad. Con estas cifras, afirman desde UGT, se observa «con toda su magnitud» el impacto de la pandemia Covid-19 y de las medidas de confinamiento implantadas para frenarla sobre el mercado de trabajo. La EPA es «una foto precisa de lo sucedido en el país durante el estado de alarma».
De acuerdo con las cifras de Randstad Research, la tasa de paro sería del 19,27% si se clasificaran como paradas a las personas que han perdido su empleo en el segundo trimestre.
En cuanto a perspectivas, la Cámara de España prevé que la tasa media de paro este año alcanzará el 19,2% de la población activa. Mientras, de acuerdo con el servicio de estudios de Bankinter, en un escenario adverso se espera que el desempleo llegue al 20,1% este año, para caer al 19,1% en 2021 y al 18,9% en 2022. Para los expertos de Adecco, en el tercer trimestre la tasa de paro puede subir «un par de décimas», hasta el 15,5%.
La secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Ana de la Cueva, afirmó que no hay que realizar una traslación directa del millón de nuevos desocupados a las cifras del paro del tercer trimestre (cuando ya se han levantado las medidas de confinamiento y ya se puede buscar activamente empleo), dado que hay que contar también con la reanudación de la actividad económica.
Desde CEOE, de todas formas, afirman que el incremento de la inactividad «va a ser transitorio en su mayor parte, ya que en este contexto extraordinario de restricciones a la movilidad y paralización de la actividad ha afectado al cumplimiento de los requisitos de búsqueda de empleo o disponibilidad para trabajar que establece la EPA para ser considerado parado». Por ello, a juicio de la patronal, las cifras de la tasa de paro «no reflejan todavía la gravedad actual del mercado laboral».
De acuerdo con el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, el dato de la EPA es terrible, «seguramente el peor de la historia, en el que ha crecido tanto el desempleo en tan poco tiempo». Y ha añadido: «Lo realmente complejo es que hasta ahora estábamos pensando que la pandemia iba a ceder en verano y que íbamos a poder emprender el proceso de recuperación de la economía y no es así, por tanto, creo que es una malísima noticia». A juicio de Álvarez, los datos de empleo tienen mucho que ver con que la economía española es muy dependiente del sector servicios, del turismo y de la hostelería.
Por su parte, Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras, ha valorado que la caída de la ocupación de la EPA, «por previsible que fuera, no deja de ser preocupante». Asimismo, anticipa que los meses de otoño «van a ser muy difíciles» y se ha mostrado partidario de prorrogar los ERTE, al tiempo que ha insistido en la necesidad de «tocar la reforma laboral». Si ésta se quedara intacta, ha advertido, «en los meses de otoño puede haber una caída generalizada de los salarios».
Para Lola Santillana, secretaria de Empleo de CC OO, «es necesario tomar medidas entre los agentes sociales y el Gobierno para que se recupere la economía y los daños a las personas sean los menores posibles. De ahí que en estos momentos sea importante llegar a un acuerdo en el diálogo social para proteger a todas las personas que no pudieran ser protegidas por los ERTE».
A juicio de CEOE, «la intensidad de la crisis está siendo de tal magnitud, que no sólo han de mantenerse en el tiempo las medidas ya adoptadas, sino que parece fundamental intensificar las medidas de apoyo al mercado laboral que aporten adaptabilidad, seguridad jurídica y confianza a las empresas y a los inversores, instrumentadas a través del diálogo social, en una situación tan excepcional como la que estamos viviendo en estos momentos».
La Encuesta de Población Activa también recoge que entre abril y junio, el 16,20% de los ocupados, algo más de tres millones, trabajaron desde su propio domicilio más de la mitad de los días, frente al 4,81% observado en el año 2019.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.