Al igual que la economía española aún no se ha recuperado de los estragos de la pandemia, tampoco lo ha hecho la salud mental de los trabajadores, que sufren aún las consecuencias de los difíciles momentos vividos. No es de extrañar, por tanto, que un ... 65% de las empresas, dos de cada tres, constaten que el riesgo de padecer el síndrome del trabajador quemado ('burnout' en inglés) se ha incrementado en el último año; y de forma significativa, más de 6 puntos porcentuales, según un informe publicado recientemente por Adecco Group. Se trata de un estrés laboral que se cronifica en el tiempo y provoca un estado de agotamiento, tanto físico como mental.
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Así, el 12% de las empresas reconoce que más de la mitad de sus trabajadores se han visto afectados por trastornos psicológicos (ansiedad, depresión, estrés postraumático), lo que representa un aumento de 2 puntos respecto al año anterior. La crisis económica y otros factores externos han influido más a la hora de generar este estrés que las propias condiciones laborales, según se desprende de la encuesta realizada a 43.000 compañías representativas del tejido empresarial español .
Este fenómeno va asociado a otro que se ha incrementado un 60%: la renuncia silenciosa, que consiste en no tomarse el trabajo demasiado en serio y ceñirse al horario y a lo que piden estrictamente, algo que afecta más a los jóvenes que a los seniors. Las razones de este aumento del 'quiet quitting' están relacionadas con la falta de consecución de las expectativas de los trabajadores (condiciones de trabajo, salario, etc.). Asimismo, más de la mitad de las empresas considera que la renuncia silenciosa no está muy relacionada con la crisis de salud mental post pandémica, mientras que el 32% considera que sí que lo estaría en algún grado.
En cualquier caso, Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute, advierte que el 32% de los trabajadores españoles afirma que su salud mental ha empeorado en el último año. Es más, en colectivos con una especial complejidad psicosocial y pandémica, como el sector sanitario, la sintomatología del 'burnout' ha llegado a afectar al 38,5% de los ocupados. «La salud mental debe formar parte del propósito y de la visión de todas las organizaciones y hay que fomentar marcos más globales y ambiciosos en el cuidado de la salud mental en el trabajo y la gestión de riesgos psicosociales», sostiene Blasco, que hace hincapié en que del «bienestar mental de nuestros trabajadores depende la productividad, el potencial de innovación y la capacidad de resiliencia y sostenibilidad de las empresas».
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