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El verano era a la economía su periodo de gracia, lo mismo que junio representaba para el mercado laboral, un nirvana de contratos y afiliaciones. Así había sido tradicionalmente hasta que la crisis del coronavirus ha trastocado toda la realidad. En pleno regreso a la ... actividad y con todo el país esperando la actividad que generan estos meses, el paro registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha vuelto a aumentar en 5.107 personas en junio con respecto al mes anterior, un 0,1% más en términos porcentuales.
Se trata del primer alza en el número de parados en este mes desde mediados de 2008. Entonces, con la anterior crisis llamando a las puertas de España, el desempleo se incrementó de forma exponencial en más de 36.000 personas. Sin embargo, en los mejores años de la recuperación posterior, abandonaban las listas del SEPE más de 120.000 ciudadanos.
El dato de este último mes de junio contiene algunos matices. Por ejemplo, que ha bajado el paro en todos los sectores con la excepción de la agricultura, actividad en la que el número de desempleados se incrementó en 25.342 personas, lo que ha decantado la balanza neta del mes hacia el lado negativo. Este repunte se concentra fundamentalmente en Andalucía y se debe a la finalización de la campaña de la fruta. Por su parte, cayó en el sector servicios en 27.319 personas, mientras que en el de la construcción se redujo en 15.927 desempleados y en la industria, el número de inscritos en las oficinas del SEPE se redujo en 7.770 trabajadores. El desempleo también se ha cebado entre los más jóvenes, los primeros que se van incorporando al mercado laboral, ya que el colectivo 'sin empleo anterior' ha elevado los demandantes en casi 15.000.
Un total de 1,17 millones de personas dejaron de estar bajo un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) durante el mes de junio, lo que dejó el total de trabajadores con el contrato suspendido total o parcialmente en 1,8 millones.
Desde que comenzó la crisis, si se toma como referencia mediados de marzo cuando el Gobierno decretó el estado de alarma y el confinamiento de la población, hay unos 615.000 desempleados más que entonces. En total, 3,8 millones de españoles se encuentran registrados como demandantes de empleo, frente a los poco más de 3,2 millones de finales de febrero.
Al leve incremento mensual del paro en junio se le suma otro dato que refleja de forma más fiel lo que ocurre en el entorno de la actividad económica. En junio se ha experimentado un aumento en el número de cotizantes, esto es, una mejora en un mercado de trabajo que ha estado prácticamente paralizado y muy condicionado por los cuatro millones de empleados en ERTE, cuya estadísticas no se incluyen como 'parados'. El número medio de afiliados a la Seguridad Social se ha situado en 18.624.337 personas, lo que representa un aumento de 68.208 cotizantes respecto a la media de mayo (un 0,37% más).
Es el segundo mes consecutivo en el que aumenta el número de trabajadores cotizando tras el desplome de los meses de marzo y abril. Estos más de 68.000 nuevos cotizantes se unen a los 75.584 que se incorporaron en mayo. Sin embargo, estas cifras -unos 144.000 afiliados más en la desescalada y la vuelta a la normalidad- no compensan los casi 800.000 puestos de trabajo que se llevó por delante el coronavirus en marzo y abril (unos 244.000 y otros 548.000, respectivamente).
Sin embargo, los registros de la Seguridad Social han encendido una alarma cuyas consecuencias se podrán comprobar a lo largo de julio. Solo el 30 de junio, el último día hábil del mes, dejaron de cotizar unas 160.000 personas. Esa fue la jornada en la que comenzaba la prórroga de los ERTE por fuerza mayor aunque en otras condiciones distintas a las establecidas hasta ahora sobre todo en materia de exoneraciones de las cotizaciones que pagan las empresas a la Seguridad Social.
La explicación de esta sangría se encuentra en el final de los contratos de miles de profesores y personal educativo tras la clausura del curso escolar. Es lo que ocurre todos los años por estas fechas, aunque en esta ocasión el descenso ha sido aún mayor. De hecho, junio ha cerrado con una pérdida de 859.000 cotizantes con respecto a los que había antes del confinamiento. A finales de abril el descenso era de 947.000 cotizantes. Es decir, solo se han recuperado unos 100.000 empleos con todo el país en marcha, apenas uno de cada diez de lo que se habían perdido por la Covid-19.
Por otra parte, en el mes de mayo, se alcanzó el nivel máximo de protección del SEPE que dio cobertura a casi seis millones de personas, con un total de 5.986.864 prestaciones gestionadas.
Este elevado nivel de prestaciones es el resultado de sumar las prestaciones que cobraban las personas que ya estaban en desempleo antes de la crisis sanitaria, las que perdieron su empleo desde entonces y, sobre todo, a las personas que están en Expedientes de Regulación Temporal de empleo (ERTE). En el mes de mayo el SEPE pagó en prestaciones 5.526 millones de euros, de los que 3.318 millones se dedicaron a pagar prestaciones por ERTE y 2.208 millones a prestaciones por desempleo, tanto en el nivel contributivo como en el asistencial.
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