Las mujeres tiran del empleo y concentran casi el 90% de los nuevos puestos de trabajo

Es más, el número de mujeres ocupadas prácticamente se ha triplicado desde 1981: han pasado de ser apenas 3,3 millones de trabajadoras a superar en la actualidad los nueve millones, un récord histórico alcanzado pese al parón de actividad que supuso la pandemia de la covid-19. Por el contrario, el empleo masculino también se ha impulsado, pero de forma mucho más moderada: había 8,4 millones de hombres trabajando en 1980 y ahora son 10,6 millones, un nivel, al contrario que el femenino, muy alejado de ese máximo registrado en 2007, cuando se superaron los 12 millones.

Desde inicios de los ochenta se han creado cerca de ocho millones de empleos, de los cuales 5,8 millones han sido ocupados por ellas. Además, este proceso de mayor aportación femenina al crecimiento del empleo en España se ha reforzado desde principios del siglo XXI, de forma que las mujeres han absorbido un 87% de los nuevos puestos de trabajo.

Significa esto que la proporción de ocupadas no ha dejado de incrementarse, incluso a pesar de las crisis económicas: desde el 37% de 2001 al 46% de 2021. De hecho, el informe destaca que el empleo femenino ha demostrado una mayor resiliencia en tiempos de crisis y una fortaleza superior al masculino en las épocas de bonanza. «Las mujeres resisten mejor a las crisis y aumentan muchísimo más en las expansiones», explica el catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Oliver.

El autor del informe advierte, no obstante, de que esta dinámica parecer haber sufrido un cierto estancamiento a partir del final de la crisis financiera hasta 2019 y, aunque en 2021 se ha recuperado ligeramente, se ha producido una «brusca frenada» en el proceso de convergencia femenina, tanto en activos como en ocupados.

Así, las tasas de participación de las mujeres en 2021 continúan cerca de 8 puntos porcentuales por debajo de las del colectivo masculino, pese al cambio radical que se ha producido en el funcionamiento del mercado de trabajo español, que ha conseguido sumar en los últimos cuarenta años más de siete millones de nuevas activas. De esta forma, la tasa de actividad ha pasado del 33% en 1980 al 68% actual, frente al 76% que se registra entre los hombres.

Esta dinámica ha provocado el segundo 'sorpasso' de las mujeres activas en el mercado de trabajo español: del incremento de 10,4 millones de nuevos activos, más del 70% lo han aportado las mujeres, que han pasado de los 3,7 millones en 1981 a los 10,9 millones de 2021, un avance que ha triplicado al de los hombres.

De esta forma, las mujeres han aumentado su peso en la oferta de trabajo española en casi 20 puntos, desde cerca del 29% al 47%, un incremento de 7,3 millones que supera en mucho los 4,3 millones de nuevas mujeres en edad de trabajar. Gracias a esta masiva incorporación en las últimas décadas se ha contemplado una significativa reducción de las diferencias de género en la participación laboral, motivado por el fuerte peso que han ganado las mujeres inmigrantes.

Sin embargo, en los últimos años se ha advertido un estancamiento en este avance, lo que ha frenado la convergencia hacia ese 50% de activos. También ha provocado que se retrase el proceso de equiparación con las tasas de actividad femeninas en los países más importantes de la UE, puesto que la brecha sigue siendo muy relevante: la tasa de actividad del 69,7% se encuentra lejos del 77% de los países nórdicos o del 74,4% del centro de Europa. Si el empleo a tiempo parcial se acercara al centro de Europa, la brecha se reduciría ocho puntos.

El reto actual, además de seguir incorporando más empleo femenino, es -según señala el profesor Oliver- mantener más tiempo en el mercado de trabajo a las mujeres para lograr esta convergencia, algo que exigirá cambios en los mecanismos de conciliación.