Carlos Cuerpo, ministro de Economía, en una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. EP

El pulso Díaz-Cuerpo por la jornada laboral le estalla al Gobierno en un difícil inicio de año

La ministra de Trabajo tilda al de Economía de ser «mala persona» por interferir en su ley estrella, que vuelve a depender de Junts

Viernes, 3 de enero 2025, 09:47

Apenas unas horas de 2025 han bastado para que las dos patas del Gobierno de coalición (PSOE y Sumar) choquen con estruendo en una de las iniciativas que más ha costado acordar con los agentes sociales, la de la reducción de la jornada laboral, y ... a la que aún le quedan muchos capítulos parlamentarios por recorrer, siempre condicionada por la posición final que adopte Junts. El pulso entre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, llevó ayer a la también titular de Trabajo a tildar «casi de ser mala persona» la interferencia de su compañero de gabinete a cuenta de la necesidad de acompañar a las pymes en el proceso de transición de las 40 a las 37,5 horas semanales de trabajo. Y ello en un contexto en el que el Ejecutivo afronta una negociación de los Presupuestos cuesta arriba y bajo una presión creciente sobre su apretada mayoría parlamentaria.

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Cuando el texto que lleva incorporada la reducción del tiempo laboral, la medida estrella de Yolanda Díaz para esta legislatura, ni siquiera ha pasado por el Consejo de Ministros, la controversia se ha instalado entre su departamento, el que tiene competencias en la materia, y el de Economía, pendiente de limar los textos que salen desde Trabajo. Según ha afeado la vicepresidenta a Cuerpo, lo que éste le está diciendo «a la gente trabajadora en nuestro país» es «que se niega a reducir la jornada media hora al día».

El reguero de declaraciones de Díaz denota la relevancia que tiene esta medida para su ministerio, uno de sus caballos de batalla para marcar perfil ante el PSOE y frente a Podemos. «Ni siquiera Calviño se atrevió a tanto» como Cuerpo, ha comparado la dirigente de Sumar. La vicepresidenta desentierra así el hacha de guerra que ya blandió ante la ahora presidenta del Banco Europeo de Inversiones, con quien compartió Consejo de Ministros, a cuenta de otras polémicas tectónicas, como la reforma del subsidio para mayores de 52 años.

Fuentes del Ministerio de Economía han tratado de templar la disputa de este inicio de año. Pero aunque aclaran que el departamento trabajará para que «esta realidad sea posible», al mismo tiempo apostillan que la iniciativa de Díaz debe encararse «teniendo en cuenta la realidad parlamentaria» así como «el éxito de las reformas como la laboral». Esto es: recuerdan que cambios legislativos como el del Estatuto de los Trabajadores de 2022 se llevó a cabo de forma «equilibrada en su diseño». Fue apoyado por la CEOE, aunque en el trámite del Congreso estuvo a punto de caer de no haber sido por un voto erróneo de un diputado del PP.

«Desacuerdos manifiestos»

Mientras, Díaz no afloja. Insiste en que «no hay tirantez», sino «desacuerdos manifiestos». «Yo no puedo comprender que un ministro socialista se oponga a la reducción de la jornada laboral y a un acuerdo con los sindicatos», ha insistido en una sucesión de declaraciones a cada cual más altisonante: «No ha pasado jamás»; «quiere cambiar el acuerdo»; o «el señor Cuerpo tiene que decidir» de qué lado está, si con la «patronal y la ultraderecha» o con los sindicatos.

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El detonante del desencuentro llegaba el mismo día de Año Nuevo cuando Cuerpo apostillaba que no es lo mismo el impacto para una pyme de rebajar la jornada que el que asume una gran empresa. «Tenemos que ser conscientes de esta realidad y ayudar, acompañar también a nuestras empresas» para «crecer» y hacerlo «con derechos sociales».

Esas palabras han caído como una losa sobre el Ministerio de Trabajo, que había tratado de atraer a la patronal durante la negociación a un pacto en el que los empresarios se sintieran cómodos, incluyendo ayudas para la contratación. Finalmente, la CEOE se desmarcó alertando del impacto para las pymes. Pero el ministro de Economía ha recuperado parte de esa posición de cara a las próximas semanas, donde entra en juego un tercer actor clave: Junts.

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Tanto Díaz como Cuerpo son conscientes, a su manera, de las dificultades que tendrá el Ejecutivo para sacar adelante la medida habida cuenta de la aritmética parlamentaria, condicionada por los de Puigdemont y con la patronal catalana Foment en contra de la reducción de la jornada. Los contactos entre Trabajo con los independentistas se están sucediendo para tratar de atraerlos en un movimiento que sucede a la visita del secretario general de UGT, Pepe Álvarez, a Puigdemont en Waterloo (Bélgica) para cortejarle y tratar de cerrar el círculo, junto al resto de socios de investidura.

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