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El Gobierno planea subir el salario mínimo interprofesional (SMI) en 2025 en torno a un 4%, lo que supondría unos 45 euros más al mes, un extra de 635 euros a lo largo de todo el próximo año para más de 2,5 millones de ... trabajadores que cobran la renta más baja para un empleo a tiempo completo, según avanzaron a este periódico fuentes gubernamentales. De esta forma, el SMI pasaría de los actuales 1.134 euros al mes por 14 pagas a 1.180 euros mensuales y alcanzaría una remuneración total de más de 16.500 euros brutos en 2025. De esta forma, el SMI pasaría de los actuales 1.134 euros al mes por 14 pagas a 1.180 euros mensuales y alcanzaría una remuneración total de más de 16.500 euros brutos en 2025.
El nuevo incremento previsto del 4% que baraja el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez, y que la comisión de expertos designada por el Ministerio de Trabajo estudia durante estos días, se basa en dos factores. En primer lugar, el Ejecutivo parte de la premisa de que el alza tiene que ser como mínimo equivalente al aumento de los precios durante este año, tal y como ha prometido la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para que estos trabajadores, los más vulnerables, no pierdan poder adquisitivo; y la inflación hasta noviembre se ha elevado un 2,8%.
Y, en segundo lugar, el Gobierno quiere que la subida sea acorde a lo que han crecido los salarios medios, con las últimas estadísticas disponibles, y estas arrojan un incremento en torno al 4%. Es más, la subida salarial media pactada en los convenios colectivos se sitúa en un 3,05% hasta noviembre, aunque los firmados en 2024 este alza se eleva hasta acercarse al 4% (3,74%). De esta forma, el salario mínimo se mantendría en ese 60% del salario medio que compromete la Carta Social Europea, una franja que el Gobierno y los expertos consideran que cumple con la actual cuantía de 1.134 euros, pero no así UGT, que lo eleva hasta bastante por encima de los 1.200 euros.
El objetivo que tiene en mente el Ejecutivo de coalición es que el salario mínimo debe seguir subiendo con fuerza una vez que se ha impulsado más de un 50% desde que Pedro Sánchez está en la Moncloa, puesto que este fuerte repunte ha demostrado que «es la mejor manera de aumentar la franja baja de los sueldos» e intentar igualarlos con la media, además de europeizarlos, puesto que estamos muy lejos de las remuneraciones de otros países europeos, según explicaron a este periódico fuentes gubernamentales.
Además, se ha demostrado que es una medida que no ha dañado el empleo, a pesar de las advertencias lanzadas por las patronales e incluso por algunos organismos incluso internacionales. La única referencia oficial al respecto fue un informe inicial elaborado por el Banco de España en 2021 en el que indicaba que las subidas del SMI aprobadas desde 2018 han dejado de crear unos 100.000 puestos de trabajo en toda España.
En cualquier caso, el Ministerio de Trabajo espera las conclusiones que vaya a plantear el comité de expertos en los próximos días, antes de que finalice el año. Este organismo, compuesto por representantes de varios departamentos ministeriales así como de los sindicatos -la patronal no ha querido participar en estas reuniones-, sigue discutiendo cuál es la franja en la que se debería situar esa subida del SMI. Elmandato que tienen estos 'sabios' es que la nueva subida sirva para mantener el poder adquisitivo y sea suficiente para que esta renta de refenrencia equivalga al 60% del salario medio previsto para 2025.
El objetivo es que antes de que finalice el año recomiendan una horquilla de incremento, que podría oscilar entre un 3% (acorde a la subida de los precios) y un 6%, que es el incremento que reclaman los sindicatos UGT y CC OO, que exigen que no sea inferior al 5%.
Una de las premisas que está encima de la mesa, según apuntan fuentes de la misma a este diario, es que hay que tener en cuenta el impacto que un alza desorbitada del salario mínimo puede tener sobre todo entre las pequeñas empresas y los autónomos.
Esas mismas fuentes aclaran que aunque la subida del SMI se ha demostrado hasta ahora que no daña a la actividad económica, tampoco se puede «obviar» el potencial daño que provocaría un incremento desmesurado. Por ello, siguen estudiando los pros y los contras de cada porcentaje que se pone encima de la mesa para llegar a una conclusión final, como ha ocurrido otros años.
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