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El cruce de acusaciones entre el Gobierno y la patronal no cesa. Las miradas estaban puestas este martes en el discurso del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en la clausura de la Asamblea Anual de la organización. Y no defraudó: lanzó un sentido alegato ... en pro de la figura del empresario, como generador de riqueza y empleo, y cargó contra el Ejecutivo, más directamente contra la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por querer imponer una reducción de jornada a las empresas, lo que equivale a «regalar por decreto casi doce días de vacaciones pagadas al año». «Pagadas por las empresas», recalcó, algo que, a su juicio, va a impactar en el empleo y la contratación.
En este sentido, Garamendi, ante una asamble a la que faltó su vicepresidente, Gerardo Cuerva, también arremetió contra el triunfalismo de Díaz, que «ahora que hay récord de empleo, saca pecho. Pero somos nosotros, las empresas, quienes contratamos y quienes tenemos que sacar pecho», defendió, al mismo tiempo que advirtió que esto puede cambiar si el Ejecutivo sigue aprobando medidas que van contra las empresas, como la reducción de jornada o la subida de las cotizaciones. «Las empresas hemos aguantado el tirón y nos merecemos un respeto. No sabemos cuánto más podremos aguantar. Quizá el Ministerio tendrá que explicar el deterioro del empleo y por qué las empresas no contratan como antes», advirtió.
El líder de los empresarios pidió al Gobierno que «deje» a las empresas hacer avanzar al país, porque «somos nosotros los que ponemos en movimiento cada día este país, los que abrimos los comercios, los que proporcionamos el transporte, los que producimos bienes y servicios, los que prestamos dinero y, sobre todo, los que generamos empleo». Para ello, instó a «volver a un clima de serenidad y moderación», así como generar confianza, para que las empresas puedan operar en un escenario propicio y garantizar así el buen funcionamiento de la economía.
El líder de la patronal acusó también al Ejecutivo de «cambiar» de posición e «incumplir los pactos por intereses electorales», haciendo una clara referencia a la aprobación de la ley que da prioridad a los convenios colectivos autonómicos por encima de los estatales. Y quiso «dejar caro que la CEOE no ha cambiado y seguimos comprometidos con el diálogo social».
«Cambiar las reglas de juego a mitad de partido, como ha ocurrido con la negociación colectiva, como ha planteado el Ministerio de Trabajo con el límite máximo de la jornada laboral, por cumplir pactos políticos, es sencillamente gobernar contra las empresas, contra el país, contra los ciudadanos y contra los propios intereses de los votantes», denunció el líder de la patronal.
En este sentido, arremetió también con la decisión del Gobierno de abrir el diálogo social a otras patronales, al dar un sitio a Conpymes en el Consejo Económico y Social (CES), y reivindicó que la CEOE no tiene que pedir un sitio en la mesa del diálogo social porque «somos el diálogo social». «Entiendo que para algunos sea más cómodo no tenernos en la mesa, porque no somos amiguetes de nadie, tampoco enemigos. Somos independientes», recalcó. E incidió: «A mí no me tienen que invitar a la mesa, yo soy la mesa».
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