El fin del verano destruye casi 200.000 empleos y el paro sube en 21.900 personas

Agosto ha continuado –pero no acentuado– con esa sangría de trabajos temporales que se crean para la época estival y terminan con el fin de las vacaciones y deja en la cuneta a muchos afiliados mientras el número de parados se eleva, según los datos publicados ayer por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social. Concretamente, se han destruido 193.704 empleos en agosto, la mayor cifra desde 2019, y la Seguridad Social se queda con 21,18 millones de afiliados medios. En poco más de dos meses España ha perdido casi 350.000 afiliados (desde el máximo alcanzado el 20 de junio al pasado 30 de agosto, cuando el sistema terminó con 21,12 millones de cotizantes), aunque en el último año se han creado más de 480.000 puestos de trabajo. Se confirma así el enfriamiento en el ritmo de creación anual de empleo, que en el último año ha caído de una tasa del 2,7% al 2,3% actual.

La subida del paro, sin embargo, ha sido muy inferior a esta fuerte destrucción de puestos y se ha incrementado en agosto en 21.884 personas, el menor incremento para este mes desde 2016.

Dos razones pueden estar detrás de este desacoplamiento entre empleo y paro que se viene agudizando en estos últimos meses: el fuerte incremento de la población activa, capitaneado por la llegada de extranjeros en busca de trabajo, y el hecho de que muchos trabajadores que antes eran temporales ahora son fijos discontinuos y no se registran como parados en sus meses de inactividad. Es por eso que, pese a que el número total de parados registrados se sitúa en 2,57 millones, se eleva por encima de los 3,1 millones si se tienen en cuenta los desempleados con disponibilidad limitada o la demanda de empleo específica.

La mayor parte de sectores económicos destruyeron empleo, pero la educación vuelve a estar detrás de la mayoría de afiliados perdidos en estos dos últimos meses. Solo en agosto los colegios han dado de baja a casi 75.000 profesores, cifra que roza los 200.000 si se suman también la sangría que se produjo en julio en este sector, lo que demuestra que la práctica de despedir educadores para volver a contratar a inicio de curso no se ha logrado revertir pese a la reforma laboral. Es más, la temporalidad en la Administración Pública se mantiene en el entorno del 30% en gran parte por este sector.

Sin embargo, la educación no solo sigue al alza en comparativa interanual, sino que es la actividad que más crece y cuenta ahora con 130.000 ocupados más. Mucho más preocupante es la sangría constante que está experimentando un sector fundamental como es el campo (incluyendo aquí ganadería, agricultura y pesca), que por primera vez en este siglo pierde el millón de trabajadores tras destruir más de 16.000 puestos. El sector lleva ya mucho tiempo manifestándose por las dificultades que tienen que afrontar y por las fuertes alzas en sus costes, además del encarecimiento de los insumos y la energía y los constantes cambios en las normas que le penalizan. Desde el Gobierno quitan hierro a esta caída y responsabilizan a la mecanización del campo y las mejoras técnicas.

En el extremo opuesto, la hostelería sigue estirando su buena dinámica del año y, junto a las actividades sanitarias y de servicios sociales y suministro de agua, es la única actividad económica que ha creado empleo.

Agosto se salda también con una fuerte pérdida de autónomos en términos intermensuales, en concreto 10.135 menos, y con una nueva caída de la contratación.