El mercado laboral pisa el freno en enero y se destruyen más de 215.000 empleos

Es cierto que enero es un mes que habitualmente deja malas noticias para el mercado laboral por el fin de la campaña de Navidad, pero también es cierto que con la excepción del año 2020 y 2021, hay que remontarse hasta 2013, en plena Gran Recesión, para superar este mal dato.

Además, la ralentización del mercado de trabajo español se evidencia en el hecho de que el ritmo de creación de empleo ha caído del 4,2% al 2,3% en los últimos doce meses. Se trata del peor nivel desde marzo de 2021 y está además muy por debajo de los porcentajes que se registraban durante el periodo de recuperación económica de 2015 a 2019.

La Seguridad Social vuelve a caer así por debajo de la barrera de los 20,1 millones de afiliados nueve meses después de superarla y se aleja de ese máximo de 20,3 millones conquistado en verano al situarse en 20.081.224. En términos desestacionalizados, no obstante, sí roza los 20,3 millones de cotizantes tras sumar 57.726 en enero, aunque también se percibe la ralentización.

Sin embargo, desde el Gobierno descartan que se trate de un frenazo y hablan incluso de un enero «francamente bueno». «Hemos arrancado bien el año. Una vez más seguimos con un mercado de trabajo muy sólido, muy fuerte, que está aguantando muy bien la incertidumbre», señaló en RNE el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. En esta línea, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, alababa la mayor estabilidad que hay tras la reforma laboral y un mercado laboral que «es ahora más robusto y resiste mejor en momentos de crisis».

La destrucción de empleo ha sido este mes de enero prácticamente generalizada en todos los sectores y, sobre todo, se ha registrado en todos los territorios sin excepción. Así, todas las comunidades autónomas han sufrido una caída de la afiliación en este inicio de año, con Cataluña y Valencia a la cabeza, pero, además, no hay ni una sola provincia que se salve de esta pérdida de ocupados.

De igual manera, solo hay un sector de actividad económica en la que el empleo ha crecido: el de suministro de energía, aunque con un aumento mínimo de 239 cotizantes. Todos los demás registran pérdidas, pero las mayores se concentran en el comercio (-46.000), la hostelería (-45.000) y los servicios auxiliares (-42.000).

También puede calificarse como negativo el comportamiento del paro: la caída de más de 70.000 parados en enero es muy superior a la del año pasado y, aunque está en línea con los años precedentes, debería haber sido al menos inferior, puesto que con la entrada en vigor de la reforma laboral hay un aluvión de trabajadores con un contrato fijo discontinuo que han dejado de figurar como parados en esta época del año pese a haber cesado su actividad, situación que podría afectar a unas 600.000 personas. El número total de desempleados asciende ya por encima de los 2,9 millones. Pero no solo eso, sino que hay más de 4,5 millones de demandantes de empleo, es decir, que 1,6 millones de personas buscan trabajo pero no están registradas como paradas.

Pero también hay motivos para el optimismo. La temporalidad, uno de los grandes lastres que arrastraba el mercado de trabajo español durante décadas, se ha reducido a la mitad un año y un mes después de la entrada en vigor de la reforma laboral. Si antes de la nueva norma se superaba el 30% de media, en enero ha caído hasta el 15%, con lo que se acerca ya a los niveles europeos. E incluso se ha rebajado más de la mitad la tasa de eventualidad en los menores de 30 años, al pasar del 53% al 23%, 30 puntos menos.

En esta línea, hay 2,3 millones de afiliados más con contrato indefinido ahora que en diciembre de 2021, el último mes antes de la entrada en vigor de la reforma.

La tendencia hacia la estabilización del empleo se constata también en el número total de contratos registrados durante el mes de enero: se ha firmado un millón menos y el 44% de los más de 1.200.749 firmados fueron indefinidos.