Unai Sordo
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Unai Sordo
Ana Barandiaran
Sábado, 25 de marzo 2023, 00:44
El diálogo social no atraviesa un buen momento, después de que la patronal haya criticado con dureza medidas pactadas por el Gobierno y los sindicatos como la subida del SMI o la reforma de las pensiones, que coloca el peso en las empresas, con una ... subida de las cotizaciones. En este contexto los agentes sociales han retomado esta semana las negociaciones sobre la subida salarial en los convenios en una reunión que solo ha servido para constatar la gran distancia que les separa. El secretario general de CC OO, Unai Sordo (Barakaldo, 1972), lamenta que la patronal rechace su oferta de ligar los sueldos a la inflación en función de la situación de cada sector, según un indicador que elaboraría la Agencia Tributaria. «Tienen aversión a la transparencia. Son conscientes de que están obteniendo los mayores beneficios en más de una década y no quieren distribuirlos con mejores salarios», critica.
-Salieron de la reunión muy molestos por el hecho de que la CEOE no presentara una contrapropuesta salarial.
-Lo de no plantear propuestas es una tónica habitual de la patronal en los últimos tiempos. De ahí que no seamos muy optimistas sobre la voluntad real de llegar a un acuerdo que oriente los salarios de 1.300 convenios colectivos, abocándonos a un escenario de mayor conflictividad laboral. Me parece de una suprema irresponsabilidad por parte de la CEOE, cuando es bastante consensuada la idea de que los salarios deben recuperarse.
-¿Cuál es exactamente la propuesta de CC OO y UGT?
-Nuestra propuesta consiste en una subida inicial para los convenios, que vaya acompañada de una cláusula de revisión salarial. La novedad es que seguimos ligando la evolución de los sueldos al IPC pero en función de la marcha de cada sector. Para ello se necesitarían datos objetivos sobre su situación, que nos deberían facilitar la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. La patronal, sin embargo, lo rechaza y es curioso que se niegue a este ejercicio de transparencia. Creo que la razón es que son conscientes de que la mayor parte de los sectores están registrando los mayores beneficios en más de una década y no quieren distribuirlos con una mejora salarial.
-¿Han hablado con el Gobierno para la elaboración de esos indicadores sobre la marcha de los sectores?
-Sí, con el Ministerio de Hacienda y el presidente del Gobierno. Han mostrado su disposición, pero creo que deberían de mostrarse más taxativos.
-La CEOE dice que es un mecanismo muy complejo y que encima supone más intervención del Gobierno.
-Las organizaciones empresariales tienen una auténtica aversión a la transparencia. La han tenido siempre y en eso la patronal sigue siendo muy antigua. Entienden la empresa como un cortijo en el que la información la maneja el dueño y empresario.
-Han dejado la siguiente reunión para la segunda quincena de abril y exigen un acuerdo antes del 1 de mayo. No hay mucho margen.
-La CEOE juega con la dilatación de plazos. Tiene toda la pinta de que va a ser necesaria una movilización sindical porque no vamos a tolerar que se devalúen los salarios sin reaccionar.
-La patronal se ha quejado de que amenacen con pedir al Gobierno una subida del Impuesto de Sociedades si no llegan a un acuerdo antes del 1 de mayo. Suena como si llamaran a su 'primo de Zumosol'.
-Es que parece que es el único lenguaje que entiende la CEOE. La patronal se desmarcó desde el primer momento del pacto de rentas. Si no hay voluntad de distribuir los beneficios empresariales vamos a presionar en la negociación colectiva y vamos a instar al Gobierno a que promueva el reparto de la riqueza a través de la política fiscal. Lo tienen fácil si quieren desactivar la amenaza; basta con promover la negociación.
-Las organizaciones empresariales han llegado a esta reunión vapuleados, después de que el Gobierno haya atendido las reclamaciones de los sindicatos en sus últimas decisiones. La reforma de las pensiones es el mejor ejemplo, al cargar el peso en las cotizaciones.
- La CEOE igual tiene que replantearse su estrategia en la segunda fase de la legislatura, muy diferente a la que tuvo durante la pandemia. Rechazó el pacto de rentas y, ante esta posición, los sindicatos hemos presionado todo lo que hemos podido al Gobierno para que redistribuya la riqueza a través de los salarios y con una reforma de las pensiones que garantiza las prestaciones con un aumento moderado de las cotizaciones. Nadie se puede creer que una subida adicional del 0,6% en tantos años suponga un coste excesivo para las empresas. Y el destope de las bases máximas solo afecta a 1.100.000 trabajadores.
-La Airef acaba de advertir de que la reforma no garantiza la sostenibilidad de las pensiones porque incrementa el déficit. Y es el organismo designado en la propia ley para supervisar esta materia.
-La estimación de la Airef no aporta nada novedoso en el debate sobre la sostenibilidad. Aquí el problema es considerar que la caja de la Seguridad Social funciona como una compañía privada de aseguramiento, aislada del resto del sistema. La sostenibilidad de las pensiones no implica que en todo momento las cotizaciones cubran el gasto. Lo que dice la Airef es que en el peor momento el gasto, sin contar las pensiones no contributivas y las clases pasivas, no llegará al 15% del PIB, una cifra manejable. Es una decisión política asumirlo.
-La propia reforma incluye una cláusula para que cada trienio la Airef revise la evolución de gastos e ingresos y se tomen medidas. Si no hay acuerdo, se aplicará otra subida adicional de las cotizaciones. ¿No es dejar el ajuste a los próximos Gobiernos?
-A mí no me gusta ese papel que se ha dado a la Airef, pero el Estado español tenía que garantizar este tipo de compromisos de gobernanza ante la Unión Europea. Lo que se plantea es revisar si ingresos y gastos evolucionan según lo previsto y, si no lo hacen, el pacto de Toledo y los agentes sociales tendrán que pactar medidas. Solo en caso de que no lo hagan se activa el automatismo de subida de cotizaciones.
-El Gobierno ha atendido gran parte de sus demandas. ¿Qué queda pendiente?
-Aparte de facilitar el indicador sobre la marcha de los sectores, quedan elementos como cambiar el modelo de despido. En las antigüedades cortas es muy barato.
-¿Qué lectura hace de la moción de censura? ¿Considera que ha reforzado a Sánchez y Díaz?
-La moción ha sido una charlotada, un ejercicio de gamberrismo parlamentario. Pero yo no frivolizaría del todo porque obedece a la idea de la extrema derecha de erosionar la legitimación de las instituciones. Creo que les ha salido el tiro por la culata y que han hecho el ridículo, reforzando al Gobierno de coalición, que llevaba sufriendo dos o tres meses un deterioro de su imagen.
-El miércoles estuvo en una jornada sobre CC OO ante el 28-M. ¿Cuál es la posición del sindicato? ¿Respalda a Sumar, la plataforma de Díaz?
-Nuestra posición ante unas elecciones es promover el voto, más que apoyar un partido determinado. Dicho esto, creo que el proyecto que lidera Díaz es determinante para que se pueda formar un Gobierno progresista en España. Es probable que haya que ir a una coalición que será progresista o reaccionaria en función del papel que juegue Vox.
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