El dinamismo del empleo se frena con fuerza en este inicio de año tras un 2023 de gran ímpetu e inusitada resiliencia. Bien es verdad que no hay un primer trimestre bueno para el mercado laboral español. Así ha sido históricamente desde 2008 y es ... tradición que se pierdan trabajadores en esta época en la que termina la campaña de Navidad y el turismo, la actividad que mueve principalmente la economía española, comienza su etapa de mayor letargo. Pero este 2024 destaca por ser el peor de la última década, con la única excepción de 2020, año marcado por la pandemia y que, por tanto, no puede tenerse en cuenta.
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España destruyó un total de 139.700 empleos en el primer trimestre, el segundo mayor recorte desde 2014, muy superior a los apenas 6.500 puestos que se perdieron en 2023, pese a que este año la Semana Santa se adelantó y cayó, al completo, en marzo, según los datos publicados este viernes por el INE.
En la otra cara de la moneda, también malas noticias. El desempleo aumentó, y mucho: en más de 117.000 personas, de nuevo el peor dato de toda la década con excepción de la pandemia, lo que lleva la tasa de paro a elevarse hasta situarse en el 12,29%, medio punto más que en el último trimestre del año y la más alta del último año.
Está claro que el paro sigue siendo el gran talón de Aquiles del mercado laboral español y, pese al dinamismo que está exhibiendo el empleo en estos últimos años de recuperación tras la crisis sanitaria, la cifra de desempleados vuelve a situarse en los tres millones; concretamente 2.997.900 a finales de marzo. Y lo hace la misma semana en la que el Banco de España ha alertado de que el paro estructural en el país se sitúa en el entorno del 12%, lo que significa, por tanto, que esta barrera va a ser muy difícil de rebajar salvo que se pongan medidas de calado encima de la mesa. Es más, el número de hogares con todos sus miembros en desempleo roza de nuevo el millón (977.900) al elevarse en 49.700 entre el último trimestre de 2023 y el primero de 2024.
Todos los sectores destruyeron empleo en este inicio del año. A la cabeza se sitúa servicios, que perdió 56.000 ocupados; seguido de la industria, con 38.500 trabajadores menos; la agricultura, con 28.000 cotizantes menos, y la construcción, que destruyó 17.500 puestos. El colectivo de autónomos tampoco se libra de la sangría y hay 69.800 personas menos en este régimen, consecuencia, sobre todo, del mal comportamiento del sector servicios y, más concretamente, del comercio, que está siendo una de las actividades más perjudicadas.
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Este significativo recorte de puestos ha provocado una fuerte desaceleración en términos interanuales y la tasa de creación de empleo ha caído por debajo del 3%, cuando hace un año se superaba holgadamente el 3,5%. En cualquier caso, en los últimos doce meses los ocupados han crecido en 615.800, un dato más que positivo, hasta situarse en los 21.250.000, la menor cifra desde el primer trimestre de 2023.
Habrá que esperar al próximo martes, a que el INE publique los datos de contabilidad nacional, para saber si este mal comportamiento del empleo se traslada a la economía y pierde también fuelle en el primer trimestre. Y, de igual forma, habrá que esperar a ver si esto supone un cambio de tendencia en el mercado laboral o algo coyuntural, puesto que los datos de afiliación a la Seguridad Social sí están siendo buenos.
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Una vez más, el desempleo se redujo en el último año en mucha menor medida que el empleo generado: cayó en 208.500 personas, lo que supone un tercio de los puestos creados. Este desajuste se explica, en parte, por el fuerte incremento de ciudadanos que quieren trabajar, es decir, dispuestos a buscar empleo; son los activos, que, pese a disminuir en este primer trimestre, han aumentado fuertemente en el último año, en más de 400.000 personas, hasta superar los 24,2 millones. Hay, por tanto, mayor demanda de empleo, principalmente por la fuerte llegada de inmigrantes, pero no hay suficientes puestos para todos, lo que dificulta la reducción del paro.
Pero el dato amable que deja esta EPA es que sigue mejorando la calidad del empleo a raíz de la reforma laboral. La población asalariada con contrato indefinido permanente aumenta en 154.000 personas, mientras los fijos discontinuos caen en 50.000 y la población con contrato temporal baja en 174.000. De esta forma, la tasa de temporalidad se sitúa en 15,7%, el mínimo de las últimas décadas, impulsada por la caída en el sector privado (12,3%), que se coloca en línea con la media europea.
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Las Administraciones Públicas han perdido un total de 25.600 puestos de trabajo en el primer trimestre del año, lo que supone un 18,3% de todo el empleo destruido. Se trata de la mayor caída de empleados públicos en un trimestre desde 2013, en plena Gran Recesión, según denunció este viernes CSIF, que mostró su «preocupación» por este dato y pidió al Gobierno abandonar la actual parálisis política y convocar ya la oferta de empleo público de este año.El sindicato también denunció que la temporalidad en el sector público se mantiene en el 30%, el doble de la media, pese al compromiso de reducirla al 8% a finales de año.
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