Díaz quita autoridad a Calviño y asegura que no habrá ningún recorte en el paro

Díaz se ha emponderado en esta nueva legislatura para imponer sus ideas, y quiere dejar claro que no está dispuesta a estar por debajo de ningún miembro del Ejecutivo. Ni siquiera de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, a la que acusa de posicionarse más con las tesis de la derecha por estigmatizar a los parados.

Los choques que mantienen ambas vicepresidentas son de sobra conocidos, pero nunca antes el departamento de Trabajo había cargado con tal virulencia y de forma tan manifiesta contra Calviño, quizá también porque la ve ya con un pie en Bruselas. Díaz quiere restarle autoridad a la todavía 'número dos' del Gobierno y va a defender con uñas y dientes las que son sus competencias. La propia Calviño trató de apaciguar los ánimos este mismo jueves desde Nueva York. Las reformas se hacen «de forma coordinada y alineada» en el seno del Ejecutivo. Aunque el cambio del subsidio sea un tema laboral, también están implicados Economía, Inclusión y Hacienda, recordó la vicepresidenta, quien insistió en la necesidad de «pasar de subsidiar el paro a apoyar el empleo».

Díaz acusa a Calviño de tener un claro sesgo ideológico y virar hacia la derecha, puesto que el estereotipo que tiene de que los beneficiarios de un subsidio es que cobran el paro y trabajan en la economía sumergida, una tesis que comparten desde muchas bancadas de la derecha.

Desde Trabajo presumen de que la mayor parte de las batallas que les han enfrentado -salario mínimo, reforma laboral, despidos en pandemia- las ha ganado Díaz, como la de la subida del salario mínimo o la reforma laboral. Los números y los éxitos acompañan a la ministra de Trabajo, precisaron desde su departamento.

Y así sucederá también en la reforma de los subsidios por desempleo. La líder de Sumar no tragará con el plan para recortar derechos que plantea Calviño. Economía ha diseñado una reforma del subsidio -según precisaron desde Trabajo­- que quiere eliminar la prestación a muchos parados que ahora cuentan con ella (los de más edad), reducir su duración y recortar su cuantía, con el objetivo de, a través del 'castigo', obligarles a encontrar un empleo.

Más concretamente, lo que Economía pretende es que este subsidio de 480 euros al mes que cobran algo más de 800.000 parados dure como máximo doce meses ­-en lugar de los actuales 30 meses- y que su cuantía sea mayor al inicio para irse reduciendo progresivamente, aunque en el cómputo final sería incluso inferior a la actual. Así, los tres primeros meses sería equivalente al 100% del IPREM (unos 600 euros), del cuarto al sexto mes los beneficiarios cobrarían el 80% del IPREM (480 euros), los siguientes tres meses se reduciría hasta el 65% del IPREM (390 euros) y los tres últimos meses, apenas 240 euros.

Por el contrario, Díaz mantendría los 30 meses de duración actuales y aumentaría la cuantía durante el primer año. Más específicamente, intentará que los seis primeros meses reciban el 110% del IPREM (660 euros) y el segundo semestre, el 100% (540 euros). Los 18 meses posteriores se quedarían como está: 480 euros.

Además, extendería esta ayuda a los menores de 45 años sin cargas familiares, con lo que podría beneficiar a unas 152.000 personas, y a todos los trabajadores agrarios eventuales de España (no solo los de Extremadura y Andalucía), con lo que se sumarían otros 250.000 más y se superaría con creces el millón de beneficiarios.

Además, quiere suprimir el mes de barbecho que se exige, que se pague desde el primer día que se solicita y que sea compatible con un empleo los primeros 45 días de contrato, durante los cuales cobrarían la misma prestación que recibían hasta entonces.