«Si actualmente con la jornada laboral de 40 horas no podemos cubrir las demandas del mercado, ¿cómo las vamos a cubrir reduciendo todavía más la jornada?». Esta frase pronunciada por el presidente de la patronal de jóvenes empresarios Ceaje, Fermín Albaladejo, resume un sentir ... que se extiende entre la mayor parte de empresarios españoles, más aún entre los pertenecientes a aquellos sectores a los que más les cuesta encontrar trabajadores, que ven con preocupación añadida la mayor necesidad de relevos que necesitarán si les han de recortar sus horarios por ley.
Publicidad
La crisis de mano de obra puede agravarse a partir del año que viene si la medida estrella del Gobierno, la jornada laboral de 37,5 horas, entra en vigor tal y como se ha comprometido en el acuerdo de legislatura. Pero no solo eso, en la actualidad, esta falta de trabajadores que cada vez se está extendiendo a más y más actividades (ya no solo en las altamente cualificadas) va a tener un impacto directo también en la reconstrucción de Valencia tras el paso de la catastrófica DANA, puesto que la escasez de personal ralentizará los plazos para levantar todo lo que ha sido destruido por la gota fría.
Noticia relacionada
Así, solo en una primera estimación, la patronal de la construcción calcula que harán falta un mínimo de 30.000 trabajadores para comenzar la reconstrucción de las zonas devastadas por la DANA. «Nosotros ya teníamos un problema estructural de mano de obra para hacer las viviendas que se dice que se tienen que hacer y esta situación ha venido a agravar la situación del mercado», se lamenta José Luis Santa Isabel, presidente de la Federación de Contratistas de Obras de la Administración de la Comunidad Valenciana (Fecoval), que insta a los nuevos parados, aquellas personas que han perdido su empleo tras la DANA, a que se sumen al sector de la construcción.
«La reconstrucción va a ser larga, costosa y con mucha necesidad de mano de obra», advierte Santa Isabel, que ve prioritario dar trabajo a la gente de la zona y también «facilitar la entrada de trabajadores formados en países donde haya acuerdos, países sudamericanos y africanos, para que puedan venir y completar estas plantillas necesarias».
8.150 millones es el coste estimado (por un menor PIB) por no cubrir las vacantes en 2023
Esta misma petición, la de una mayor flexibilidad y agilidad para traer trabajadores extranjeros, la hace Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), ante la necesidad de incorporar 700.000 empleados a un sector clave como es la construcción, del que dependen temas claves como las infraestructuras y la vivienda, que tanto escasea en la actualidad. «La productividad va cayendo y necesitamos más mano de obra y reconstruir dos comunidades como son Valencia y Castilla-La Mancha. No es momento de recortar la jornada», denuncia el también vicepresidente de Cepyme, que exige al Gobierno que permita a los trabajadores «trabajar el tiempo que consideren, porque muchos no quieren irse a las 5 de la tarde a ver la televisión, sino volver a casa con el máximo dinero».
Publicidad
Pero la escasez de mano de obra no solo afecta a la construcción, ni al comercio, ni a la hostelería, se ha extendido también a sectores como la tecnología, la salud y los servicios. Tampoco es una cuestión de puestos altamente cualificados. El número de vacantes en España se ha exacerbado tras la pandemia de la covid, se ha triplicado en la última década y supera ya la barrera de las 150.000, según las cifras oficiales del INE, aunque no casan con las denuncias que hacen desde los diferentes sectores. Es más, se han elevado hasta casi la mitad (un 42,8%) las empresas españolas que manifiestan tener problemas para encontrar trabajadores, porcentaje que se incrementa hasta el 64% en la hostelería y al 56% en la construcción, según los últimos datos del Banco de España.
Las principales causas de este fenómeno que se ha convertido en un «problema crucial para el mercado laboral de los países desarrollados» son el envejecimiento de la población, los desajustes en la cualificación de los trabajadores y las condiciones laborales poco atractivas, según señala en un informe para Funcas Miguel Ángel Malo, profesor de la Universidad de Salamanca, quien sostiene que recortar la jornada en la hostelería se puede volver más atractivo para los trabajadores, puesto que muchos no aceptan un puesto por los extensos horarios. Malo advierte, no obstante, que el cambio tecnológico, el envejecimiento demográfico y la transición energética seguirán su curso y agravarán este problema.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.