CEOE responde a los sindicatos y dice que quiere llegar a un acuerdo y subir salarios

La reivindicación de este Primero de Mayo era «subir salarios, bajar precios y repartir beneficios». Los secretarios generales de UGT, Pepe Álvarez, y CCOO, Unai Sordo, anunciaron que organizarán movilizaciones en los sectores donde no se firmen los convenios colectivos, que podrían derivar en huelgas en otoño. El líder de CC OO llegó a decir que irán «trinchera a trinchera». Al tiempo, el líder de UGT insistió en que los conflictos «se saben cómo empiezan, pero no cómo terminan». «O tenemos un acuerdo o se van a quedar solitos en la mesa porque nosotros vamos a llenar las calles de nuestro país», avisó Pepe Álvarez.

Lorenzo Amor ve «lógico» que los sindicatos «suban el tono» con el Primero de Mayo, pero advirtió que «poner límites a la negociación y amenazar entorpece los acuerdos».

Desde la patronal reiteran que hay que «trabajar con discreción porque es la mejor forma de poder llegar a acuerdos». El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, eludió ayer la confrontación con los sindicatos y subrayó que los salarios ya están subiendo, puesto que la subida media pactada este año en los convenios firmados es del 4,8%.

El presidente de la patronal abogó por acercar posturas para alcanzar el AENC: «La mesa está abierta y la discreción suele ser la clave». Sin embargo, puntualizó que el año pasado fue imposible el acuerdo porque lo que planteaban los sindicatos no podían aceptarlo. Lo que pedían desde CC OO y UGT era una subida mínima de los salarios del 13,84% en tres años: un 5% el año pasado, un 4,5% de incremento este año y un 3,75% el que viene. Además, los sindicatos propusieron cláusulas de revisión en función de los beneficios de cada empresa. CEOE lo descartó al considerarlos «máximos no asumibles», ya que «la indexación de los salarios al IPC es prácticamente imposible».

A pesar de este rechazo por parte empresarial, Garamendi se mostró optimista con la posibilidad de acordar un nuevo AENC, aunque dejó claro que para ello todas las partes tendrán que «ganar o perder un poquitín», señaló en una entrevista en la cadena SER. En todo caso, insistió en que el AENC es solamente una «recomendación genérica», pero lo importante son los convenios sectoriales o de empresa. Aún así, reconoció que el ritmo de firma de nuevos convenios «es menor».

Que 2023 sea un año electoral (en mayo elecciones autonómicas y municipales y a final de año las elecciones generales) impacta en todo. En ese marco contextualizó Garamendi la amenaza de un otoño caliente lanzada por los sindicatos. «Vendría mejor que no fuera un año electoral», porque eso «impregna todo», matizó. También el vicepresidente de la CEOE Lorenzo Amor puntualizó a este periódico que «las injerencias políticas no son buenas».

Gobierno central y sindicatos se arroparon este año en la manifestación del Primero de Mayo. Los líderes de CC OO y UGT defendieron las medidas aprobadas por el Ejecutivo y reclamaron que se hiciera «balance» y llegaron a afirmar que los partidos de la oposición son un «riesgo para los derechos de la mayoría».

Hasta seis ministros participaron en las manifestaciones y aprovecharon para cargar, una vez más, contra los empresarios. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, reclamó a CEOE que llegue de forma «inmediata e inminente», este mismo mes, a un acuerdo de negociación colectiva, y calificó de «indecencia» que las empresas con «beneficios groseros» no suban los salarios. Al tiempo, la ministra de Igualdad, Irene Montero, insistió en que «hay que topar las hipotecas e intervenir los precios de los alimentos» y volvió a repetir que las empresas del sector alimenticio tienen «beneficios impresentables».

A estas declaraciones, Garamendi replicó pidiendo al Gobierno que deje de «buscar culpables» en los empresarios« y se mire »a sí mismo«. Y recalcó que la CEOE trabaja «con independencia y sentido de Estado« y está »al margen del partidismo»