Siete de cada diez jóvenes tienen un empleo inferior a su formación

Tenemos a la generación de jóvenes más preparados de la historia y el mercado laboral no puede desperdiciar este valioso recurso que estamos dejando escapar, como explican la fuga de talento y el efecto desánimo reflejado en la última Encuesta de Población Activa, advierte Andreu Cruañas, presidente de Asempleo.

Pero la sobrecualificación no afecta solo a los más jóvenes. En realidad, ha crecido más de un 12% desde 2013 y supone ya el 53,3% del total de ocupados, un avance muy superior al del empleo cualificado (aquel que se ajusta más a la formación del trabajador), que apenas experimentó un alza del 5%, el 43,2% del total de ocupados. Por el contrario, los trabajos infracualificados se han reducido en más del 13% y apenas representan el 3,6% del total.

El informe de Asempleo explica que en el inicio de la recuperación, todo el empleo creado fue sobrecualificado -debido al amplio desempleo-, una tendencia que cambió durante la consolidación y se comenzó a crear un empleo más ajustado a la formación de los nuevos ocupados. Sin embargo, la patronal alerta de que en los dos últimos trimestres se está revertiendo de nuevo la tendencia y se detecta más sobrecualificación en los puestos creados. La persistencia de este fenómeno podría limitar un avance decidido de la productividad o incentivar una mayor rotación de los trabajadores, avisa esta agencia de empleo.

Las mujeres, las grandes afectadas

La sobrecualificación ha afectado en mayor medida a las mujeres que a los hombres, que en estos tres años han encontrado empleo de forma más ajustada a su formación, principalmente aquellos cuya edad supera los 55 años.

Por sectores, el comercio y la hostelería ha creado en esta fase de recuperación un gran número de puestos de trabajo, pero lo ha hecho a base de sobrecualificación, al igual que el sector de la industria manufacturera y el transporte. Por el contrario, en la construcción y en los servicios profesionales ha habido un mayor ajuste a las habilidades de los trabajadores.

Por otra parte, el empleo temporal no sólo ha tenido un potencial mayor para la creación de puestos que el indefinido, sino que también ha conseguido un mejor ajuste entre la formación de los trabajadores y los puestos en los que se han empleado, generando una mayor proporción de empleo cualificado.

Ante este panorama, Cruañas defiende que las políticas activas de empleo deben orientarse a mejorar la empleabilidad de los trabajadores y la calidad de los puestos creados.