El paro de muy larga duración empieza a dar un giro tras golpear a la mitad de los desempleados

Sin duda, este es el problema más grave al que tendrá que enfrentarse el próximo Gobierno. Durante la legislatura que está próxima a su fin, los parados de muy larga duración han aumentado un 50% mientras que los de menos de 1 año han disminuido un 25%, como efecto en muchos casos del paso del tiempo que ha provocado el trasvase hacia el grupo con mayor permanencia en el desempleo.

Los últimos años han sido especialmente duros para los parados de muy larga duración mayores de 55 años, que casi se han duplicado respecto al número que se encontró Rajoy cuando llegó al Gobierno. Eran 140.000 en marzo de 2012 (entre 55 y 59 años de edad) y en marzo de este año rozaban los 268.000. A partir de los 45 años de edad, la permanencia en el desempleo se puede convertir en crónica. En lo que va de legislatura, el número de personas en paro desde hace más de dos años ha aumentado un 68% para la franja de edad de 45 a 54 años, un 91% para los que están entre los 55 y los 59 años y un 56% para los de más de 60 años. Un horizonte ciertamente terrible.

No obstante, en el último año la tendencia ha empezado a cambiar. Si se compara el primer trimestre de 2015 con el primero de 2014, se observan leves descensos entre los desempleados que están en la cuarentena y llevan más de dos años sin trabajo. A su vez, a partir de los 50 años, disminuye más de un 8%. ¿Significa eso que todos han encontrado trabajo? No, en muchos casos han optado por la prejubilación tras pasar más de 17.520 horas sin hallar un empleo.

En diciembre del año pasado, los agentes sociales acordaron con el Gobierno un Programa de Activación para el Empleo, destinado a los 400.000 parados de larga duración con responsabilidades familiares que no reciben ninguna ayuda, ni estatal ni autonómica. El plan les concede una ayuda económica ligada a la formación u orientación profesional a través de una tutoría personalizada. Este programa se puso en marcha en los primeros meses de este año y, a junio, ya se habían recibido 94.000 solicitudes, de las que el 70% se aprobó. Además, se permite compatibilizar el cobro de la prestación por desempleo con un trabajo, como incentivo adicional a la contratación de este colectivo ya que el seguro de paro complementa el salario, que puede ser más bajo.

La OCDE advierte en su último informe 'Perspectivas del Empleo 2015' que los trabajadores experimentados que han perdido su empleo durante la crisis van a tener dificultades para reactivar su carrera, debido sobre todo a que tendrán que pasar de sectores en decadencia, como pueden ser la construcción o el manufacturero, a otros más dinámicos, como los servicios.

Frente al descenso experimentado en el último año en el colectivo de mayores de 45 años parados desde hace más de dos años, entre los jóvenes ha aumentado: un 23% más entre los jóvenes de 20 a 24 años; un 5,5% de incremento entre los de 25 a 29 años y una subida del 12,7% para los de 30 a 34 años.

Dificultades para encontrar empleo

Un estudio de Sara de la Rica, catedrática de la Universidad del País Vasco e investigadora de Fedea, concluye que tanto los menores de 25 años que son parados de larga duración como los mayores de 45 años, especialmente si sus niveles educativos son bajos, se encuentran con enormes dificultades para encontrar un empleo. Entre los primeros lo que se produce es una falta de demanda para sus capacitaciones o habilidades, muchos abandonaron sus estudios durante el boom por la abundancia de empleos poco cualificados relacionados con la construcción. No les queda otra solución que volver a la formación, ya sea reglada o en un sistema dual, para poder obtener la capacitación que requiere el mercado laboral.

En cuanto a los mayores de 45 años se enfrentan a varios problemas: la mayoría tienen estudios primarios, su capacitación profesional se ha ido depreciando al estar tanto tiempo fuera del mercado de trabajo y la propia edad dificulta su vuelta al empleo porque el empresario prefiere escoger individuos más jóvenes, según el estudio de De la Rica, que recomienda planes de formación y recolocación específicamente diseñados para ellos.

Precisamente, el informe de la OCDE insiste en que las elevadas tasas de paro que existen en buena parte de los países, como España, se reabsorben muy lentamente pese a la recuperación, en particular el desempleo de larga duración que se enquista, mientras la precariedad se ceba en los jóvenes.