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EFE
Viernes, 5 de diciembre 2014, 11:41
Los salarios crecieron en el mundo una media de un 2% en 2013, un punto porcentual menos que los aumentos registrados en los años que precedieron a la crisis económica, reveló hoy el Informe mundial sobre Salarios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Todas ... las estadísticas sobre crecimiento de los salarios recogidas en el texto están expresadas en términos reales, es decir, ajustadas por inflación.
En 2013, el crecimiento medio fue de un 2%, un aumento menor que el de 2012, cuando la media fue de un 2,2%. Pero los salarios aún tienen que recuperar los niveles anteriores a la crisis, dado que en 2006 y 2007 el crecimiento rondaba el 3%.
El modesto aumento de los salarios a nivel mundial en 2013 fue impulsado por las economías emergentes, donde los sueldos subieron el 6,7 por ciento en 2012 y el 5,9% en 2013. En cambio, el crecimiento medio de los salarios en las economías desarrolladas fluctuó en torno al 1% anual a partir de 2006, y desde entonces fue retrocediendo hasta llegar a solo un 0,1% en 2012, y un 0,2% en 2013.
A pesar del aumento en los países en desarrollo, el informe -basado en datos de 185 países- constata grandes diferencias entre una región y otra. Por ejemplo, en 2013, los salarios crecieron un 6% en Asia y 5,8% en Europa Oriental, pero sólo el 0,8% en América Latina y el Caribe. En el Oriente Medio, los salarios muestran un aumento del 3,9%, y del 0,9% en África.
Desajuste entre salario y productividad
Con respecto a la productividad laboral -el valor de bienes y servicios producidos por cada trabajador- ésta sigue siendo superior al aumento de los salarios en los países desarrollados.
El creciente desajuste entre salario y productividad se ha traducido en que una proporción cada vez menor del PIB se destina al trabajo, mientras que una cada vez mayor va al capital, sobre todo en las economías desarrolladas.
Esta tendencia significa que los trabajadores están obteniendo una parte más pequeña del crecimiento económico y los propietarios del capital reciben mayores beneficios.
Los salarios son la principal fuente de ingreso de los hogares en los países desarrollados, emergentes y en desarrollo por igual, sobre todo para los hogares de ingresos medios. Sin embargo, el 10% de las personas con ingresos más altos y el 10% de las de los más bajos dependen más de otras fuentes de renta.
En las economías en desarrollo, donde el trabajo por cuenta propia es más frecuente, la contribución de los sueldos a los ingresos familiares es generalmente más baja, oscilando entre un 50 y 60% en México, la Federación Rusa, Argentina, Brasil y Chile; un 40 por ciento en Perú; y un 30 por ciento en Vietnam.
En la mayoría de los países donde han aumentado las desigualdades, como en Estados Unidos o España, los cambios en los salarios y el empleo han sido el factor dominante, explicita el informe. Por el contrario, donde las disparidades de ingresos han disminuido, como en Brasil, Argentina o la Federación Rusa, mayores salarios y oportunidades de empleo han impulsado la reducción de la desigualdad.
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