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Gunter Pauli es emprendedor, innovador, autor del libro 'La economía azul', desarrollador de proyectos sostenibles y defensor de una transición ecológica inmediata, algo que tiene la convicción de que es posible, porque todas las tecnologías necesarias están disponibles. Pero, afirma, hay que superar los intereses ... que frenan las transformaciones y cambiar los modelos de negocio basados en monocultivos y economías de escala.
–¿La crisis energética pone en riesgo la transición ecológica?
–Si seguimos con las soluciones actuales, sí. Pero si estamos dispuestos a aceptar revoluciones tecnológicas, no;hay tecnologías disponibles que permitirían una transición casi inmediata y con poca dificultad. El problema es que estamos demasiado metidos en lo que ya conocemos. Si no nos lanzamos a las nuevas tecnologías, que incluyen mucha inteligencia artificial, no lo lograremos.
–Una transición ecológica tan rápida, ¿será justa socialmente?
–Lo que necesitamos es generar una conciencia de que lo que nos bloquea ahora mismo es el modelo de negocio: los monocultivos, trabajar con grandes volúmenes, las economías de escala, el outsourcing. Si este es el modelo, no vamos a salir adelante, porque es un corsé tan estrecho que no hace posible la adaptación.
–¿Cómo evitar que trabajadores del carbón o la industria contaminante se queden fuera de juego por la transición energética?
–El carbón no es malo. El modelo de negocio con que explotamos el carbón es lo malo, porque sólo aprovechamos uno de sus componentes. Se puede construir una generadora de electricidad con carbón y además se puede extraer todo el polvo y todo el CO2 para hacer espirulinas, el alimento que acaba con la malnutrición de los niños. ¿Por qué tiene que ser sólo carbón? El error que cometemos es que estamos enfocados sólo en una cosa. Si imponemos para siempre el monocultivo tendremos muchos problemas. Hay que cambiar el modelo de negocio, no castigar el carbón.
–Propone que miremos a la naturaleza y la imitemos. La naturaleza se toma sus tiempos: ¿Hay que crecer menos o decrecer?
–¿Quién dice que la naturaleza es lenta? Si tú piensas solamente en la vaca, que tiene una ternera cada dos años... Pero éste no es el modelo de la naturaleza. Nosotros pensamos que ingenieros, intelectuales, con nuestra economía financiera, somos rápidos, pero no es verdad. Tenemos que buscar dentro de la naturaleza modelos de productividad más acelerada que nos sirvan para resolver los problemas que tenemos. Y si el problema son los alimentos, tenemos que trabajar con lo que los producen rápido, como las algas o los hongos. Pero si nuestro modelo es la vaca que necesita el pasto y para tener el pasto o el maíz tenemos que tumbar bosques... esto nos cuesta décadas.
–¿Es posible una transición acelerada en democracia, que tiene sus procesos?
–La democracia no es el problema, son los intereses. ¿Por qué el papel fabricado con piedra, que cuesta la mitad producirlo, emplea un 67% menos de energía en su fabricación y no implica consumo de agua es un «no» en Europa? Porque hay intereses. Tenemos que reconocer que en una democracia los que tienen intereses ponen frenos. Yo voy a China, no porque sea una dictadura o porque esté de acuerdo, pero allí sé quién toma decisiones. Necesitamos liderazgo, tomar decisiones y asegurar que hay ejecución. Europa ha perdido la capacidad decisora. Aquí se habla, se consulta, se analiza. ¿Y quién gana el dinero? El asesor de un interés. Tenemos que tomar decisiones, no hacer más análisis, porque ya sabemos que las tecnologías que necesitamos están disponibles.
–¿Se puede ganar dinero con la economía sostenible?
–Es precondición. La sostenibilidad tiene que ser ecológica pero también sostenible económicamente. La economía de los cuidados tiene un valor agregado enorme. Pero en la economía capitalista no se contabiliza; no entra ni en el PIB. La economía europea sólo valora lo que es más barato y lo que daña el medioambiente. ¿Quién se inventó un sistema en el que lo malo es barato y para todos y lo bueno es caro y sólo para los ricos? Éste es el error esencial. Por eso insisto en que tenemos que cambiar el modelo de negocio. El que impera, con las economías de escala y la producción de más de lo mismo, impone un crecimiento errado. Un bosque tropical húmedo genera 500 toneladas de biomasa. La manipulación genética de la soja en el mismo terreno proporciona 6 toneladas. Un bosque de algas marinas, 1.000 toneladas. Si necesito combustible para mis aviones, ¿debería hacerlo con maíz o con algas?
–Los países emergentes quieren imitar a los del norte en su modelo de desarrollo. ¿Es posible?
–Si proponemos el modelo de Hollywood y de París, con Netflix y todos estos medios de comunicación, estamos engañando al mundo, porque no es factible.
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