El desplome del consumo reduce el crecimiento del PIB al 0,2% hasta marzo

La economía avanza una décima menos de lo avanzado por el INE ya que el gasto de las familias se contrajo un 2% en el primer trimestre

Viernes, 24 de junio 2022, 09:06

Nuevo jarro de agua fría para la economía española después de que este viernes el INE haya rebajado una décima hasta el 0,2% el ya ralentizado crecimiento económico del primer trimestre que calculó hace dos meses. La economía comenzó el año muy tocada por ... las consecuencias de la variante ómicrom, que golpeó a España más de lo que se esperaba, y el estallido de la guerra de Ucrania a finales de febrero no hizo más que empeorar la situación. El volumen de PIB se queda de esta forma aún un 3,6% por debajo del nivel de 2019, antes de la pandemia.

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Después de haber crecido un 2,2% en el último trimestre del año pasado, el desplome del consumo familiar (nada menos que un -2% de enero a marzo) pese al ahorro acumulado en la pandemia ha hecho que se registre por primera vez una tasa negativa del consumo de los hogares desde hace un año, cuando la borrasca Filomena y la pandemia también desaceleraron el gasto.

En tasa anual, el PIB crece un 6,3% en vez del 6,4% previsto en la primera estimación del INE, un avance bastante importante debido a que se está comparando con el primer trimestre del año pasado, cuando la economía aún estaba muy tocada por las restricciones de la pandemia. Aún así, el INE apunta a que el sector exterior tuvo una aportación importante (2,3%) al PIB anual en el primer trimestre, cinco décimas por encima del trimestre anterior y la mayor en nueve años, sobre todo por la llegada del turismo extranjero.

«El principal problema es el aumento de los precios, que afecta a bienes y servicios de primera necesidad como el suministro eléctrico y los alimentos y disminuye la capacidad de gasto de los hogares en el resto de la cesta de consumo. Además, afecta en mayor proporción a los hogares de menores rentas», explica Santiago Martínez Morando, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja.

Reconoce que este shock ha llegado con la economía «beneficiándose de la reactivación de los sectores más afectados por la pandemia, y con las cuentas de hogares y empresas muy saneadas en términos agregados -aunque con importantes divergencias por sectores y nivel de renta-».

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Impulso del empleo

Lo que más llama la atención de los datos ofrecidos por el INE es la mala evolución del consumo familiar frente a la buena marcha del empleo, ya que se han superado las cotas de ocupación previas al covid, pero aún queda un 8% para alcanzar el nivel de consumo de las familias de 2019.

Así, el PIB crece solo un 0,2% en el primer trimestre, pero la ocupación medida en horas trabajadas se dispara un 3,2% en el mismo periodo. Algunas voces del Gobierno apuntan a que el INE podría estar midiendo mal la evolución de la economía porque con estos datos de empleo sobre la mesa, no encaja el PIB tan bajo.

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Por el lado del gasto público, en el primer trimestre regresó a tasas positivas, aunque apenas creció: sólo un 0,1% entre enero y marzo, frente al retroceso del 1,6% del trimestre anterior. El gasto de las instituciones sin fines de lucro también volvió a tasas positivas tras crecer entre enero y marzo un 2% tras tres trimestres de caídas.

La inversión aceleró su avance trimestral tres décimas, hasta el 3,4%, su mayor alza desde el tercer trimestre de 2020, gracias al impulso de la inversión en maquinaria y bienes de equipo (9,1%) y en, menor medida, en vivienda (0,4%).

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Y el sector exterior, a nivel trimestral las exportaciones desaceleraron su avance hasta el 1,1%, frente al 7,2% previo, mientras que las importaciones retrocedieron un 0,8%, su primera caída en un trimestre desde el confinamiento.

Recuperación más lenta

Hay que tener en cuenta que la política fiscal sigue siendo expansiva y «es más probable que en los próximos meses haya una mayor laxitud que una retirada de estímulos», comenta el experto. De esta forma, la política monetaria no será tan favorable como en los últimos años, aunque los tipos de interés siguen siendo bajos en un contexto histórico y negativos en términos reales.

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De esta forma, el analista explica que el escenario más probable para los próximos trimestres sigue siendo el de «recuperación económica, aunque inferior a la esperada antes de que la guerra de Ucrania agravase las tensiones inflacionistas». Por otra parte, hay que tener en cuenta que los riesgos son elevados por el propio conflicto, la volatilidad en los precios de las materias primas y el deterioro de la confianza de hogares y empresas, ya que, si se traduce en un retraso de las decisiones de consumo y de inversión, «este pesimismo se convertiría en una profecía autocumplida».

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