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Las previsiones de junio del Fondo Monetario Internacional suponen un jarro de agua fría para todas las economías, que ven empeoradas sus perspectivas para este año de manera generalizada con respecto a las estimaciones publicadas por el organismo el pasado mes de abril. Ello, porque, ... como advierte el organismo, «la Covid-19 ha tenido un impacto más negativo en la primera mitad del año 2020 de lo que se había anticipado, y la recuperación se proyecta más gradual de lo que se había previsto».
En las economías que están registrando reducciones en sus índices de contagio de coronavirus, según advierte el Fondo, la recuperación más lenta refleja la persistencia de las medidas de distanciamiento social en el segundo semestre del año; la cicatrización de un golpe superior al previsto en la economía durante el confinamiento; y la caída de la productividad, dado que los negocios que han sobrevivido tienen que poner en marcha medidas de seguridad contra la pandemia, lo que tiene un coste.
En el caso de las economías que siguen luchando para controlar los contagios, una hibernación más larga aún tiene el potencial de infligir un mayor daño a la actividad económica. El FMI, además, advierte de que las previsiones que da a conocer hoy asumen que las condiciones financieras continuarán en los niveles actuales. Por ello, avisa de que la evolución de la economía puede ser diferente a la que se anticipa en sus perspectivas para este año y el que viene: los mercados están registrando un comportamiento muy positivo que puede no ser acorde con los fundamentos económicos, bajo lo que subyace la posibilidad de que la situación financiera pueda empeorar.
Una de las economías que se ven más perjudicadas por la revisión a la baja de las expectativas de PIB es la española: el FMI, desde las previsiones que publicó en abril, cuando estimaba una contracción del 8%, ha recortado en 4,8 puntos la estimación para el PIB doméstico, que se contraerá un 12,8% este año, de acuerdo con los nuevos cálculos del Fondo. Es la misma caída que sufrirá la economía italiana, que ve revisada a la baja en 3,7 puntos su previsión de PIB desde la cifra que había calculado el organismo en abril. La economía más castigada de entre las desarrolladas es la francesa, que sufre una corrección de su estimación de crecimiento en 5,3 puntos, para registrar una contracción del 12,5% en este 2020.
Para el conjunto de la zona euro, el FMI calcula una caída del PIB del 10,2%, 2,7 puntos porcentuales superior a la prevista hace tres meses (-7,5%). Mientras tanto, Estados Unidos se contraerá un 8% este año, lo que supone una revisión a la baja de 2,1 puntos respecto al anterior cálculo del Fondo (-5,9%).
Las economías avanzadas en su conjunto se contraerán ese mismo 8%, 2,1 puntos más de lo estimado en abril. Y, a nivel global, la contracción será de un 4,8%, cuando hace tres meses se esperaba que el descenso fuera de 3%.
Algunos factores que explican esta revisión a la baja son el hecho de que la contracción económica sea sincronizada y profunda en todo el mundo; que haya sido simultánea en todos los sectores; que la movilidad continúe estando deprimida, pese a la apertura que ya están registrando algunas economías; el fuerte golpe sufrido en el mercado laboral; la contracción en el comercio mundial; y una inflación más baja.
China seguirá siendo la única de las grandes economías que esquivará la recesión. Se espera que este año termine con un crecimiento del PIB del 1% (frente al 1,2% de las estimaciones de abril) y que en 2021 crezca un 8,2%, un punto menos de lo previsto hace tres meses.
En cambio, con vistas al año que viene, en varios casos, el FMI ha revisado al alza la dimensión de la recuperación que espera. Es el caso de España: la institución prevé que la expansión de la economía doméstica alcance el 6,3% el año que viene, estimación que es dos puntos superior a la publicada en abril.
En todos los casos, eso sí, para España la previsión del FMI es más pesimista que la que calcula el Gobierno: así, el Ejecutivo, de acuerdo con el Programa de Estabilidad que envió a Bruselas, prevé una contracción del 9,2% para el PIB de este año y una recuperación del 6,8% en 2021. Mientras tanto, el Banco de España plantea tres posibles escenarios con porcentajes de contracción que oscilan entre el 9% y el 15,1% este año y crecimientos de entre el 6,9% y el 9,1% el año que viene.
En su conjunto, el FMI espera que, a nivel global, el mundo, tras contraerse un 4,9% este año, crezca un 5,4% en 2021. Las economías avanzadas, por su parte, pasarían de caer un 8% en 2020 a recuperarse a un ritmo del 4,8% el año que viene. Si bien en el primer caso, el ritmo de recuperación se revisa a la baja en cuatro décimas frente a la previsión de abril, el de las economías avanzadas se revisa al alza en tres décimas.
En cuanto a las variables fiscales, la revisión también ha sido a peor en todos los casos, lo cual es coherente con unas previsiones más oscuras sobre el comportamiento del PIB que implicará menores ingresos tributarios, a lo que se suma el mayor esfuerzo fiscal que han decidido algunos países para proteger a los trabajadores y a las empresas. De hecho, el Fondo estima que dos tercios de los países en todo el mundo han incrementado sus programas de estímulo desde abril para hacer frente a la crisis, de manera que se prevé que se habrán movilizado cerca de 11 billones de dólares para frenar la debacle, desde los 8 billones que se estimaron en abril de 2020.
Y España no se salva de la revisión a la baja de sus indicadores fiscales. De este modo, de acuerdo con sus previsiones, el déficit cerrará el año en el 13,9%, cifra que empeora en 4,4 puntos porcentuales la anticipada por el Fondo en abril. La estimación para 2021 corresponde a un déficit del 8,3%, lo que supone profundizar el desequilibrio público previsto hace tres meses en 1,6 puntos.
La deuda pública terminará el año en el 123,8%, frente al 113,4% calculada en abril. En 2021 se situará en el 124,1% del PIB.
Las previsiones del Fondo para la deuda y el déficit son más pesimistas que las de Moncloa. El Gobierno estima que el déficit cerrará este año en el 10,3% y que la deuda alcanzará el 115,5%. El Banco de España, por su parte, calcula una horquilla para el déficit de entre el 9,5% y el 11,2% y para la deuda, de entre el 115% y el 120%.
Aunque hay revisiones peores: así el déficit de Estados Unidos subirá este año hasta el 23,8%, frente al anterior cálculo, que lo situaba 8,4 puntos por debajo.
En cuanto a la deuda, también se revisa en diez puntos para economías como la italiana, donde llegará al 166,1% en este 2020; o la francesa, donde esta ratio calculada sobre el PIB saltará hasta el 125,7%.
Entre las principales economías, sólo en la alemana la deuda cerrará este año por debajo del 100%: se colocará en el 77,2%, para bajar al 75% en 2021.
A nivel global, el déficit alcanzará este año el 13,9% (cifra idéntica a la previsión para España), para bajar al 8,2% en 2021. Mientras, la deuda terminará 2020 en el 101,5% y subirá hasta el 103,2% el año que viene.
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