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Madrid es la autonomía que más aporta al PIB español: representa un 19,3%, casi un quinto, de la riqueza que cada año genera el país. De cada euro que produjo España en 2019, casi veinte céntimos tuvieron origen madrileño. Pero ahora la región se ... ha convertido en la más castigada de Europa por la pandemia y también en el epicentro de una batalla política que de momento se ha saldado con el cierre perimetral de la capital y de otras nueve localidades de la comunidad.
Si bien todos los establecimientos, los de hostelería incluidos, continuarán abiertos -aunque con limitaciones en aforo y horarios-, y la actividad seguirá en marcha -uno de los pocos salvoconductos para entrar y salir será acudir al trabajo-, los economistas y los empresarios creen que el impacto en la economía, tanto local como general, será inevitable, aunque, como precisa Ángel de la Fuente, investigador de Fedea, el «golpe» será «relativamente suave», no adquirirá la gravedad del derivado del confinamiento de los meses de marzo y abril.
Antonio Pedraza, del Consejo General de Economistas, pone números al potencial impacto. Estima que el PIB madrileño de este año podría perder cuatro décimas -ya se hundió un 18% en el segundo trimestre, según cifras de la AIReF, en línea con el nacional, que se desplomó un 17,8%-. Ello, a su vez, dice Pedraza, implicaría una merma que cifra en hasta dos décimas para la riqueza nacional.
Tomando como referencia los datos de PIB del año pasado, supondría un impacto de algo más de 950 millones de euros para la Comunidad de Madrid y de cerca de 2.500 millones para el conjunto de la economía del país.
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La patronal madrileña sitúa la factura por el confinamiento en 600 millones de euros de pérdidas a la semana, lo que supondría que estaría en peligro el 15% del PIB autonómico. La Comunidad de Madrid engorda aún más las potenciales consecuencias. En el recurso que planteó el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso a la Audiencia Nacional para que no sean de aplicación las medidas de confinamiento, eleva el coste a unas pérdidas de 750 millones por cada semana de cierre. En total, calcula que el PIB regional se puede hundir un 17% este año.
Alfredo Bonet, secretario general del Círculo de Empresarios, explica los tres impactos que va a sufrir la economía. Por un lado, el automático: la actividad de los sectores afectados se reducirá por la limitación de aforos y horarios. Además, tendrá lugar un efecto inducido por las restricciones a la movilidad: tener a las personas teletrabajando merma el consumo y la actividad. A ello suma las consecuencias en la confianza de los ciudadanos y su voluntad de salir a la calle: el miedo puede llevar a no tomarse un café en un bar o a retrasar las compras en los comercios.
Por sectores, Ángel Asensio, presidente de la Cámara de Comercio de Madrid, coincide en que el comercio se verá muy afectado por el menor tráfico de personas que se espera que pueda haber por las calles ante la que califica de «transmisión de la sensación de pánico». Además, incluye entre las actividades más expuestas la hostelería y los hoteles -estos últimos, también en el resto de España, porque los madrileños no podrán viajar, por ejemplo, el próximo puente del 12 de octubre-.
Pero Asensio añade que hay otros segmentos de la economía que pueden ir mejor, como los establecimientos ligados a la alimentación o la informática, como la pasada primavera.
Respecto al potencial impacto en el turismo, Ángel de la Fuente señala que a Madrid ya estaban llegando pocos visitantes. Este agosto, sin restricciones en los viajes, apenas llegaron 60.816 turistas extranjeros a Madrid, un 88,8% menos que en el mismo mes del año anterior. Si bien insiste en que aunque las nuevas medidas no son dramáticas para la economía, admite que de ellas se puede derivar un desenlace fatal para algunos comercios o establecimientos de hostelería que ya estuvieran al borde de la quiebra.
Pedraza expone que las nuevas medidas pueden llevar a que haya empresas ya desesperadas que «tiren definitivamente la toalla». Incide en que el primer confinamiento dañó mucho el tejido productivo y ello supone ya un parón de la economía recurrente -aunque en esta ocasión sea más suave-.
También se puede diferenciar entre la actividad que se puede recuperar cuando se levanten las restricciones, y la que no, como explica Bonet: el consumo que no se va a hacer ahora en la hostelería no se recupera, pero hay compras que simplemente se aplazan. La incógnita está en si las consecuencias se prolongarán a largo plazo porque Madrid empeore en términos reputacionales y ello dañe el turismo y la inversión de forma estructural. Los empresarios descartan que tal cosa vaya a suceder. Pero, al tiempo, animan a lograr el equilibrio entre la seguridad sanitaria y la economía.
«En España y Madrid tenemos un nivel de contagio superior al de países de nuestro entorno. Está claro que algo hay que hacer. Tenemos que encontrar ese equilibrio. No estoy seguro si éste es el de las restricciones que vamos a aplicar, pero la fórmula existe, porque otros países la han encontrado», explica Bonet. Por su parte, Miguel Garrido, presidente de CEIM, critica la decisión: «No sabemos si el Gobierno cuenta con informes científicos que justifiquen estas actuaciones, y nos gustaría saber en qué están basando sus decisiones, porque tienen consecuencias muy graves».
Desde CC OO, Carlos Gutiérrez valora: «Si no hay posibilidad de garantizar la salud, se resiente la economía». Y defiende que hace meses que en Madrid se deberían haber reforzado los sistemas de rastreo y la atención primaria.
El Gobierno de Díaz Ayuso alega en su recurso a la justicia que, por cada semana de restricción de los movimientos se perderán 18.000 empleos. Ana López, del Colegio de Economistas de Madrid, asegura que si las restricciones superan las dos semanas, pueden perderse entre 50.000 y 60.000 empleos más. Miguel Garrido, presidente de CEIM, ratifica que los empresarios de la región están preocupados: «Los daños en el tejido empresarial y el empleo comienzan a ser irreversibles». Según sus números, desde el inicio de la crisis se han perdido 15.000 empresas en la comunidad y el paro en septiembre ha crecido un 23,91%. Ángel Asensio, de la Cámara de Madrid, añade que la estructura productiva, dominada por microempresas, hace vulnerable al empleo: el grueso de los costes son laborales y ahí se ataca para hacer posible la viabilidad de los negocios. Carlos Gutiérrez, de CC OO, recuerda que, para proteger a empresas y trabajadores, se han extendido los ERTE y se han creado los expedientes de rebrote.
José Luis Perea, secretario general de ATA, afirma que 250.000 autónomos en Madrid están en la cuerda floja: «La mitad de los autónomos de Madrid está registrando caídas de entre el 50% y el 60% en su facturación respecto a 2019. Con esas pérdidas puedes aguantar uno o dos meses, no mucho más». Perea estima que si las restricciones duran más de un mes, uno de cada cuatro autónomos quebrará: más de 100.000. Perea no critica la decisión sanitaria pero reclama más medidas económicas. «Ya esperábamos un otoño muy duro, pero esto lo acelera».
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